Algo que muchos suelen echar en cara a WWE y otras compañías de wrestling es que es algo falso, quitando por el camino cualquier tipo de valor que pueda tener este entretenimiento deportivo. Eso es algo que quizá pudo tener sentido hace muchos años, especialmente cuando todo el mundo empezó a asimilar que los resultados de cada combate quedaban establecidos de antemano, pero ahora mismo es un argumento totalmente vacío, y la visita de Smackdown a España este viernes 14 de marzo de la mano de Netflix ha sido una nueva demostración de ello.

No quiero recurrir a las comparaciones fácil entre estos shows y una serie de televisión, ya que lo que durante muchos años conocimos en España bajo el nombre de ‘Pressing Catch’ es algo sencillamente único. Sí, hay otras compañías que han hecho cosas parecidas a WWE a lo largo de los años, pero no hay ninguna que haya llegado a replicar de forma consistente y continuada lo que ofrecen al público.

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Un show inolvidable

Axiom

Por mi parte ya había acudido a un par de shows celebrados en Madrid hace bastantes años -recuerdo con especial cariño la entrada del ya tristemente fallecido Bray Wyatt en Movistar Arena-, quedando bastante satisfecho con la experiencia. Pero lo de esta noche es algo que no ha sido histórico solamente por la gran curiosidad de que se trata del primer episodio de Smackdown, un show que lleva emitiéndose de forma ininterrumpida desde 1999, que tiene lugar en España. Ha tenido una energía especial, y vivirlo en primero fila ha sido sencillamente irrepetible.

Por lo pronto, el público ha mostrado una entrega especial desde ese inicio en el que LA Knight ha tardado un rato en poder empezar a hablar. Puede parecer un detalle que se da por sentado, pero no son pocos los programas de WWE con unos espectadores tan apáticos que acaban amargando la experiencia e incluso pueden hacer que varios episodios simplemente sean insoportables de ver. Y es que tres horas de gente peleándose por motivos tan aleatorios que muchas veces parecen guiones sacados de un culebrón es algo que requiere que ambas partes aporten.

También la propia WWE también ha realizado un esfuerzo especial al hacer que Axiom, el luchador español que actualmente es uno de los campeones por parejas de Nxt, tuviese aquí su «debut» en el main roster -las comillas van porque ya tuvo otro combate en noviembre de 2023 contra Dragon Lee-. En otra situación podría haber sido un mero combate para quedar bien con el público, pero además de darle espacio tanto a él como a Gunther para lucirse, a su vez se ha sentido un poco como gran colofón para la fiesta en la que se había convertido la velada.

Nuevos Campones Parejas

Los cánticos han sido una constante, desde los que eran una invitación a la pura fiesta hasta otros de apoyo o incluso insulto a los luchadores –Solo Sikoa ha sido el que peor parado ha salido-, también ha habido curiosidades como la presencia del futbolista Lamine Yamal o grandes celebraciones como el hecho de que muchos hayamos podido ver hoy por primera vez en vivo a Randy Orton. Un villano muy odiado hace no tanto que ahora es una leyenda viva del ring, algo que todo el mundo supo apreciar.

Dicho todo esto, es probable que para muchos siga siendo incomprensible que haya tanta gente que conecte de esa forma con estos luchadores «de mentira», pero es que al final acaba siendo un enorme show. Por supuesto que no es para todo el mundo y que habrá gente que en ningún caso se deje llevar, pero hay que estar para ahí para realmente verte ahí abucheando y aplaudiendo como un loco algo que en cualquier otro escenario jamás te llevaría a reaccionar así. Es especial, y ahora la duda está en saber si será la primera llama para un nuevo boom del wrestling en nuestro país. Ojalá.

Imágenes: WWE

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