Si en los comentarios de esta entrada decidieseis hacer una batería de preguntas sobre todo lo relativo al universo de Dragones y Mazmorras lo más probable es que no pudiese responder ni a la mitad. Ya no es que sólo haya metido la patita en ese universo, es que como mucho lo que habrá entrado es el dedo chico del pie.
Y es que aunque en casa el rol sigue siendo una alternativa a la tele, los videojuegos y los juegos de mesa, estoy lejos de ser un experto y, por lo general, la espada y brujería nunca ha sido demasiado lo mío. Imaginad mi sorpresa al salir de Baldur’s Gate 3 con una sonrisa de oreja a oreja y, poco después de eso, repetir la hazaña con Dungeons & Dragons: Honor entre Ladrones.
La enorme sorpresa de Baldur’s Gate 3
Aunque no tenía intención de entrar en el juego de Larian por lo mismo que comentaba unas líneas más arriba, el runrún generado por Baldur’s Gate 3 durante las primeras semanas tras su lanzamiento me elevó la expectación hasta cotas desmedidas y, como buen caprichoso, acabé cayendo en él para cerrar las vacaciones con un buen vicio.
Antes de empezar a jugar mis conocimientos sobre qué era la Puerta de Baldur, un azotamentes o un oso lechuza, eran más que limitados, los juegos con un gran peso en la narrativa no eran santo de mi devoción, y la idea de tener que lidiar con dados y estadísticas para decidir si una puerta se abría o no era algo que me echaba bastante para atrás.
Me parece valioso mencionarlo porque, si tú también estás donde estaba yo hace unas semanas, te invito encarecidamente a dejarte llevar por la corriente y probar un juego que, a todos los niveles, desde lo visual hasta lo jugable, se ha convertido ya en uno de mis candidatos más firmes a GOTY de este 2023.
Es curioso cómo los prejuicios pueden evitar que disfrutemos de una obra magnífica y, al menos en este caso, quitártelos de encima y darle una oportunidad es probablemente una de las mejores decisiones que vayas a tomar en mucho tiempo. Baldur’s Gate 3 es uno de los juegos más redondos, divertidos y bien orquestados que han pasado por mi mano ya no sólo este año, sino en muchísimo tiempo.
La sorpresa aún mayor de Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves
Lo curioso es que, con esos mismos prejuicios me plantaba hace unos días ante la posibilidad de ver Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves en familia, pero apoyado por el entusiasmo de Baldur’s Gate 3, decidí darle una oportunidad a una película que, por lo alejado de su universo respecto a mis gustos habituales y un elenco de actores que me parecía desconcertante, lo tenía todo para terminar siendo una decepción.
Para mi sorpresa y la de mis críos, lo que nos hemos terminado encontrando ha sido una cinta de aventuras magnífica que, recogiendo el espíritu de ideas de mi infancia como Willow o La Historia Interminable, consigue trasladarte a aquellas míticas cintas plagadas de humor blando y épica fantástica que inevitablemente se te quedan grabadas a fuego en tu memoria.
Con un equilibrio exquisito entre los chistes fáciles (sin resultar estúpidos) y la aventura que no se toma en serio a sí misma, Dungeons & Dragons: Honor entre Ladrones huele a franquicia de Marvel desde fuera, pero lejos de sumarse a esa moda de sota, caballo y rey a la hora de decidir qué debe pasar y cómo debe ocurrir, tira de inventiva, originalidad y sorpresa para entregar una experiencia divertidísima
Aunque me ha encantado reconocer detallitos, lugares, magias y armas, lo cierto es que si aún no le has dado una oportunidad al rol de Dragones y Mazmorras o a juegos como Baldur’s Gate 3, la cinta es plenamente consciente de a qué públicos quiere llegar y hace facilísimo adentrarse en su mundo sin estar recurriendo constantemente a las clásicas referencias meta o a dar por sentadas las cosas.
Es, a todos los niveles y de una forma sorprendente, una de esas películas con las que me habría encantado crecer y que, por lo demencial de su ritmo y lo increíblemente carismático de sus personajes, probablemente con otra edad la hubiese visto hasta aborrecerla. Jugad a Baldur’s Gate 3 y ved Dungeons & Dragons: Honor entre Ladrones. Es el mejor consejo que os puedo dar hoy.
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