Esta es una iniciativa en colaboración con Wizards of the Coast.
Ha sido un año memorable. De los mejores que he vivido tanto a nivel personal como profesional, sin duda alguna, y Magic: The Gathering y estas Crónicas Magic han sido una parte importante de ese éxito. Ahora, casi 12 meses después, toca decir hasta pronto a esta aventura.
Entiendo hasta qué punto desde la barrera no es más que una acción en la que la frase en cursiva que corona estas líneas se lleva toda la atención, pero quienes ya me vais conociendo sabéis que me tiembla poco la voz al decir lo que pienso. El sentimiento con Magic no podría ser más genuino, y repasando lo vivido es fácil entender por qué.
Mi retorno a las cartas de Magic
Magic despertó una parte de mi infancia que creía muerta y enterrada, y fue el último empujón que necesitaba para recuperar el contacto con un buen puñado de amigos de aquella época. Todo por un puñado de cartones y una caja de madera.
Reconozco, eso sí, que 20 años después de la primera carta, mantener amistades que están repartidas por el mundo y tienen su vida planificada y programada no es precisamente fácil. Hay poca magia ahí, para qué nos vamos a engañar, poca magia y mucho pico y pala. Pero compensa.
Aquél retorno a las cartas me descubrió Magic Arena y, con ello, también un nuevo camino en mi trabajo que desde el primer día me ha sabido más a hobby que a faena. De aquellas primeras partidas en elstream he saltado a presentar un programa diario en el canal de Webedia Gaming, sin duda mi momento más feliz del día de la jornada laboral. No miento cuando digo que Magic me ha dado mucho.
Pero lo que más me ha sorprendido desde que iniciásemos esta andadura el pasado verano es que me lo he pasado de fábula hablando sobre el juego. He hablado tanto de su diseño como de la pesca del siluro, probablemente una de las volteretas más locas que jamás he escrito.
Uno podría pensar que después de todos estos meses el cajón de ideas debe tener ya telarañas, pero lo cierto es que escribir cada semana sobre Magic no podría haber sido más cómodo.
No sólo la lista sigue teniendo grandes ideas a las que sin duda me acercaré algún día -prometido queda-, es que el juego es tan grande y hay tantísimo de lo que hablar que está por llegar el día en que me siente a la mesa y no lo haga con ganas de escribir.
Un juego plagado de curiosidades
Siempre había algo a lo que agarrarse, ya fuese una novedad como la de Jumpstart 2021 a la que jugar con mi hijo o la excusa perfecta para volver a la tienda que me vio nacer como frikazo hace más de 20 años. Debo reconocer que ese momento fue durillo. Muchos recuerdos juntos y la sensación de que, como esto, casi todo tiene un principio y un final.
Pero hay poco hueco para la tristeza con un juego que también nos ha dejado algunos de los artículos más leídos del año. El del secreto del Black Lotus, sin ir más lejos, fue todo un pelotazo que muchos de vosotros compartisteis y celebrasteis. Gracias de corazón a todos los que habéis acogido esta acción con los brazos abiertos.
Al resto, a los que de vez en cuando asomabais el hocico para quejaros, gracias también, porque esperaba que fueseis muchos más y, en realidad, el entusiasmo generado al hablar de Magic también nos ha abierto la puerta a hablar de otros temas como juegos de mesa dentro de VidaExtra. Parece que la idea ha gustado mucho.
Buceando en los rincones más extraños de Magic, buscando temas que traer cada miércoles, me he cruzado con auténticas locuras. Descubrí y me enganché a coleccionar Un-Set, sin duda una de las expansiones más locas de Magic, pero también aluciné cuando la casualidad quiso que, tras Dragones y Mazmorras, lo siguiente fuese una colección de cartas a lo Bloodborne.
Pero lo que más alegrías me ha dado a la hora de escribir han sido sin duda sus curiosidades, desde las relacionadas directamente con videojuegos como la del salto de Civilization a Magic de Sid Meier como las recopilaciones de curiosidades y locuras de Magic.
Los textos que no esperaba escribir
Han sido textos que me permitían explayarme sobre las mecánicas de Magic, pero también recorrer la historia de un juego que nos ha legado ideas para enmarcar, desde las tierras de Bob Ross hasta las que se han convertido en el Santo Grial de los coleccionistas.
He hablado sobre cartas que contaban historias de amor y sobre mazos chetados, sobre el inabarcable lore de Magic (spoiler: sale mal) y huevos de pascua escondidos en el arte del juego. Sí, el juego está genial, pero un año después los dibujos de las cartas sigue siendo mi parte favorita de Magic.
Pero también nos hemos acercado a ese reto que debía llevarnos hasta Mítico dentro de Magic. Vale, no he podido conseguirlo, más por falta de tiempo que de ganas, pero más que el objetivo lo que valoro es el camino.
He recorrido con entusiasmo y detalle poniendo a examen expansiones como Compromiso Escarlata, aprovechando lo aprendido para vivir partidas memorables en Magic Arena y he compartido mazos que, espero, os hayan servido a muchos para disfrutar del juego.
Es curioso porque son el tipo de texto con el que sin duda contaba para esta aventura, pero no con ideas y situaciones más extremas como hablar de la relación entre Dreamcast y Magic, vivir el lanzamiento de un nuevo modo de juego o celebrar la Navidad acompañado de regalos de Magic. Ha sido una auténtica locura de la que aún queda mucho por recordar y poner en perspectiva.