Xbox Cloud Gaming, el Juego en la nube de Xbox, se ha vuelto uno de mis temas de conversación recurrentes, y no tiene pinta de que eso vaya a cambiar en el futuro. Más bien, todo lo contrario. La experiencia, mando en mano, no es perfecta y -siendo sincero- tampoco hace que tenga guardados en el cajón los mandos de Xbox Series X, Switch o PS5. Es más, ha llegado el punto en el que Xbox Cloud Gaming se ha integrado completamente en mi día a día.
Dicho de otro modo: jugar al Game Pass e improvisar partidas a través de móviles y navegadores no le ha comido el tiempo a mis partidas en la tele, sino a mis redes sociales, Netflix o YouTube. Lo cual no impide que pueda compaginar jugar a cualquier cosa ligera desde mi móvil con el típico maratón palomitero de Disney +.
En lo personal, la habilitación de la beta del servicio de juego en nube de Microsoft me ha venido de escándalo: en estos tiempos en los que todos sufrimos en mayor o menor medida un Diógenes digital, dedicarle una sola partida a ese juego que tiene tan buena pinta se reduce a un sencillo click o un mísero toque en la pantalla de mi móvil. Algo que ya hacía con Stadia desde el primer día, todo sea dicho, pero la entrada del Game Pass en la ecuación le da un matiz distinto.
Un notable avance, si tenemos en cuenta que antes descargaba, instalaba y -cuando necesitaba espacio para otro- borraba juegos en PC y consola constantemente sin ni siquiera iniciarlos. El proceso, a día de hoy, es diferente: he borrado de mi PC todos los juegos del Game Pass que se juegan a través de la nube. Y si la experiencia mejora, es probable que, cual Thanos, reduzca a la mitad los que tengo en Xbox. ¡Y eso que hace un mes estaba esperando a que se reajustase la capacidad y el precio de las tarjetas externas SSD de Xbox!
Con todo, Xbox Cloud Gaming no es perfecto. Y teniendo en cuenta que se trata de una beta, hay amplio margen para que su experiencia de juego se alinee a lo que esperamos encontrar en 2021 en adelante. Siendo justos, de cara al jugador, las ventajas pesan más que los contras. Mañana, quizás, sea una experiencia intachable. Lo cual no quita que cada uno tenga que hacer su valoración en función del uso que le pueda sacar.
En mi caso particular, a día de hoy, te he reunido en un mismo sitio lo que más me gusta del juego en la nube de Xbox y lo que no tanto.
Se acabó depender del hardware para jugar a los bombazos de Xbox
Jugar a Xbox Cloud Gaming es olvidarse de los requisitos mínimos y recomendados en cualquiera de los juegos incluidos. Desde los éxitos indie a DOOM Eternal, Gears 5, Control y Outriders.
La mayoría de bombazos del catálogo de Xbox Game Pass dicen presente, aunque hay excepciones muy sonoras, como Age of Empires, Flight Simulator o Minecraft. Eso sí, que ya no sea necesario renovar PC o componentes para darle caña a los juegos actuales y venideros es un puntazo total.
Existe un matiz, claro. Más allá de necesitar una conexión a internet (a fin de cuentas se trata de juego en nube) la gran mayoría de los juegos exigirán que tengamos un mando en navegadores o móviles. Un requisito bastante razonable, sobre todo -como veremos- en aquellos juegos que le dan un peso especial al competitivo.
La resolución y el rendimiento son el mayor punto en contra
La gran desventaja del juego en nube de Xbox frente a Stadia y los formatos físicos y digitales es la calidad con la que se muestran los juegos en pantalla: en algunos casos la resolución en navegadores se desploma, especialmente cuando hay movimientos bruscos, aunque es el rendimiento el mayor perjudicado.
En los juegos 2D se disimula bastante mejor, salvo en aquellos, como Cyber Shadow, en los que la precisión y la destreza de un ninja son esenciales. Así, puedes disfrutar de perfectamente Guacamelee! 2 en nube o cualquier roguelike. Eso sí, esto no se aplica a todos los juegos: Dead Cells pierde parte de su ritmo y velocidad.
