Lula Bertoldi, Brenda Martin y Gabriel Pedernera son Eruca Sativa, el trío que llegó desde Córdoba para renovar un poco la escena del rock porteño.
En estos días están por cumplir 15 años de trayectoria, y decidieron celebrarlo con una gran gira nacional que arrancará este viernes 2 de diciembre en el histórico estadio Obras, no casualmente el mismo lugar donde festejaron su primera década de carrera, en 2017, el mismo año que hicieron su primer Luna Park.
La gira coincide con el lanzamiento de un nuevo single que anticipa su próximo disco: la semana pasada lanzaron una versión del clásico Corazón delator de Soda Stereo, confirmando que se viene un álbum de versiones.
Reunidas en la terraza de su compañía discográfica, Lula y Brenda recordaron detalles de sus comienzos, cuando se juntaron en Córdoba y comenzaron a dar sus pasos. Gabriel, ausente con aviso.
La prehistoria de Eruca
-Cuenten cómo era el panorama en 2007. ¿Las dos estaban juntas en el grupo Lucila Cueva?
Lula: -En una época sí. Brenda fue una de las miembras fundadoras, y en un momento me invitaron a ser parte del grupo. Creo que estuve nueve meses nomás en la banda, pero tocamos muchísimo y había una gran respuesta del público.
Brenda: -Cuando entró Lula, fue uno de los momentos más trascendentes de Lucila Cueva, porque justo grabamos nuestro segundo demo, el primero con temas nuestros. Lula estuvo en la primera música compuesta por el grupo. Fueron pocos meses, pero trascendentes.
-¿Cómo era la escena en ese momento en Córdoba?
Lula: -Era una escena con muchas bandas de covers tocando todo el tiempo en bares. ¡Se podía tocar 5-6 veces por semana, incluso dos veces en la misma noche! Había mucha música en vivo, pero eran como dos circuitos distintos: las bandas de covers y las bandas con temas propios. Era un fenómeno super importante en Córdoba y creo que no pasaba en otras provincias.
-¿Vos, Lula, estabas con otra banda antes, o justo estabas buscando una?
Lula: -¡Yo no me dedicaba a la música! Estudiaba relaciones públicas. Conocí por medio de un amigo de la facultad a Mariana, la guitarrista y cantante de Lucila Cueva, que estaba buscando a otra guitarrista y cantante. Me probaron y quedé, así que ahí conocí a Brenda y al resto de la banda. Pero sólo me quedé esos meses porque tocábamos mucho y se me complicaba cursar. Además, tenía otros proyectos: una banda en Sunchales llamada La Morrison, luego Power Pampa y Proyecto Apóstol. Brenda y Gaby también tuvieron un montón de bandas.
Brenda: –Con la batera ya venía tocando de antes y tocaba adonde me llamaban. Después, con el tiempo, me fui malacostumbrando a solo tocar música propia. Tuve una banda en paralelo a Lucila Cueva llamada Tórax, donde estaba Gaby, que también tocaba en una banda mítica de Córdoba llamada Armando Flores.
El origen del nombre raro
-El mito es que durante un rato los tres se llamaban Oruga.
Lula: –¡Fueron 15 minutos nomás! (risas)
Brenda: -Ese nombre duró desde el mediodía hasta la noche. A Gaby se le había ocurrido Oruga al mediodía, y esa noche íbamos a ir a buscar fechas para tocar, así que necesitábamos un nombre. Pero cuando volví a la tarde a la casa de mi mamá, que tenía una enciclopedia, busqué “oruga” y apareció el nombre en latín: “Eruca sativa”.
Lula: -Nos gustó mucho ese nombre, porque nos gustaban las bandas con nombres raros, como Catupecu Machu o Bersuit Vergarabat. Que el nombre no sea tan fácil.
Brenda: -Ahora nos acostumbramos, pero realmente sonaba rarísimo el nombre.
Lula: -Pasaron dos ensayos nomás y ya nos tomábamos al grupo en serio. Fue todo muy rápido y enseguida salimos a buscar fechas.
Mudarse a Buenos Aires
-¿Cómo era la posibilidad de vivir de la música en esos comienzos?
Lula: -Fue difícil. Yo seguía estudiando y terminé mi carrera. En 2008 hice mi tesis y decidí dejar de alquilar en Córdoba e irme a vivir a Buenos Aires, donde ya estaba mi hermana.
