Porque la felicidad también se trabaja y porque ser más felices requiere entrenar un poco a nuestro cerebro –y bastante a nosotras mismas para conseguirlo–, este año solo queremos trabajar para ser más felices. Solo queremos que nuestros propósitos para 2020 giren en torno a la felicidad. No queremos proponernos los archiconocidos ir más al gym/comer mejor/dejar de fumar/gastar menos. Solo queremos ser más felices. Pero claro, dado que eso puede sonar bonito de decir pero abstracto de conseguir, hemos hablado con varias expertas en la materia para bajar a tierra un propósito que de primeras puede sonar algo celestial. Pero nada más lejos de la realidad porque, tal y como apunta Mónica Garcíacoach de liderazgo personal y profesional al frente de El Factor Humano, “aunque no siempre tenemos el objetivo de sentirnos mejor en mente y nos proponemos nuevos hábitos o proyectos exclusivamente porque creemos que son buenos y los necesito para vivir una vida mejor, el sentirse mejor o ser más feliz está implícito en los propósitos de año nuevo”, afirma la experta. De hecho, poner la felicidad como propósito, sentencia Mónica García, “nos hace más conscientes y nos convierte en una parte más activa de la creación de momentos, pensamientos o circunstancias que despiertan felicidad en uno mismo”.

Inma Rabasco, experta en felicidad y autoestima de Living with Choco, propone que tomemos consciencia de lo que realmente es la felicidad. “Tenemos que saber qué estamos buscando y nos conformamos con cualquier cosa que se le parezca. Y, para eso, hay que pararse y tomarse un tiempo”, afirma la experta, que también reflexiona sobre la importancia de hacer listas de propósitos equilibradas, sin abrumarnos con un exceso de propósitos difíciles de alcanzar. “El ser humano está hecho para el equilibrio, así que cualquier exceso va a ayudaros muy poco”, apunta la experta. Porque hacer una lista interminable de objetivos realistas podría incluso provocar todo lo contrario a lo que buscamos –insatisfacción e infelicidad–, he aquí una lista (corta) de propósitos (felices) para este nuevo año...

  1. Concretar momentos en los que te hayas sentido feliz. Es el punto de partida para el resto de propósitos de esta lista. Completa esta frase: “Soy feliz cuando….”
  2. En 2020 no habrá ni un solo día en el que no haya creado tu particular estado de felicidad diario. Así lo explica Mónica García, que habla de dar importancia al hecho de crear intencionadamente esos momentos. “No lo dejes para al final o a merced de si consigues un hueco o de si pasa algo bueno en tu día. Crea un hueco deliberadamente en tu agenda. Por una parte, saber qué te espera ese momento más adelante te ayudará a despertar anticipación e ilusión y, por la otra, después del momento tendrás esa energía para continuar”.
  3. Dejar de obsesionarnos con la importancia de ser felices y tener que demostrarlo. Digamos que esa obsesión por la felicidad tiene una serie de consecuencias que nos llevan a oponernos a la realidad. Es una de las reflexiones que hace la politóloga experta en igualdad de género y coach especialista en gestión de sufrimiento, Zeneida Bernabé, que hacer referencia a esa obsesión por mostrar en redes sociales “un escaparate de felicidad fingida y obligatoria que puede no coincidir con la realidad”.
  4. Dedicar un momento al día a observar nuestro mundo interno. “Sin quietud mental la felicidad no es posible”, afrma Bernabé, que nos invita a hacer ejercicios sencillos de meditacion a diario. “Puede ser observar la llama de una vela encendida siendo consciente del flujo natural de la respiración y observar los pensamiento e imágenes que aparecen”.
  5. Cambiar el ‘tengo que’ que acompaña cualquier lista de buenos propósitos por ‘cómo me voy a sentir cuando lo consiga”.
  6. No poner condiciones a la felicidad. Es otra de las recomendaciones de Mónica García, que hace referencia a ese pensamiento tan universal de que seremos felices cuando acabemos algo o consigamos algo.
  7. No resistirnos a los malos momentos Evidentemente, la tristeza, el dolor o cualquier experiencia negativa de la vida no nos crearán felicidad pero, tal y como apunta la experta de El Factor Humano, incluir estas sensaciones como experiencias de vida, sin resistirnos a ellas, son claves para nuestro desarrollo personal. Es más, Zeneida Bernabé insiste en que “rechazar cómo estoy y lo que me sucede en cada momento, el pretender huir de la realidad, es una negación de uno mismo/a y nos lleva directos a la infelicidad”.
  8. Permanecer en nuestros asuntos. Zeneida Bernabé hace referencia los tres tipos de asuntos que clasifica la escritora Byron Katie: los míos, los tuyos y los de la realidad o Dios. “Esto no se debe entender en un sentido religioso, es más bien una manera de hacer referencia a todo aquello que se escapa de nuestro control”, apunta la experta. Una vez asimilado esto, el siguiente paso es recuperar nuestro tiempo y vida permaneciendo solo en nuestros asuntos. “¿Cuántas veces te has molestado, enfadado, entristecido por lo que alguien ha hecho o ha dejado de hacer? Observa cuando quieres controlar, manipular a los demás para que hagan lo que tú quieres que hagan. Imagina por un momento ¿cómo cambiaría tu vida si sólo te ocuparas de tus asuntos?”, apunta Bernabé. Pues eso.
  9. Intentar entender que “la felicidad real no se basa en la ausencia de emociones perturbadoras, sino en sentirse conectado con la vida”, afirma Inma Rabasco. Y es que puede hacernos más felices intentar no identificar siempre la felicidad con la calma. “Un buen cambio sería buscar qué cable te conecta y te hace desprender luz. Hay gente que lo encuentra en la espiritualidad, otros en su elemento o ikigai (propósito de vida) y muchos más lo hacen honrando sus valores. La cuestión es sentirse vivo para poder apreciar la vida”, apunta la experta.

Fuente: Ana Morales para www.vogue.es