La librería en español Mil Gotas inauguró una galería de arte latinoamericano y una residencia artística en la capital china con el objetivo de «explorar el espacio para el intercambio» entre la cultura china y el mundo en español con una «actitud de escucha». La galería, llamada Espacio Mil Gotas, se dedicará a mostrar al público chino una amplia gama de expresiones artísticas provenientes de América Latina, desde pintura y escultura hasta instalaciones y nuevas tecnologías.
«Hay mucha curiosidad en China por las obras de artistas latinoamericanos, más de la que existe en el sentido inverso», asegura el escritor y editor argentino Guillermo Bravo, dueño de Mil Gotas e impulsor del proyecto, quien añade que los visitantes chinos asocian «lo colorido, lo vibrante, el movimiento y la audacia» con el arte latinoamericano.
Bravo destaca el interés chino por «el arte indígena, las raíces coloniales y luego el arte que de alguna manera refleje la vida de los latinoamericanos hoy».
El argentino apunta que, tanto en el caso de su librería Mil Gotas, la primera en español en China e inaugurada en 2017, como en el de la nueva galería, se dio cuenta de que el propósito de ambos proyectos «es escuchar y ver más que mostrar».
Un punto de encuentro
El nuevo espacio, situado en una antigua vivienda con patio típica del país asiático, desea «ser un punto de encuentro y difusión del arte latinoamericano contemporáneo en China».
Estos días, la primera exposición de la galería muestra obras de artistas latinoamericanos como Verónica Gómez, Fernanda Laguna, Washington Cucurto o Cindy Cal.
Además, la Residencia Artística Mil Gotas tiene el objetivo de «brindar una oportunidad a los artistas latinoamericanos para trabajar y crear en un entorno motivador«.
Ese entorno es el barrio artístico de Songzhuang, situado en la periferia de Pekín y que tiene su origen en «un grupo de artistas que se fueron a las afueras buscando un entorno bucólico, libre y barato» en los años 90, explica Bravo, quien asegura que el barrio «fue un sueño de libertad y alegría».
«Desde hace unos años, a decir verdad, el sueño se ha calmado un poco, ya no es un barrio barato y ya no es ni tan lejos ni tan ajeno a Pekín«, lamenta el escritor, quien señala sin embargo que el lugar «sigue siendo un lugar vibrante, lleno de actividad artística, no gentrificado» y poseedor de «un espíritu rural» y de una «idea de vida comunitaria», además de haber sido hogar de hasta 30.000 artistas.
Relacionarse con los vecinos
Por ello, Bravo explica que el «primer requisito» para los futuros artistas invitados a la residencia es que «estén interesados en ver el barrio, en relacionarse con los vecinos y respetar» y añade que, al contrario que en el centro de Pekín, donde la vida «no es tan diferente» a la de otra gran capital, el barrio de Songzhuang es «más único como experiencia» para un artista latinoamericano recién aterrizado.
Pese a que se inauguró oficialmente días atrás, la Residencia Mil Gotas ya ha recibido a artistas y escritores en los últimos meses y dado algunos frutos: «El proyecto funciona, se ha creado el intercambio. Un escritor argentino está por mostrar en Buenos Aires la obra de un artista chino que conoció aquí y en una exposición que se organizó hace poco en Songzhuang apareció una chica que hizo la residencia aquí», indica Bravo.
El impulsor del proyecto expresó su esperanza de que la galería y la residencia «dejen una huella, por modesta que sea, en algunos caminos, tanto en los caminos de los artistas que vengan como en los de los artistas del barrio y los vecinos en general».
Con información de EFE.