La conversación sobre lo elevado y las posibilidades del género de terror nos hace olvidar a veces lo entretenidas que pueden ser esta clase de películas sin necesidad de mayores pretensiones. El terror más comercial se desprecia por recurrir demasiado a conceptos poco elaborados y trucos repetidos hasta resultar recursos para vagos (sí, lo del volumen hasta arriba cansa), pero a veces salen cintas más que estimables de allí.
El desprecio suele ser mayor cuanto más parece incluir al público adolescente, como es el caso de las franquicias de terror juvenil. Pero a veces de estas sagas vienen las descargas más eléctricas y juguetonas, ya que saben perfectamente las teclas a pulsar para que el rato en la sala de cine sea exprimido al máximo. Lo hacían bien las películas de ‘Destino final‘, y ahora está emergiendo una digna sucesora en las de ‘Escape Room‘.
Salones de la muerte
La secuela ‘Escape Room 2: Mueres por salir‘, que se encuentra en streaming a través de Amazon Prime Video, ejemplifica bien lo rabiosamente entretenidas que llegan a ser esta clase de películas de género. A partir de un concepto tan actual como potencialmente caduco a los pocos años como son las escape rooms, Adam Robitel crea frenéticos relatos de supervivencia con una maligna corporación detrás de todo.
Después de haber sobrevivido a los eventos de la primera película, nuestros dos protagonistas se dedican a indagar en la misteriosa empresa que ha organizado la mortal escape room que se va cargando gente para entretenimiento de las clases adineradas. Las pistas conseguidas les llevan a una nueva localización que resulta ser una trampa, metiéndoles de nuevo en otra serie de salas mortíferas de las que deben escapar junto a un nuevo grupo de personas.
Suena todo muy sencillo, pero lo que realmente destaca es lo eficaz que resulta visto en pantalla. Robitel replica el funcionamiento de una escape room tradicional, donde los participantes tienen que ir buscando pistas que les saquen de la estancia, a menudo comunicándose en voz alta todo el rato para que el resto posea la misma información. Dicho así, no suena especialmente cinematográfico ver a gente resolviendo puzles gritándose detalles, pero consigue que funcione.
‘Escape Room 2: Mueres por salir’, eficaz y frenética
La clave son lo retorcidos que son los puzles, que además de enrevesados llevan a los personajes a situaciones agónicas o violentas, y también a la velocidad que lleva el ritmo y la tensión de la película. Resulta todo tan frenético que no te da tiempo a la resolución del misterio antes que los personajes, por lo que la clave resulta no intentarlo y dejarte llevar por su corriente infatigable. Vamos, como en una escape room de verdad, sólo que con conceptos de ‘Saw‘ y ‘Cube‘ aplicados a lo bestia.
‘Escape Room 2: Mueres por salir’ mantiene esa energía que ya funcionó en su predecesora, expandiendo también la mitología en torno a la corporación maligna a la que se enfrentan los protagonistas, pero sin resultar molesto o muy recargado. La metáfora en torno a este villano sin cara es tan sencilla como el esqueleto de la película, pero que me aspen si en menos de hora y media no logran un rato divertidísimo de terror directo y sin cortapisas.
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