La actriz Sharon Stone ha publicado recientemente su libro de memorias ‘The Beauty of Living Twice’, en el cual hace un repaso a su carrera en Hollywood. En el mismo recuerda sus choques con el estudio TriStar Pictures durante la realización de ‘Rápida y mortal’, película en la que también ejerció como productora.

Uno de los aspectos más llamativos que señala es que Leonardo DiCaprio «fue el único que bordó su audición» para su personaje, destacando que -cuidado con el spoiler si no habéis visto la película- «fue el único que vino y lloró suplicando a su padre que lo quisiera mientras moría en esa escena«, pero también recuerda la respuesta que recibió del estudio:

¿Por qué un desconocido, Sharon, por qué siempre te estás pegando un tiro en el pie a ti misma

La actriz recuerda la única solución que le propusieron si tanto quería contar con el actor, que por aquel entonces ya había sido nominado al Óscar por ‘¿A quién ama Gilbert Grape?’: «El estudio dijo que si tanto lo quería, podía pagarle de mi propio, así que lo hice«.

El estudio tampoco quería a Sam Raimi

Además, no fue el único al que apoyó, pues TriStar Pictures no consideraba que San Raimi fuese adecuado para realizarla, ya que veían al responsable de ‘Posesión infernal’ como «un director de películas de serie D«, así que hubo que volver a recurrir a lo económico para convencer al estudio, ya que, según recuerda Stone, les dijo que «trabajaría casi gratis como incentivo«.

Sam Raimi

Y es que Stone tenía claro que no iba a limitarse a cobrar el cheque y callarse al ejercer como productora de la película:

En mi negocio que una actriz sea productora es visto como un acuerdo de vanidad, lo que significa que se le paga por el trabajo pero para que se calle y no se entrometa.  Yo no aceptaré eso y se lo dejé claro desde el principio. Dije que era ilegal y me gusta trabajar dentro de la ley. Eso trae mucho silencio y no demasiado alegría al otro lado.

Por desgracia, ‘Rápida y mortal’ fue un fracaso en taquilla, ya que costó 35 millones de dólares y su recaudación mundial fue de apenas 46 millones.