El motivo de ambos problemas es doble: por un lado, actualmente Microsoft usa la tecnología de Xbox One para Xbox Cloud Gaming. Por otro, queda patente que el servicio está pasando por una fase de testeo. Lo bueno del formato, por otro lado, es que se espera que la calidad sea cada vez mejor y que -con el tiempo- se ponga al nivel del resto de formatos.
La experiencia multijugador de juego cruzado: la clave de Xbox
La marca Xbox ya no hace referencia a una consola: es un ecosistema de juegos en sobremesas, escritorios, móviles y navegadores. Y lo mejor es que todos convergen en el Game Pass. Incluyendo el multijugador.
A la propuesta del Play Anywhere de los juegos de la Microsoft, en la que muchos de los juegos retienen los progresos en todos los sistemas, hay que sumar el juego cruzado. Dicho de otro modo: si jugamos a Bleeding Edge o Dirt 5 en navegadores, compartiremos partida con cualquiera que esté en el juego.
Y no solo eso: el sistema para invitar a otros jugadores a la partida es prácticamente universal: desplegando el menú vertical de Xbox podremos ver quién está conectado y meterlo con un sencillo gesto en el juego. Y lo mismo se aplica a la hora de recibir o gestionar invitaciones de amigos. Tan sencillo y simple como suena.
Así, de un plumazo y a través de una suscripción que podemos activar en cualquier momento, Microsoft elimina la barrera de necesitar o tener que comprar una consola o un juego para poder disfrutar de las risas de Sea of Thieves o las benditas sensaciones clásicas de Streets of rage 4.
Más de 250 juegos, y seguimos sumando
Si bien, en calidad de juego Xbox Cloud Gaming no está a la altura de Stadia (por lo menos la beta actual) su mayor ventaja frente a cualquier alternativa de juego en nube es el brutal Game Pass: más 250 juegos publicados en consolas Xbox que van desde clásicos a imprescindibles totales. Del Final Fantasy VII original a Grand Theft Auto V de Xbox One, pasando por la edición especial de Skyrim o Dragon Quest Builders 2.
La selección de juegos de Microsoft no solo es alucinante, sino impresionantemente variada: hay indies de cita obligada, como Undertale o Narita Boy, pero también bombazos de notable éxito como ARK: Survival Evolved o PUBG. Y lo más interesante de todo: podemos esperar la llegada de los futuros exitazos de Xbox Game Studios desde el día de lanzamiento.
Dicho lo cual, volvemos a lo de antes: no todos los juegos del Game Pass se juegan en nube, y eso da pie a ausencias muy notables. De Microsoft faltan Minecraft, Flight Simulator, Age of Empires o Rare Replay. Pero, claro, la cantidad de juegazos y propuestas interesantes sigue siendo abrumadora.
No puedes jugar a nada que no esté en el Game Pass… Incluyendo lo que sale de él
La otra ventaja de Stadia frente a Xbox Cloud Gaming es que el catálogo de juegos del servicio de Microsoft segundo está acotado a los contenidos de Xbox Game Pass para nube. Es decir, que adquieras un juego en la tienda digital de Microsoft, incluso si es de Xbox Game Studios, no es sinónimo de que lo vayas a poder jugar en nube. Otra cosa es que te puedas llevar los progresos.
A esto hay que añadir un matiz añadido: el catálogo de Xbox Game Pass es dinámico, con lo que cada mes entran y salen juegos. Un ejemplo ilustrativo es que en mayo de 2021 sale el clásico Final Fantasy IX y entra Final Fantasy X / X-II HD Remake. Y, en consecuencia, una vez salga del servicio ya no es posible jugarlo en la nube de Xbox.
Siendo justos, la mayoría de servicios de streaming -como Netflix- renuevan su catálogo de manera mensual. Y se ha dado algún caso en el que un juego que salió del Game Pass ha vuelto. Pero, volvemos a lo básico: es un apartado a tener en cuenta.
