Hacía muchos meses que no me pasaba por el servicio Antstream, pero ha sido ver que se incorporó recientemente el mítico Barbarian: The Ultimate Warrior de Palace Software en su versión para Amiga 500 y tener ganas de recordarlo y comprobar cómo ha envejecido. Porque de vez en cuando surgen juegos que rescatan su esencia (o más bien, la de su secuela), como Age of Barbarian.
Este clásico de 1987 destacó, como muchos recordarán, por dos motivos: su portada con el «gladiador» Michael Van Wijk y la modelo Maria Whittaker, ambos con muy poca ropa; y el nivel de gore que ofrecía el juego en acción, siendo uno de los más violentos en los ochenta, antes de la polémica con Mortal Kombat.
El gran duelo a muerte entre dos bárbaros…
Barbarian debutó en 1987, mismo año que Street Fighter, compartiendo con la obra de Capcom el hecho de ser otro juego de lucha. Ahora bien, este trabajo de Palace Software era bastante limitado al respecto, al tener un único personaje… para ambas partes. Sí, un bárbaro cuyo color de piel o ropa iba variando por fase.
Tampoco podía presumir con la variedad de sus escenarios, al haber tan solo dos, con un par extra de cara al tramo final que curiosamente también se repetían a lo largo de las únicas ocho «fases» como tal de las que constaba el juego. Una sucesión de duelos contra otro bárbaro de idéntico aspecto al nuestro y con los mismos movimientos de ataque y de defensa, de ahí que cansase al poco rato.
Lógicamente, tuvo «algo», sorprendiendo un movimiento en especial que muchos seguimos sin olvidar: ese ataque que podía decapitar al instante al rival si dábamos con el momento exacto. Una victoria instantánea nada habitual en los juegos de lucha (salvo la llegada del posterior Bushido Blade de PlayStation en 1997), que nos brindaba otro momento para enmarcar: ver su cabeza rodando por el suelo mientras el cuerpo seguía echando sangre a lo Tarantino hasta que venía un goblin y le daba patadas mientras arrastraba el resto del cuerpo. Impactante.
No era nada sencillo acertar siempre, por supuesto. En muchas ocasiones había que tener suerte, porque era imposible anticiparse al movimiento del rival; máxime teniendo en cuenta el alto grado de dificultad que entrañaba bloquear sus ataques o tener que sufrir cuando nos tiraba rodando. En este sentido, me hace mucha gracia un comentario de un usuario por Youtube al compararlo con Dark Souls, debido a que «el 80% de la partida nos lo pasamos rodando frente al enemigo».
Barbarian, lucha sumamente limitada con espadas
Su control hoy resulta de lo más extraño, al obligar a mantener el botón de ataque pulsado para poder atacar, variando el tipo de espadazo según la posición del mando. Si no mantenemos el botón, el control de dirección nos sirve tanto para desplazarnos como para rodar o protegernos. Y no es algo que sea cómodo.
Ni cómodo ni fluido, en realidad, debido a la lentitud y/o torpeza de algunos de sus movimientos, especialmente cuando nos arrinconaba la máquina y se convertía en el caos más absoluto. Ahí la táctica desaparecía por completo y se traducía en un aporreabotones combinado con el movimiento de rodar. Y es que parte de ese caos venía dado también por la ausencia de agarrar para apartar al rival más cómodamente (sí que había una patada con esa función, pero fácil de cortar) o simplemente saltar como en cualquier juego de lucha. Era demasiado limitado.
Divertía más contra otra persona, en vez de jugar contra la máquina, puesto que la campaña era sosa y repetitiva, siendo de lo más anecdótica la presencia de un amago de «jefe» al final. En la secuela sí que se aprovechó mejor la figura de Drax, el villano, al igual que de cara a todo el juego, con mayor variedad de escenarios a explorar, un gran número de monstruos y la posibilidad de elegir protagonista.
Aquel Barbarian II: The Dungeon of Drax de 1988 fue precisamente el juego que tomó como referencia Crian Soft hace casi una década para desarrollar Age of Barbarian, sin dejar de lado el contenido explícito con la violencia y el sexo como reclamos publicitarios, mucho más marcados en esta obra para Steam que recibió una Extended Cut en 2016, para volver a sus orígenes con la lucha en 2017 en Arena: An Age of Barbarians Story, apelando al factor nostalgia… pero sin éxito.
¿Ha aguantado bien el paso del tiempo?
No, por culpa de un control de todo menos práctico. Nos «volaría» la cabeza en su día este Barbarian: The Ultimate Warrior, pero hoy difícilmente se puede sustentar en algo más que aquella técnica gore de decapitar al enemigo para hacer gracia. Y es que hay recuerdos que es mejor dejarlos en su lugar para no perder la cabeza.
Barbarian: The Ultimate Warrior
Plataformas | Commodore 64, ZX Spectrum, Amiga 500 (versión analizada), Amstrad CPC, Atari ST… |
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Multijugador | Sí, local (dos jugadores) |
Desarrollador | Palace Software |
Compañía | Palace Software |
Lanzamiento | 1987 |
Precio | No disponible |
Lo mejor
- Decapitar al enemigo para ganar al instante
- Jugar contra otra persona a lo loco
Lo peor
- Todos los rivales eran idénticos al nuestro
- El control para atacar era poco práctico
- Las fases se repetían constantemente
- Superada la gracia inicial, no daba más de sí