Han pasado 118 días, prácticamente cuatro meses, desde que el sindicato de actores de Hollywood se declarara en huelga. Sumada a la de guionistas, en total llevamos 191 días con todo parado, seis meses que van a convertir 2024 en un erial cinematográfico (mainstream, al menos). Ahora, por fin, SAG-AFTRA ha anunciado que vuelven al trabajo con un acuerdo histórico del que aún queda por saber todos los detalles pero ya conocemos sus logros principales. Y no está nada mal.
Vuelta al curro
Los dos puntos clave del acuerdo son las regulaciones sobre inteligencia artificial, que protegerán a los actores contra el uso de la misma, y un aumento de los sueldos: los mínimos subirán un 7%, dos puntos más de lo que consiguieron guionistas y directores. Como para poner un piso a Fran Drescher, Sean Astin y el resto del comité de negociación. Además, el acuerdo incluye un extra por participación en streaming, una pensión mayor e incluso beneficios sanitarios.
En total, por hacernos una idea, el sindicato afirma que el acuerdo vale más de mil millones de dólares. El voto fue unánime, los miembros del comité se echaron a llorar de alegría y, aunque reconocen que no es perfecto, sí que es un paso adelante enorme. «Hemos llegado a un contrato que permitirá a los miembros de SAG-AFTRA de cualquier categoría tener carreras sostenibles. Miles de actores ahora y en el futuro se beneficiarán de este trabajo», ha dicho el sindicato en el mail a sus miembros.
Claro, aún queda que el gremio lo apruebe este viernes, pero es algo que se da por hecho. Han sido semanas muy duras con las presiones de los estudios (que insistieron en que su oferta era la «última, mejor y final» antes de seguir negociando), pero de momento este acuerdo seguirá en pie hasta su renegociación en 2026. De momento, mucho menos belicosa y convirtiendo su lenguaje a uno mucho más amable que habla sobre crear historias, la AMPTP ha dicho que el contrato «representa un nuevo paradigma».
La huelga ha sido histórica: la más larga de la historia, superando por 23 días a la de 1980. Pero, por lo que parece, ha merecido la pena: ahora depende de toda la industria y su eficiencia poder tener películas en verano de 2024 antes de que todo se caiga por la borda. Según se cuenta, las que se quedaron a medias ya han ido avanzando en tareas de montaje e incluso post-producción para no dejar un año casi completamente vacío. Hollywood ha vuelto. Veremos si el juguete nos dura.
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