Lo mejor para improvisar partidas o descubrir novedades
Con lo anterior por delante, Xbox Cloud Gaming ha reducido cualquier barrera a la hora de jugar a cualquiera de sus juegos a un click y su correspondiente tiempo de carga. Probar novedades o clásicos nunca había sido tan fácil, y no tener que hacer malabarismos con el almacenamiento de la consola o no preocuparse de los requisitos es una ventaja brutal.
He perdido la cuenta de los juegos que he tenido instalados y posteriormente han sido borrados sin haberles dado una oportunidad. Tanto títulos muy recomendados como juegos que, por su premisa jugable o por quien los desarrolla, me han llamado la atención. Pero, claro, toca priorizar y éstos son los primeros en desaparecer de mis discos duros.
¿Lo mejor? A través de Xbox Cloud Gaming llevo más de una decena de sorpresas descubiertas. Juegos que habrían pasado completamente desapercibidos y que, mientras espero con el móvil en la mano o me entretengo con un viejo ordenador portátil, no solo merecen una partida, sino jugarse hasta el final. Y, en ese aspecto, el formato de juego en nube hace que sea muy fácil improvisar partidas.
¿Qué pasa con los tiempos de carga?
Cuando te adaptas a los tiempos de carga ultrarrápidos de los sistemas de nueva generación cuesta volver a la normalidad, y siendo sinceros, desplazarme entre mapas en Outriders en Xbox Cloud Gaming a través de navegadores se hace menos llevadero que en Xbox Series X.
Iniciar partidas al toque de un click no implica que la ejecución de un juego equivalga a reproducir un vídeo en YouTube, sino que se ejecuta en remoto. Y al tiempo de carga de cada videojuego (que varía en función del tipo de juego) hay que sumar unas pantallas de carga que van en sintonía con las vistas en Xbox One. Un aspecto a considerar, desde luego.
Por otro lado, y basándome en mi experiencia, al jugar desde navegadores siempre he amenizado la espera abriendo una segunda pestaña y viendo que hay de nuevo y de qué se habla en la red de redes o revisando el estado de mis pedidos de Amazon. En 2021, el que se aburre es porque quiere.
La barra de juegos: el add-on perfecto para el Game Pass… cuando esté pulido
La barra de juego es una herramienta esencial para el jugador en Windows 10: podremos acceder a toda clase de widgets, gestionar o hacer capturas y grabaciones e incluso gestionar los recursos de nuestro PC. Y lo cierto es que le sienta de maravilla al Xbox Cloud Gaming.
Realizar gameplays o capturar vídeo es mucho más sencillo que en consola Xbox, con la ventaja añadida de que podremos acceder alguna que otra funcionalidad extra con solo usar las teclas «Win» y «G». Eso sí, todavía no podremos hacer pantallazos impresionantes.
Ahora mismo, la resolución y el rendimiento juegan en contra a la hora de obtener fotazos alucinantes o grabar nuestras partidas más disparatadas. En el futuro, la integración de la barra de juegos como complemento añadido dará nuevas posibilidades al juego en nube de Microsoft.
El Juego en la nube de Xbox y el Programa Rewards: un combo ganador
De lejos, el programa Microsoft Rewards es uno de los puntos fuertes de Microsoft y el Game Pass: a base de jugar, obtener logros o probar juegos reuniremos puntos que podremos canjear por dinero real en tiendas como el Corte Inglés, Decathlon o Ikea; tarjetas de prepago para la tienda de Microsoft y suscripciones (incluyendo uno y tres meses de Game Pass Ultimate)
En este aspecto, el programa Microsoft Rewards y Xbox Cloud Gaming son una combinación ganadora. Por un lado, con Rewards podremos suscribirnos o renovar Game Pass Ultimate de manera gratuita. Por otro, a base de jugar en nube se hace mucho más sencillo y fácil obtener puntos. Ni siquiera tendremos que instalar los juegos.
Todos tus progresos justo dónde los dejaste
Hay una cosa que me fascina de Xbox Cloud Gaming: si bien, no se parece a la app de Xbox (y Xbox Game Pass) de PC, tras la sincronización de mi cuenta me encuentro que todos mis progresos de mis juegos de Xbox 360 y Xbox One están en su sitio esperándome en la nube. Incluyendo aquellos que dejé a la mitad hace cuatro o cinco años. O más.
