Netflix al fin ha estrenado la segunda temporada de ‘The Witcher’ tras dos largos años de espera. Pese a sus problemas, yo fui de los que disfrutaron con la primera tanda de episodios y tenía ganas de ver cómo continuaban las aventuras de Geralt de Rivia.

Hace unos días ya compartí con vosotros mis primeras impresiones sobre esta segunda temporada, unas sensaciones que se han confirmado tras ver los cuatro episodios restantes, donde la trama horizontal pasa a primer plano, alimentando un conflicto llamado a tener grandes repercusiones en el futuro de la serie de Netflix.

Una mejora global

El universo de ‘The Witcher’ ha crecido mucho en esta segunda temporada, tanto en lo referente a las motivaciones y acciones de los personajes que ya conocíamos como introduciendo multitud de novedades. Ahí la serie se ha enfrentado a un reto curioso, ya que uno de los aspectos más conseguidos de la primera era ver cómo Geralt iba enfrentándose a diferentes retos cada semana.

Soy consciente de que habrá quien no piense así, pero a mí la trama horizontal de la serie se me llegaba a hacer un poco pesada. Eso es algo que fue menos durante el inicio de esta segunda temporada y que desaparece prácticamente por completo en el tramo final. De hecho, la segunda mitad del último episodio se centra más en sentar las bases de cara a la tercera temporada que en cualquier otra cosa.

The Witcher Temporada 2

Eso se consigue en parte elevando la intensidad y dando más importancia a cosas como el destino, las profecías y todo ese tipo de recursos habituales en los relatos de fantasía. La showrunner Lauren Schmidt Hissrich está bastante acertada integrando eso en la historia sin alejarse nunca demasiado de Geralt, Ciri o Yennefer, ya que también es verdad que el interés decae ligeramente cuando la historia no se centra en ninguno de sus protagonistas.

Lo realmente curioso es que el punto de inflexión en el que ‘The Witcher’ apuesta de forma decidida por las tramas serializadas prácticamente coincide con la reaparición de Jaskier, un personaje con una clara función cómica, tarea que que el personaje interpretado por Joey Batey cumple con creces, contando para ello con la presencia justa para no desequilibrar esa creciente intensidad que mencionaba un poco más atrás.

Otras claves de la temporada 2

The Wticher Yennefer Ciri

Además, su presencia también viene a servir como punto de nexo para que el camino de los protagonistas vuelva a cruzarse. Es entonces cuando el innegable crecimiento de los personajes con los rostros de Henry Cavill -mucho más parlanchín en esta segunda temporada pero sin dejar de ser el Geralt que conocemos-, Freya Allan -Ciri es el personaje con una evolución más clara e interesante en esta segunda temporada- y Anya Chalotra -Yennefer es el ancla de una subtrama que podría hacerse pesada con facilidad pero acaba siendo un hilo narrativo bastante sugerente- resulta más evidente.

Hasta entonces, la serie se había tomado las cosas con relativa calma, dando tiempo así a que el resto de «jugadores» vayan moviendo ficha. La gran diferencia a la hora de hacerlo respecto a ‘Juego de Tronos’ es que aquí el protagonismo está mucho más marcado, mientras que en la serie de HBO realmente sentíamos que una gran cantidad de personajes tenía un peso equivalente en la trama por mucho que algunos en concreto como Daenerys, Tyrion o Jon tuviesen algo más de importancia.

Yennefer Witcher

Luego la urgencia le sienta muy bien a ‘The Witcher’, ya que incluso aquellas subtramas necesarias pero menos satisfactorias cogen brío y llevan a que uno no pueda dejar de ver los últimos episodios hasta que todo llega a su final. No obstante, todo es mejor entonces cuando gira alrededor de sus tres protagonistas. De los recién llegados me quedo sin duda con Vesemir, quedándome además la certeza de que todavía puede dar mucho de sí.

Por lo demás, esta segunda temporada de la serie está mucho más conseguida tanto en lo narrativo como en lo visual. En lo primero todo se sigue con claridad y existe un buen equilibrio entre las diferentes historias que cuenta. En lo segundo, ‘The Witcher’ ya tuvo muy buenos momentos en la primera temporada, pero aquí hay una consistencia de la que carecía aquella, sin que ello suponga sacrificar la creación de monstruos muy potentes, tanto en términos de diseño como en su puesta en imágenes.

En resumidas cuentas

The Wticher Vesemir Geralt

‘The Witcher’ ha subido bastantes escalones entre mis series preferidas de Netflix con esta segunda temporada -aunque aún le falta ese último empujón para estar entre los títulos realmente top de la plataforma-, dejando además la historia en un punto que te deja con mucha curiosidad sobre lo que está por venir en la tercera.