Brenda: -Yo había estudiado diseño gráfico y siempre trabajé en editoriales, en paralelo a la música. Me acuerdo que nos juntamos en octubre de 2007 para armar el grupo, en noviembre grabamos el demo, y el 6 de diciembre hicimos el primer show. Y justo ahí me llamaron para trabajar en la parte de marketing en una cadena gigante de supermercados. ¡Era un sueldazo y un trabajo en blanco! Fue toda una decisión, pero aposté a la banda, que entonces solo tenía un show hecho. Me tiré a la pileta.
Lula: -Me acuerdo que en esa época Gaby se había postulado para ser baterista de Divididos. Hubo una convocatoria y se presentó, pero dijo “Ojalá no me llamen porque quiero tocar con Eruca”. Por suerte no pasó nada.
-Pensé que vinieron los tres al mismo tiempo a Buenos Aires.
Lula: -No. Fue gradual. Y cuando yo vine estaba super conciente que quería conseguir fechas para tocar acá, porque nos parecía que el circuito en Córdoba se nos había agotado.
Brenda: -Después se vino Gaby y yo me mudé un año después. En el medio, venía en micro cada vez que salía un show en Buenos Aires.
Los primeros hitos
-¿Cuál fue el primer show importante en Córdoba y en Buenos Aires?
Brenda: -En Córdoba fue la presentación de Carne en el salón de actos de la Ciudad Universitaria. Lo llenamos y era mucho para una banda que tenía solo un año, hacía temas propios y una música rara. Creo que había 400 personas.
Lula: -En Buenos Aires debe haber sido el Roxy, después de varios shows chiquitos que no vino nadie. Hicimos muchas veces el CBGB en la calle Bartolomé Mitre, y cada vez había más gente. Y no era época de redes sociales, así que era todo boca boca. Tocábamos siempre con otras bandas.
Brenda: -Era una camada de muchas bandas del interior del país, como Sig Ragga, Parteplaneta, Guauchos y Científicos del Palo.
-¿Cuándo termina la primera etapa? ¿Tal vez cuando empiezan a ganar las encuestas de revistas de rock?
Brenda: -Eso nos pasó también Córdoba, donde teníamos muchos reconocimientos en los anuarios. Fue una época de mucha aceptación de los colegas y la gente de la industria. Allá y acá fueron varios años seguidos. Fue re lindo.
Lula: -¡No lo podíamos explicar! Pensábamos que había alguien en Suplemento Sí que le gustaba lo que hacíamos, porque no lo podíamos creer que la gente nos votara. En 2013, ya con el disco Blanco en la mano, nos llamaron para visar que estábamos nominados a los Grammy Latino. ¡No podíamos entender cómo había pasado eso!
Brenda: -Ese álbum fue un quiebre. Salió a fines de 2012, cortamos un mes para tomar vacaciones, y al volver sentimos que algo había pasado, porque iba más gente a los shows. Ahí dejamos de hacer otras cosas y comenzamos a vivir solo de la música.
Lula: -A mediados de 2013 fue el show en Festival Ciudad Emergente, en esa terraza explotada de gente. Empezaban a pasar cosas que escapaban a nuestro cálculo.
Brenda: -También pasó lo mismo en el Emergente que se hizo en Córdoba, en la Plaza de la Música. Eran shows gratuitos y la gente se enganchaba aunque no conocía la banda.
La rareza de no hacer rarezas
-¿Qué cambia en la lista de temas cuando es un show aniversario? ¿Agregan rarezas?
Lula: -Al contrario de las rarezas, estamos más apuntando a que la gente se vaya con todo lo que quiere escuchar.
Brenda: -¡Porque ya somos de hacer rarezas! Ya venimos haciendo rarezas de por sí. Acabamos de hacer hace poco un show con orquesta, basado en el álbum Seremos primavera, que era super tranquilo. Venimos de los años de pandemia, así que extrañamos mucho tocar en un estadio y lo encaramos con las canciones que tocamos todos estos 15 años. Vamos a hacer todos los temas que tienen que estar.
-Cuando anotan los temas que tienen que hacer sí o sí porque son hits, ¿cuánto margen les queda para hacer otras cosas?
Brenda: -Un show largo, de 26-27 temas, se completa solamente con las canciones que para nuestro público no pueden faltar.
Lula: -Además, en diciembre del año pasado ya hicimos un show de rarezas. Le dimos el gusto a un público más limitado y muy fan que lo valora mucho, porque eso no da para un estadio, aunque igual se agotaron enseguida las entradas. Hubo espacio para invitar a Susy Shock para un recitado y a Lito Vitale para tocar teclados. Disfrutar eso de cerca tiene otro sabor.
MFB