Reencontrarme con mi partida del remake de Perfect Dark, el remake lanzado en tiempos de la Xbox 360, incluyendo mis marcas y mis logros, ha sido una grata sorpresa. Y, a la vez, una manera inmejorable de promulgar la filosofía de aunar los juegos de todas las generaciones bajo el sello Xbox.
Eso sí, previamente tendrás que haber subido tus progresos a la nube Xbox. Un trámite muy sencillo en Xbox y automatizado desde Xbox One. Con todo, si jamás conectaste tu consola a internet tendrás que empezar la partida de cero. Lo cual tiene cierta lógica.
Redondeando el valor de la suscripción de Xbox Game Pass Ultimate
Xbox Cloud Gaming no es un servicio independiente, aunque podría serlo, sino una extensión del Game Pass Ultimate. Una muy bien planteada: la idea es llevarnos las partidas y los juegos dónde queramos sin que el hardware sea una barrera, y que acceder a ellos desde móviles o cualquier navegador no requiera un desembolso adicional hace todavía más irresistible el servicio.
Una adición a un Game Pass Ultimate que ofrece el Game Pass de PC, el Game Pass de consola, la suscripción Gold para jugar online y los videojuegos mensuales y el catálogo de EA Play, aunque títulos como el recién estrenado FIFA 21 todavía no se juegan en nube. Al menos, de momento.
¿Actualizaciones?¿Eso qué es?
Nos hemos acostumbrado a las actualizaciones de los videojuegos, y eso no es normal. La mayoría de las veces es para corregir fallos o pulir la experiencia de lanzamiento. Y tener que realizar descargas adicionales de 500 Megas, 17 GB o más, además de la propia instalación, puede ser una puñeta. Por suerte, en Xbox Cloud Gaming no hay actualizaciones. Literalmente.
¿Qué quiere decir esto? Tan pronto como cargue el juego tendrás a tu disposición su versión más reciente. Si se trata de una expansión, como la flamante Machacacolmenas de Gears 5, por ejemplo, no tendrás que descargarla. Y eso en juegos como Grand Theft Auto V, el cual no ha parado de crecer desde 2013, es una ventaja espectacular.
Un mando muy amortizable, infinitas posibilidades
Todo lo que necesitas para jugar en Xbox Cloud Gaming es un mando inalámbrico. Y lo mejor es que puedes usar el mismo mando que te vino en cualquier consola Xbox, incluyendo los modelos más recientes de Xbox One.
En mi caso, uso el mismo mando de Xbox para jugar PC, navegadores, móviles y Xbox Series X. Y que sea tan sencillo de configurar en iOS -ya de manera nativa- y en la consola pulsando un sencillo botón hace que el trámite de llevarme las partidas dónde quiera sea una delicia: no tengo que marearme mirando dónde está la dichosa «X» cuando se me pide me en pantalla.
Dicho lo cual, no es necesario que se trate del mando oficial de Xbox. Desde Microsoft recomiendan el mando oficial y aquellos que llevan el sello de Diseñado para Xbox, aunque lo bueno de que la práctica mayoría de juegos de PC hayan adoptado el Xinput, el protocolo detrás de Xbox, simplifica más y mejor las cosas.
Integrado en la app de Xbox Game Pass o desde navegadores
La mayor diferencia de Xbox Cloud Gaming no la encontramos entre navegadores y móviles, sino a la hora de jugar desde iOS y Android: Microsoft aprovecha la app del Game Pass para integrar su juego en nube, lo cual es un acierto, pero sortea con mucho acierto las políticas de la Apple Store en iOSa través de las apps de Chrome, Edge o el propio Safari.
De este modo, el menú y la distribución de juegos es exactamente la misma en navegadores y los dispositivos de la manzana. Y la experiencia, ahora que los mandos de Xbox se juegan de manera nativa en iOS, es en esencia similar. Salvo, claro, detalles esenciales como la pantalla o la diferencia de jugar con cable ethernet o de manera inalámbrica.
