Dani “La Chepi” Viaggiamari siempre tiene muchos proyectos. Ahora, por ejemplo, vuelve a la música con No va más –una canción con su impronta: urgente, pero sentida, barrial, pero potente; y así la lista. Antes, pasó por Masterchef Celebrity, el reality culinario que definió picos de rating en 2021. Un ratito antes, y ahora en pausa es parte de El encargado, la serie de Mariano Cohn y Gastón Duprat protagonizada por Guillermo Francella. Y así la lista que seguro ya quedó desactualizada. La Chepi confiesa: “Mi vínculo con la música hoy, que viene de siempre, tiene que ver con que todo lo que quiero decir, ponele, desde que me hice ‘popular’ en las redes sociales, lo quiero decir en algunas canciones. Mi vínculo tiene que ver con el objetivo: que despierte a algunos o algunas que están medios trabados, que necesiten destrabar cosas. A mí me ha pasado de escuchar a determinados artistas, y sentir que sí, que tienen razón, y decir ‘fa, eso que dijo me habla directamente a mí’. Sentir que te habla directo. Y quiero hacer eso”.
—¿Por qué sentís que querés destrabar a la gente? ¿Qué te habla de eso, del lograr qué cosas sucedan en otros, a vos y a tus ganas de producir material?
—Viví muy trabada entre un montón de cosas. Y hay mucha gente, y lo sé por el vínculo que tengo con mis seguidores, a la que le pasa lo mismo, que la pasa mal. A partir de una canción como No va más, se lo compartían y se decían entre sí: ‘mira, amiga, esta frase es re para vos’. La gente que se detiene a escuchar va a poder encontrar algo en lo que digo. Mi intención no es rimar, es decir algo. No me importa si hago una cumbia o una balada. Me importa lo que quiero decir y destrabar.
—¿Dónde ves que está el límite de lo que uno expone y de lo que está construyendo artísticamente?
—No, no, no existe. Está lo que quiero decir. Yo no miento en lo que estoy diciendo o lo que estoy mostrando. El límite es mostrar la vida privada que no tengo porqué mostrar. Pero todo lo que muestro o digo es totalmente cierto.
—¿Cómo has ido trabajando tus ganas de contar en la música, en redes, en teatro, actuando, en “MasterChef”?
—Yo fui aprendiendo con el público a medida que fui contando. En las redes, en la tele, en el teatro: uno si va escuchando y a mirar al otro, a escucharlo, va evolucionando. Mi mensaje se fue transformando a medida de lo que escuché. Yo no cambié mi mentalidad, ¡eh! Pienso igual. Pero los demás me transformaron para mejor.
—¿Hay un lado oscuro de alguna manera a esa fama, sea la nacida en las redes sociales o la que aparece por estar un rato en el programa de TV más visto de la Argentina?
—Claramente. No sé si es oscuro. Está más vinculado a la autoexigencia. Yo nací con autoexigencia, y la de mi padre. El verso de mi padre “guarda hoy porque mañana no va a haber”. Hoy sigo pensando igual: aprovecha hoy porque mañana no va a haber. No escucho mucho al amigo, o al que sabe, que me dice que esto recién comienza, que no me sienta culpable porque no puedo hacer todo. Ese es mi lado oscuro. Quiero hacer todo.
—¿Qué te quedó de “Masterchef Celebrity”, una experiencia radical para casi todos los que pasaron por allí y que sacudió la pantalla?
—Si pongo una hoja y divido en dos, no tengo nada malo que decir. Lo único negativo son los nervios de participar, irme a dormir a las tres de la mañana pensando en recetas. Yo básicamente cocino para que mi hija no se cague de hambre. Si no, viviría a delivery. O con alguien que me cocine todos los días. Esa parte me costó, más las redes y eso, fue mucho. Fue un balance muy grande, muy positivo. No hay nada negativo.
La ansiedad de cocinar
—Contame un poco más de esa ansiedad a la hora de ser parte de “MasterChef” e irte a dormir pensando en qué cocinar mañana.
—Tiene que ver con la autoexigencia que hablamos. No solo querer estar porque si seguías, seguías cobrando. Al principio, sí dije: ‘me chupa un huevo’, pero no, después quería ganar. Yo sé cocinar. Y entonces me empecé a autoexigir. Si hubiera podido tomar clases, ganaba. ¡Ah re! Sol Pérez creo que se levantaba a las seis de la mañana para que le dieran una clase. Llego a levantar a mi hija a las seis de la mañana y me interna en un geriátrico. Me deshereda ella a mí.
—¿Qué te gustaría hacer a futuro considerando que siempre hacés un poco de todo?
—Me gustaría organizarlo bien y que exista la posibilidad de hacer los shows que hacía, de volver al teatro, cantando y haciendo humor, que es lo que siempre hice. Eso es algo que extraño mucho, porque te permitía un vínculo con el público distinto, muy del momento. Quiero seguir sacando temas, vivir de la música. Pero me encantaría conducir un programa.
—¿Dos de la tarde o doce de la noche?
—Me encantaría a la tarde. Capaz que pasa. Si no, un Late Night bien zarpado. A la mañana no.
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