Seguro que no soy el único que alguna vez se ha preguntado el motivo de que los tráileres de una película reciban dicho nombre y para averiguarlo hay que remontarse a 1912, fecha en la que se emitió en cines el primer tráiler de todos.

El avance pertenecía a ‘The Pleasure Seekers‘, una obra de Broadway; consistía en varias escenas de los ensayos y fue mostrado tras la película en cuestión. Práctica que el serial ‘The Adventures of Kathlyn‘ aprovechó el mismo año para incluir al final de cada episodio un breve tráiler del siguiente, dejando así al público con ganas de más.

Para 1916, los grandes estudios de Hollywood ya empezaron a crear sus propios trailers, que por regla general consistían en escenas de la película con texto sobreimpreso para llamar la atención del espectador y para destacar el nombre de sus grandes protagonistas. Eso sí, no fue hasta 1917 cuando se usó por primera vez el término «trailer», siendo el prestigioso New York Times el primer medio en utilizar el término para referirse a unos avances que se emitían a continuación de la película mostrada; «trail» puede traducirse en español como «seguir».

Los primeros cambios

NSS

En 1919 nacía The National Screen Service, una empresa creada por Herman Robbins que se dedicó a crear trailers por su cuenta a partir de diferentes imágenes de la película en cuestión para luego venderlos. Por suerte para él, los estudios vieron en ello la solución ideal para tener que perder tiempo haciendo sus propios avances y llegaron a un acuerdo con él que permitió a la NSS monopolizar el mundo de los tráileres durante varias décadas. Ser el pionero a veces tiene sus ventajas…

Ahora hay que saltar a finales de los años 30, siendo entonces cuando los tráileres empezaron a mostrarse antes de la película, ya que la decadencia de los seriales llevó a los espectadores a abandonar las salas con rapidez y no había falta ser un lince para darse cuenta que pasarlos antes era mucho más efectivo si querías conseguir la atención del espectador. La verdad es que cuesta entender que tardasen tanto en darse cuenta, pero bueno, todos somos genios a posteriori…

Los estudios recuperan el control

Muchos directores ganaron control creativo durante los años 60 y estaban muy poco satisfechos con la forma de encarar los tráileres por parte de la NSS, lo cual llevó a los estudios a recuperar el control de los mismos, creando para ello divisiones especializadas únicamente en la creación de estos avances y que incluso tenían que realizar música específicamente para ellos. Los tráileres estaban ganando entidad propia y empezaban a usarse de forma independiente para aumentar el interés del público hacia titulos aún por estrenarse.

Sin embargo, el cambio más grande llegó gracias a ‘Tiburón‘ (‘Jaws’, 1975), pues Paramount rompió con el modelo de distribución inicial; es decir, primero se estrenaba en las grandes ciudades y luego iba expandiéndose. En su lugar, apostó por estrenar en 464 cines de golpe. Esto se tradujo en que casi la mitad de su presupuesto se invirtió en la campaña promocional, emitiendo en los días previos a su estreno hasta 25 trailers ligeramente diferentes de 30 segundos en televisión. Su descomunal (y merecido) éxito hizo que todos se sumaran al carro y que naciera la tendencia a saturar al espectador…

Los tráileres se convierten en mini-películas

Poco tardarían los avances en adquirir la estructura de tres actos que tanto abunda en la actualidad: el primero establece la premisa básica, el segundo su desarrollo argumental y el tercero mezcla narración con la sucesión de imágenes impactantes con música que lo subraye. Para ello fue clave Joseph Farrell, unánimemente considerado el inventor del tráiler moderno, pero también del sistema de encuestas para conocer los gustos del público y aplicar eso tanto al tráiler como, por desgracia, hasta a la propia película.

Joseph Farrell

Con tantos cambios, los estudios han intentado en varias ocasiones dejar atrás la palabra tráiler y sustituirla por términos como preview, pero el público los ha rechazado sistemáticamente, por lo que parece que seguiremos utilizando un término que nació para describir algo muy diferente a lo que hoy podemos ver. Ahora la duda que me queda es saber en qué momento se consideró una buena idea empezar a destripar más de la cuenta en los trailers, una tendencia cada vez más extendida.

Información vía | Prineocomics

En Espinof | ‘Tiburón’: así dirigió Steven Spielberg un clásico del suspense que no ha podido ser imitado