Desde su debut, hace dos semanas, Pantanal -la nueva producción brasileña que emite Telefe de lunes a viernes a las 21.45- se sube al podio de los programas más vistos. Este miércoles midió 10,6 puntos y se ubicó segundo detrás de MasterChef, con poca diferencia ya que el reality marcó 11,8.
La telenovela que se impone al combo de las imbatibles turcas de la tarde (Amor de familia, Nuestro amor eterno y Eda y Serkan) tiene todos los condimentos del melodrama y cada episodio combina tensión y romance por igual. De los mismos creadores de Avenida Brasil, otra producción que fue un éxito en la Argentina, Pantanal tiene una fuerte identidad que la diferencia del resto.
Aquí algunas de las claves de su éxito.
Un drama al borde la tragedia
Una de las claves está en la trama, que propone una historia muy potente, un drama que por momentos roza la tragedia. En realidad es una remake de la primera Pantanal, escrita hace 32 años por Benedito Ruy Barbosa. Esta versión moderna es una adaptación de su nieto, Bruno Luperi, dirigida por Rogério Gómes y Gustavo Fernández, y fue grabada por la Rede Globo durante el año pasado.
La historia central es la de José Leoncio, un joven peón que, tras la misteriosa desaparición de su padre, se convierte en un rico granjero del pantanal, en el Mato Grosso, a la vez que está enfrentado al clan de los Marruá, sus vecinos en la zona.
Después de más de veinte años y, amargado por la desaparición de su padre y la huida de su esposa a Río de Janeiro con su hijo, José Leoncio tiene la oportunidad de reconciliarse con el niño, quien ahora es un joven, criado y educado en la gran ciudad con valores y hábitos muy diferentes a los suyos. Por otra parte, el joven descubre que su padre no está muerto como él creía.
La trama enfrenta constantemente dos mundos completamente opuestos, cuyas diferencias mantienen latente el drama. Esa tensión sube en intensidad a cada rato, anunciando que lo peor se puede desencadenar en cualquier momento.
En medio de esa situación, algunas de las historias de amor se volverán imposibles y, además, atravesarán a varias generaciones, persiguiendo a sus distintos protagonistas como una maldición.
Producción de lujo
Al mejor estilo de las telenovelas de Brasil, la producción no escatima en gastos, lo que la vuelve visualmente muy atractiva para el público. Principalmente la historia le saca mucho provecho a las situaciones grabadas en escenarios naturales, donde el impactante paisaje natural se impone.
También forman parte del elenco actores ya muy conocidos, a esta altura, para el público local, muchos en roles completamente distintos e incluso antagónicos a otras producciones en las que participaron (algo muy habitual en las telenovelas de ese país), lo que le suma más interés.
Contada a modo de saga familiar, con muchos secretos y traiciones, los personajes están interpretados por Marcos Palmeira, Murilo Benício (ambos de Avenida Brasil) y Juliana Paes (de Dulce ambición, que emitió Telefe el año pasado), entre las caras más conocidas.
Además actúan Renato Góes, Alanis Guillen, Jesuíta Barbosa, Dira Paes, José Loreto, Irandhir Santos, Osmar Prado y Karine Teles en los papeles principales, entre otros personajes que abarcan historias correspondientes a distintas generaciones.
Una geografía impactante
Tal vez una de las claves del éxito de Pantanal, y que se destaca por ser bien distinta a otras producciones, es la geografía donde transcurre la mayor parte la historia. El pantanal mismo, que da título a la telenovela, es un escenario impresionante y avasallante a tal punto que hasta condiciona el carácter de los personajes.
La telenovela se grabó en Río de Janeiro y también en una zona muy turística de Brasil, la del Pantanal de Nhecolândia, ubicado en el Mato Grosso do Sul, una región de naturaleza virgen y selvática que termina adquiriendo un rol central, casi como una protagonista más de la historia.
Lo sobrenatural y las tradiciones más arraigadas
Este drama de 167 capítulos, realizado a modo de homenaje para la historia original de los ’90, se convirtió en la producción con mayor audiencia en Brasil el año pasado, además de triunfar en las pantallas de todo el mundo, tal como está sucediendo ahora en la Argentina.
Posiblemente también tengan que ver con este éxito los elementos a los que recurre el guión y que tienen una identidad local muy fuerte que resulta atractiva: la selva y el río, espacios vírgenes y salvajes en los que el peligro acecha a cada paso y donde se ocultan misterios ancestrales por descubrir.
Las historias alrededor de algunos personajes que se transforman o reencarnan en animales como el jaguar o la anaconda y los relatos de los lugareños que tienen algo de realismo mágico funcionan de manera verosímil y son otros de los ganchos de la historia, aportando originalidad al clasico relato del culebrón.