Los Samsung Galaxy S23 rompen con una tradición que enraizaba en las capacidades de Samsung: el SoC de los smartphones ya no lo fabrica la propia empresa. Se acabó el distribuir los móviles premium de la familia S con Exynos: Samsung incluye el Snapdragon 8 Gen 2 en todas las variantes. Tras hacer lo propio en los Samsung Galaxy Z Fold4 y Samsung Galaxy Z Flip4, dichos Exynos desaparecen del catálogo más relevante.
Pese a que los microprocesadores conforman una parte esencial de todos los dispositivos electrónicos que se venden en el mundo, sólo un puñado de empresas pueden fabricar las obleas de silicio, para, a continuación, imprimir las litografías sobre dichas obleas y recortarlas en forma de chipsets. Este proceso de diseño y fabricación se reparte principalmente entre TSMC, Samsung e Intel; con la primera liderando la carrera por ser la más competitiva. De hecho, TSMC se está comiendo el mercado, sobre todo en semiconductores para smartphones.
TSMC le ha ganado la partida a Samsung
Samsung es el único fabricante de móviles que puede desarrollar, fabricar y construir casi todo el teléfono en su conjunto. Pantallas, baterías, sensores de fotografía, memoria RAM… Sus divisiones de imagen y semiconductores son líderes a nivel mundial; de ahí que también se animase a desarrollar y fabricar su propia familia de chipsets para móviles, los Exynos.
En la actualidad, los Samsung Exynos cubren la gama baja y media de la marca además de los Galaxy S de 2022, los Samsung Galaxy S22. La marca surcoreana acostumbra a distribuir sus móviles premium con dichos Exynos en la mayor parte de los territorios de venta; a excepción de Estados Unidos, donde colocaba versiones con Snapdragon (más potentes y deseadas). Esta apuesta por su propio producto tiene toda la lógica, no en vano Samsung debe sacarle provecho al enorme esfuerzo que supone desarrollar un SoC de última generación. El problema es que ha terminado sucumbiendo a la realidad: no está a la altura de Qualcomm.
Los plegables de 2022 ya dieron el giro a los Snapdragon como exclusividad. Todos los rumores anticipaban que también los Galaxy S dejarían de lado a los componentes de la marca, y así fue: nada de Exynos en los Samsung Galaxy S23. No sólo eso: los Snapdragon 8 Gen 2 están fabricados por TSMC, esto aplica un doble golpe para Samsung: no sólo tiene que apostar por un componente ajeno a los que ya fabrica, encima debe sufrir la evidencia de que TSMC fabrica con mejor calidad. El proceso de fabricación en 4 nm de TSMC ha demostrado ser mucho más eficiente y de mayor rendimiento que el equivalente de Samsung para sus Exynos.
Qualcomm y TSMC demostraron hacer mejores procesadores de gama premium que Samsung. Y ésta tuvo que rendirse
Como empresa líder en semiconductores, el tener que prescindir de sus chipsets para los móviles más representativos del catálogo no debe ser trago de buen gusto. Aunque también supone todo un ejercicio de humildad: si no son capaces de llegar al máximo nivel por sus propios medios, mejor buscar ayuda en la competencia. Por más que en sí no lo sea, que Samsung también fabrica para Qualcomm.
Los usuarios terminan beneficiándose
A menudo se le ha echado en cara a Samsung el hecho de que limitase los móviles premium con Snapdragon a mercados muy concretos. Pues bien: eso se acabó. Todo el que compre un Samsung Galaxy S23 se lleva el mejor SoC que hay actualmente en Android, sin discusión. Por nuestras propias pruebas realizadas al Snapdragon 8 Gen 2, este chipset va a dar mucho juego este 2023. En todos los ámbitos.
Todos los Samsung Galaxy S23 llegan con el Snapdragon más potente, es una gran noticia. A cambio, también suben sensiblemente de precio con respecto a los Samsung Galaxy S22 del año pasado. No tiene por qué guardar relación un detalle con el otro, aunque seguro que la ausencia de Exynos tiene algo que ver con el incremento en coste para el cliente. Al menos no podremos decir que este año a los Galaxy S les falte potencia bruta.