Cuando Gabrielle Boulianne–Tremblay habla de Hija de sí misma, lo hace con la misma transparencia con la que escribe: “Desde el principio soy una chica. Mi cuerpo es el que me tocó para explorar la vida, no hay error, solo incomprensión”, afirma.

La actriz, guionista y escritora nacida en Quebec Gabrielle Boulianne-Tremblay. Foto: Justine Latour, Metalucida.La actriz, guionista y escritora nacida en Quebec Gabrielle Boulianne-Tremblay. Foto: Justine Latour, Metalucida.

Hija de sí misma es una novela de un candor inusitado, un delicado susurro al oído, una confesión secreta y sutil, una bocanada de aire fresco en la espesura cerrada de la noche. Con la tierna voz de una niña que siempre supo quién era, la autora relata en esta obra el camino de autodescubrimiento de una joven trans en un pequeño pueblo de Quebec.

Pero no es solo su transidentidad la que la vuelve vulnerable sino, sobre todo, su sensibilidad poética. Su manera clara y diáfana de ver el mundo. Si bien se puede decir que Hija de sí misma es una novela sobre la identidad, es mucho más un profundo manifiesto acerca del amor y la amistad. “Para Thérèse, preciosa mía, que baila entre las estrellas”. Desde la dedicatoria hasta el punto final, la autora invita al lector, con infinita dulzura, a transitar por un tsunami de emociones no carente, sin embargo, de angustia y frustración.

Actriz, guionista y escritora nacida en Quebec en 1990, es incluso poseedora de su propia marca de perfume. A los quince años, comenzó a llevar un diario íntimo que la ayudó a afirmarse en un entorno poco receptivo. Tras publicar poesía y experimentar con la auto ficción, inspirada en autoras como Nelly Arcan y Annie Ernaux, Gabrielle Boulianne–Tremblay dio un paso decisivo con esta primera novela, donde narra con inocencia y lirismo, el proceso de darse nacimiento a sí misma.

Ahora la autora llega al café de la Librería de Eterna Cadencia, en Palermo, una mañana de primavera. Su visita coincidió con el anuncio de que recibirá el Premio Bibliothèque et Archives Canada 2025, junto a otros cuatro autores (Danny Ramadan, Margaret MacMillan, Rupi Kaur y Tomson Highway), un reconocimiento que la consagra como una de las voces más potentes de la literatura canadiense contemporánea.

–Cuando decidiste escribir, ¿cómo fue ese proceso?

–Empecé con la poesía ( Le ventre des volcans, Les secrets de l’origami –sin versiones en español), ya me conocían en Quebec y llevaba un diario desde los quince años, fue una manera de no sentirme sola. El libro nació de un manifiesto que escribí para un cabaret (y que se publica al principio de la novela); alguien lo filmó, se difundió en redes y la editorial Marchand de feuilles me pidió más. Les envié la escena de la pelea con Guillaume, en medio de una tormenta de nieve, porque me pareció importante mostrar que, cuando eres trans, las relaciones son más difíciles. Y, luego, me pidieron el manuscrito completo. Con mi editora, trabajamos dos años hasta darle forma. Nunca imaginé que me llevaría a viajar por Europa; visité Estonia, Suecia, Francia, Suiza, la novela es mágica…

–El título Hija de sí misma evoca un parto, la idea de darse nacimiento…

–Es quizás eso lo que las personas trans son llamadas a hacer, dar nacimiento a ellas misas. En Quebec (no sé si es así en la Argentina) a la gente le importa mucho saber quién es tu padre, cuál es tu procedencia, cuál es tu familia, tu apellido… Una es “la hija de…”, y yo estaba muy ansiosa, muy estresada porque el libro estaba terminado y no encontraba el título pero, al final total del proceso de escritura, el titulo me apareció como una visión: yo soy, sí, la hija de mi padre y de mi madre pero, finalmente, soy una self–made, me hice a mí misma. La protagonista es la propia capitana de su barco.

–¿Por qué elegiste un diamante rosado para ilustrar la tapa de tu libro?

–Porque el diamante se extrae del suelo y nace de la presión, se hace con temperaturas extremas. Hija de sí misma también nació en condiciones extremas.

–¿Se puede decir, entonces, que este libro te convirtió en un diamante pulido?

–Sí, porque ahora, que ya se quién soy, voy a brillar. No voy a sofocar esa luz, la voy a mostrar todo el tiempo, porque tenemos muchas facetas, muchas dimensiones, una no es solo una persona trans, las etiquetas son para los vestidos. Quedarse en una piel pequeña, en una caja pequeña, nos impide vivir nuestra vida en todo su esplendor.

–¿La imagen puede remitir, también, al cuarzo rosa que la abuela le regala a la protagonista?

–El cuarzo rosa simboliza el amor, y este libro es justamente una búsqueda de amor, una voluntad de ver la belleza. Aun si hay violencia, yo me aferro a la belleza del mundo. Para mí, escribir es algo precioso. Escribo para intentar comprender quién soy y este libro me ha permitido encontrar mi opacidad porque antes me sentía un fantasma. Creo que el fin de la escritura es darnos nuestro lugar.

–¿Quién es Thérèse, a quien dedicás el libro?