En este aspecto, y pese a que no existe una app de Xbox Cloud Gaming, Microsoft invita al jugador a generar algo muy parecido: si realizamos un acceso directo en iOS de la web del Juego en la Nube de Xbox lo tendremos todo a mano. Una expresión absolutamente literal, tratándose de dispositivos móviles.
Los controles táctiles no son la mejor solución, pero están adaptados a medida
Como comentamos al principio, un gran número de juegos de Xbox Cloud Gaming requieren el uso de un mando. Sin embargo, también hay una interesante cantidad de títulos optimizados para pantallas táctiles. Y lo mejor es que Microsoft lleva el concepto del clásico botón y cruceta digital al siguiente nivel.
En Juegos como New Super Lucky’s Tale veremos que cada botón en pantalla ilustra su uso. Algo muy conveniente, especialmente para los más pequeños.
Por su parte, en Killer Instinct veremos una distribución algo distinta diseñada para disfrutar de la experiencia de lucha arcade que precisa el título.
Si bien no todos los juegos ofrecen una opción de control táctil (se reconocen fácilmente por un icono que aparece en pantalla) se trata de un gran detalle que marca la diferencia e invita a que improvisemos partidas allá dónde estemos, o demos continuidad a las que tenemos empezadas.
Ahora bien, que estén estas opciones no quita que el uso de un mando sea lo mejor y lo más recomendado.
¡Opciones de accesibilidad hasta en el móvil!
Otro gran detalle que no debe ser pasado por alto, y ya van unos cuantos, es que tanto en navegadores como en móviles podremos beneficiarnos de varios ajustes de accesibilidad con un sencillo toque. Incluso en mitad de la partida.
Por un lado, podremos beneficiarnos del narrador del juego para los textos en pantalla. Una función que, por cierto, también se ofrece en consolas Xbox. Además podremos acomodar el contraste tanto del propio juego como del navegador. Lo cual es una ventaja añadida.
Accesorios para jugar en móviles: un sí rotundo
Si vas a jugar a Xbox Cloud Gaming en móviles, plantéate hacerte con un accesorio. A la larga lo agradecerás: hay juegos que ponen muy fácil encadenar partidas (Dead Cells, West of Dead, Don’t Starve) y otros que te tienen atrapado durante días y semanas.
En mi caso le estoy dando un enorme uso a un soporte oficial y licenciado por Xbox de PowerA que posiciona mi móvil justo encima del mando y, salvo el trámite de tener que ajustarlo inicialmente y retirarlo, es un acierto total. Sin embargo, tras probar el Razer Kishi de un amigo ya estoy empezando a ahorrar: jugar al Game Pass como si fuese una Switch Lite es una gozada.
Todavía queda mucho camino por delante, pero la cosa apunta alto
Si bien, al Juego en la Nube de Xbox le queda todavía por delante un trecho para ofrecer una experiencia realmente satisfactoria en navegadores o una alternativa real a una consola portátil desde móviles, lo cierto es que se hace complicado no ser optimista con el formato: en cuanto Microsoft iguale la calidad de las partidas con la que se espera de una consola, el Game Pass Ultimate tiene lo necesario para irrumpir con fuerza en esta nueva etapa de la historia de los videojuegos.
Está claro que la dependencia al hardware es sustituida por otra: necesitaremos una conexión estable. Y claro, que los propios servidores aguanten. Una cosa por la otra. Sin embargo, la manera de ofrecer de manera universal una brutal colección de juegos e invitar a que los jueguen juntos o por su cuenta, independientemente de que lo hagan desde consola, PC, navegadores o móviles es un paso de titán.
Dicho lo cual, quedan muchos flecos por pulir y un estándar de calidad de juego al que llegar antes de sacar nuestras conclusiones finales. Pero si algo podemos sacar claro es que el mayor proyecto de Xbox no era ofrecer la consola más potente jamás ensamblada, sino la manera de lograr que todo el mundo juegue a Halo Infinite. Y, en este aspecto, toca quitarse el sombrero.