En su visita a “Almorzando con Mirtha Legrand”, la influencer aseguró que logró superar el alcoholismo gracias a la ayuda de un terapeuta.
La humorista dijo que en la cuarentena volvió a disfrutar de una copa de vino, pero que ya no bebe en exceso. (Foto: Twitter / MirthaLegrand)
Desde que saltó a la fama por su participación en MasterChef Celebrity (Telefe), Dani La Chepi contó muchos detalles de su vida. La humorista describió en más de una oportunidad cómo superó varios de los obstáculos que se le fueron presentando a lo largo de su carrera, pero nunca se había referido a una adicción que sacaba a relucir una versión suya que no le gustaba: el alcoholismo. “Me encontré un día en mi casa a las dos de la tarde, en pantuflas, vaciándome una botella de vino. Fue mucho antes de ser mamá”, relató en Almorzando con Mirtha Legrand (eltrece).
Durante la entrevista, la influencer explicó qué el alcohol motivó muchas reacciones impulsivas como raparse o tatuarse. “Me acuerdo que estaba viendo V de venganza y en el momento que Natalie Portman se pela yo flasheé que era Natalie, después me di cuenta de que no. Cuando me saqué el ‘lope’, no me quedó igual. Me vi al espejo y dije ‘upa’. Se complicó la peladita… Ese día me acuerdo que me fui a tatuar, hice de todo ese día”, señaló en diálogo con Juana Viale.
Una vez que reconoció su adicción, la solución llegó cuando empezó a tratar sus problemas con un psiquiatra. “Fue la terapia lo que me hizo decir: ´Ya está, es demasiado´. No me gustaba lo que veía en el espejo, y lo que pasaba después de tomar y tomar, o lo que te digan al otro día. Yo en esa época era muy eventera, y los eventos son muy amigos del alcohol”, aseguró. En ese sentido, y con mucho humor, añadió cuál fue la otra clave además de su terapeuta: la medicación. “Para mí es el mejor invento después de la bicicleta”, bromeó al respecto.
Ya superada aquella etapa, La Chepi afirmó que cada tanto bebe una copa de vino. “En la pandemia volví a tomarme un vinito, cuando conocí a mi novio, que me trajo un vino de regalo y dije: ´Upa, mirá esto´. Pero puedo. Ahora lo veo y no tengo ganas, no es que tengo rechazo pero sí puedo disfrutarlo”, concluyó.
El vino que mencionó al pasar en la mesaza fue justamente una bisagra en su relación con su actual pareja Javier Cordone. Un día, cuando él pasó por su casa, le llevó un chocolate para la hija y una botella a ella. “Cuando se pueda, lo tomamos”, le anticipó el chofer de un camión de residuos. “Yo me morí de la vergüenza. Era una adolescente de nuevo”, comentó Dani a TN Show, que le preguntó si compartieron el obsequio. “Sí. Era un Dadá de chocolate. Horrible, pero le entré como loca. ¡Al vino y a él!”, lanzó entre risas.