–Es mi abuela.

–¿La que te ofreció el cuarzo como regalo?

–La que me ofreció el regalo de la esperanza. Ella fue una de las primeras compañeras que tuve, la primera que me comprendió. Falleció hace cuatro años. Ella tenía un gran corazón, inmenso. La abuela del libro está muy inspirada en mi verdadera abuela, la madre es diferente, porque mi madre es perfecta.

–¿Su muerte influyó en tu escritura?

–Sí, éramos muy cercanas, fue un gran shock, pero también una inspiración. La escritura da inmortalidad. Este libro es alquímico: no solo habla de la transformación trans, sino de una transformación de la mirada sobre el mundo. Como en la alquimia, un proceso de sublimación.

–¿Por qué elegiste escribir una novela y no una autobiografía?

–Porque consideré que todavía soy joven para una autobiografía. Creo que tengo, todavía, muchas cosas para vivir. Empecé este proyecto a los quince años y necesitaba que evolucionara conmigo, al ritmo de mi comprensión del mundo. Me llevó dieciocho años descubrir quién soy, porque las informaciones no eran accesibles en los años 90 y 2000 en mi pueblo (Malbaie, en la Provincia canadiense de Quebec).

La actriz, guionista y escritora nacida en Quebec Gabrielle Boulianne-Tremblay. Foto: redes sociales.La actriz, guionista y escritora nacida en Quebec Gabrielle Boulianne-Tremblay. Foto: redes sociales.

–En el libro, lo describís como un lugar de costumbres rígidas…

–No es que la gente sea mala, es que no comprenden porque no tienen los recursos para entender. Quise mostrar esa sensación de invisibilidad, de no ser entendida, para que quienes no son trans puedan acercarse a esa experiencia.

–Aunque el libro muestra sufrimiento, termina con esperanza. ¿Qué hay de real y qué de ficción?

–Elegí no contar ciertos momentos y crear otros. Yo tuve la suerte de tener una familia que me apoyó, pero no es la realidad de la mayoría. A mí me parece importante utilizar mi voz para sensibilizar a la gente sobre otras realidades, utilizar mi pluma para tratar de contar cómo es la experiencia de la mayoría. Es mi manera de sensibilizar, de ayudar a flexibilizar las mentes. Siempre quise hacer el bien, incluso soñaba con trabajar en la ONU. Proteger a mi familia también fue importante: por eso la novela toma distancia.

–¿Creés que tu libro puede abrir puertas a quienes atraviesan un proceso de autoconocimiento similar?

–Absolutamente. En la Feria del Libro de Montreal un padre me agradeció porque gracias a mi libro comprendió mejor a su hija trans; también una abuela me habló de su nieta. Esos encuentros son preciosos: la escritura es solitaria, pero cuando el libro sale al mundo y genera estos diálogos, siento que la vida es buena. Soy optimista: cada libro demuestra que la vida no solo vale la pena, sino la alegría de ser vivida. Y, también, Hija de sí misma es una chica universal, no es solamente alguien que tiene que encontrar su lugar en el mundo sino también el de su familia, el lugar de su madre, el amor de su padre, lo que le hace muy mal es que su padre haya desaparecido, y hay repercusiones de ello en la segunda novela.

–¿Ya existe esa segunda novela?

–Sí, salió en Quebec en agosto: La fille de la foudre (La hija del rayo). Mientras la primera responde a “¿quién eres?”, la segunda responde a “¿cómo eres?”. La protagonista enfrenta desafíos sentimentales y una personalidad borderline, como la mía. Quise mostrar que, más allá de las configuraciones, siempre es posible encontrar alegría en existir. Viajar me hizo enamorarme aún más del mundo. Incluso el embajador de Canadá en Suecia me dijo: “Este es mi libro favorito”.

–En tu libro aparece una biblioteca que le despierta a la protagonista el amor por la lectura. ¿Qué autores te inspiran?

–Le Clézio es mi favorito, tengo toda su obra. También Annie Ernaux, Nelly Arcan –quien me abrió el camino de la autoficción—, G–rielle Roy, Nancy Huston, Virginia Woolf, Jacques Lusseyran. Creo, definitivamente, que la literatura puede salvar vidas.

–En tu infancia pensabas mucho en la muerte. ¿Por qué?

–Porque sentía que no tenía esperanza, que nadie me comprendía. Eso cambió ahora. Hoy adoro la vida. Saber que mi libro viaja kilómetros y llega a alguien lejano es un gran honor.

–Es una botella lanzada al mar… ¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

–Trabajo en la adaptación cinematográfica de Hija de sí misma. Será producida por la mayor compañía internacional de Quebec.

Gabrielle Boulianne–Tremblay básico

  • Nació en Saint-Simeon, Quebec, Canadá en 1990.
  • Es actriz, guionista y escritora.
  • Publicó su primera novela, La fille d’elle-même (Marchand de feuilles) en 2021, traducida al español por Metalúcida con el título Hija de sí misma (2025).
  • En 2022 obtuvo el premio de Libreros de Quebec. Es ganadora del premio Bibliothèque et Archives Canada 2025.

Hija de sí misma, de Gabrielle Boulianne–Tremblay (Metalucida)