El filme de Paul Schrader («American Gigoló») se centra en un jugador de póker que pugna por redimir sus pecados de vida.
Hay gente a la que el pasado lo persigue de una manera odiosa, nunca compasiva. Pueden ser sueños o mejor, pesadillas, o fantasmas y recuerdos de acciones cometidas de las que evidentemente se arrepienten, o por las que han sufrido demasiado. El personaje de Oscar Isaac en El contador de cartas, de Paul Schrader (guionista de Taxi Driver) es la mejor muestra.
Oscar Isaac, el actor guatemalteco de Duna, que vino a la Argentina a rodar Operación final sobre la captura de Adolf Eichmann, fue Poe Dameron en la saga de Star Wars y protagonizó Moon Knight, la serie de Marvel , interpreta a este acomplejado personaje, un jugador de póker con mirada gélida.
Como en anteriores filmes de Schrader, no solo como guionista, sino como director, se centran en personajes atormentados, como si no estuvieran nunca al resguardo de Dios. Y no estamos hablando solamente de First Reformed, con Ethan Hawke como un reverendo.
William Tell deambula de casino a casino en busca de una respuesta. Una solución. Algo. Se trata claramente de la expiación de sus pecados (fue un brutal interrogador militar en Abu Ghraib), que terminó enjuiciado y en prisión. Un hombre que allí, entre rejas y en su mínima celda aprendió sin más remedio que las rutinas le sientan bien.
Rumbo al purgatorio
William está en un limbo, probablemente rumbo al purgatorio.
Hay varios aspectos de la vida y del pensamiento de William que son poco explicitados. Tal vez la decisión de sacar los cuadros y los espejos de cada habitación de motel en la que duerme, obedezca a ese pasado en la prisión militar, en la que no había decoración alguna posible. De su valija saca como sábanas blancas, con las que no armará la cama, sino que recubrirá todo: el sillón, la mesa… Y como también suceden las historias de Schrader, el protagonista se cruzará con personajes que, de una u otra manera, no le cambiarán la existencia, pero le moverán, le sacudirán las estructuras.
Como cuando se le acerca un joven llamado Cirk, con «C», cuyo padre abusivo fue entrenado por el mismo militar (Willem Dafoe, con bigote) que Will. Claro que su padre se suicidó, y Cirk (Tye Sheridan, de Ready Player One, Cyclops en las películas de X-Men) está movido por la venganza. Y quiere matar a Gordo, que ahora da charlas sobre seguridad.
Pero William, imaginamos, tiene una idea. Tal vez, en una de ésas, logre convencer al chico que abandonó la universidad a replantear su futuro, pagándole sus cuantiosas deudas de dinero con lo que él gane en las mesas de póker, y redimir su pasado.
De eso se trata El contador de cartas.
Y como la agente de apuestas La Linda (Tiffany Haddish), que se acerca a él para ofrecerle que gente le dé dinero para jugar póker y ganar mucho dinero. Pero a William el dinero no le interesa. Prefiere jugar y ganar pocos montos de dinero, en parte porque es un contador de cartas, algo prohibido en los casinos. Pero bueno, todo puede cambiar.
Pero la película se va tornando más enloquecida a medida que el caos de ese pasado tormentoso se integra al presente de William. No es El contador de cartas una película de digestión rápida, y a algunos puede resultarle tediosa. Pero tiene un personaje de carne y hueso, que respira y al que le circula sangre en sus venas.
El contador de cartas
Buena
Suspenso/Drama. EE.UU., 2021. Título original: “The Card Counter”. 111’, SAM 16. De: Paul Schrader. Con: Oscar Isaac, Tiffany Haddish, Tye Sheridan, Willem Dafoe. Disponible en: HBO Max y Apple TV+.