El 22 de septiembre de 2004, la historia de la televisión estaba a punto de cambiar, y los responsables de ‘Perdidos’ ni siquiera eran conscientes de hasta qué punto iban a modificar para siempre en la cultura popular las ideas de la serialización televisiva, los universos transmedia, el fandom y la narrativa episódica. Semana a semana, páginas web como Lostzilla ayudaban a desgranar todas las teorías de cada capítulo, los «números malditos» se convirtieron en religión y todos esperamos, durante seis años, que todas las preguntas tuvieran una solución satisfactoria. Y creo que nadie se llevará las manos a la cabeza si digo que no fue un final tan rotundo como nos hubiera gustado a la mayoría.
A tu fueri le gusta ver series
Han pasado 15 años desde el último episodio de ‘Perdidos’, y no son pocas las que han intentado seguir su estela, con un «high concept» inicial que deriva en cientos de pequeños misterios y preguntas sin solución, cuyas respuestas abren todavía más dudas. Series como ‘The Event’, ‘Flashforward’, ‘Persons unknown’, ‘Heroes’ o la actual ‘From’ bebían claramente del manantial que había dejado la serie de Damon Lindelof y JJ Abrams, sin mucho éxito, cometiendo los mismos errores que aquella pero para un público que venía aprendido de casa y no estaba dispuesto a llevarse otro mazazo.
Y entonces, llegó ‘Separación’. La serie de Apple TV+ se ha convertido en un fenómeno internacional por motivos de peso: no solo es icónica, con una narrativa fantástica y unos personajes cuyas acciones son coherentes e interesantes, sino que, además, las resoluciones a sus misterios -y no son pocos- se notan pensadas de antemano y repartidas de manera ecuánime a lo largo de los episodios, en lugar de centrarse en aumentar el pozo de las preguntas y jugársela toda a una última revelación en el cliffhanger reglamentario de la temporada.
Por supuesto que esta serie bebe de muchas fuentes, como ‘El prisionero’ o incluso ‘Westworld’, pero personalmente creo que todos los enigmas principales vienen de ‘Perdidos’, dando una segunda oportunidad narrativa de solucionarlos bien. Las tres preguntas básicas son las mismas: ¿Dónde estamos? ¿Qué hacen en este lugar? ¿Por qué nos está pasando a nosotros? Cada misterio resuelto de ‘Perdidos’ llevaba a más preguntas que acababan resolviéndose de manera un poco decepcionante, o bien con «la isla es mágica» o bien con «son cosas de Dharma». Sin embargo, en ‘Separación’ nos están llevando por carreteras intransitadas, y siempre es emocionante montarte en un camino que creías conocer y acabar totalmente perdido. Y los dos últimos episodios son la prueba de que tiene las mismas cartas, pero está jugando a cosas distintas.
Por favor, disfruten de todos los episodios igualmente
En su día, ‘Perdidos’ cavó su propia tumba con dos directrices. Una evitable, otra no tanto. Por un lado, las larguísimas temporadas de 24 episodios que obligaban, sí o sí, a meter relleno, tramas que no llegaban a ningún sitio y a alargar los desenlaces de los personajes. Por otro, los flashbacks (y flash-forwards) que nos daban contexto sobre los supervivientes del Oceanic 815 pero acababan cayendo en la monotonía (¿alguien se acuerda de aquel episodio sobre los tatuajes de Jack? ¿Y el flashback de Nikki y Paulo?). ‘Separación’ puede condensar mejor la trama, hacer mayores virguerías técnicas y no está encadenada a solo un tipo de narrativa. Es el signo de los tiempos, por otro lado.

Los últimos dos capítulos de ‘Separación’ muestran que la serie, con tan solo 18 episodios emitidos, ya puede hacer con nuestras expectativas lo que quiera. Un episodio de narrativas interconectadas en el espacio-tiempo que muestran el destino de una de las piezas claves que nos faltaba en el puzzle, otro retrato intimista de una secundaria que tiene en sus manos un giro que nadie sospechaba y que lo cambia todo. No necesita meter relleno, dar vueltas sobre lo mismo, recordar a los espectadores despistados lo que pasó la semana pasada: es mejor que ‘Perdidos’… pero se lo debe a la propia ‘Perdidos’.
No quiero que quede aquí la sensación que estoy echando estiércol sobre la serie clásica. Todo lo contrario. Me marcó como espectador, definió una época, se le debe rendir pleitesía seriéfila y nos mostró a la fuerza una máxima que grabarnos a fuego: lo importante es disfrutar del camino, y no ansiar la meta. Si ‘Perdidos’ no lo hizo mejor es porque no sabía cómo hacerlo mejor. Porque no tenía un ‘Perdidos’ que mejorar, un plano inicial en el que poder identificar errores y llevárselos a su terreno. Y, desde luego, ‘Separación’ no es ni será nunca el fenómeno social que fue en su día aquella serie. A Dharma, lo que es de Dharma.
Praise Kier
Pero sí está mucho más centrada, y deja la agradable sensación de que no hay ninguna improvisación por el camino. Que todo tiene su motivo, conoceremos qué es Cold Harbor, quién está en la junta, quién es la señorita Huang, qué hay detrás del absurdo culto a Kier. Pero, al final, los temas que trata no son tan distintos de los de ‘Perdidos’. La fe contra la ciencia, la ignorancia deseada frente al ansia de saber la realidad, las empresas deshumanizadas con empleados que darían la vida de forma inconsciente por ellas, los pasados misteriosos que revelan el presente. Sí, sé que muchos señalan que ‘Separación’ es una versión nueva de ‘El prisionero’, pero creo que solo es el envoltorio.
Si algo demuestran los dos últimos episodios de ‘Separación’ es que, después de juguetear con los conceptos de varias series y llevarlos a su terreno de manera brillante, ya está más que preparada para ser un icono de referencia, saliendo de aquella hermética oficina y mostrando qué hay más allá de sus confines, modificando el tempo y los temas marcados por la primera temporada y lanzándose de cabeza a aguas totalmente inexploradas: las de un pasado traumático, una relación rota por Lumon, una muerte fingida y una persona, la clave de todo, que ha decidido rebelarse.
‘Separación’ ha hecho lo mismo que ‘Perdidos’ en su día: romper con todo, ir por libre, no dejar que nadie le diga el tipo de serie que debería ser. La diferencia es que, con más tiempo para pensar los episodios y la sabiduría que da conocer los errores que podría cometer y las soluciones a los misterios de antemano, la serie de Apple TV+ va a ser capaz de llegar a la excelencia a la que ‘Perdidos’ siempre quiso (pero no pudo) llegar.
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