Los actores y actrices nos dejan de sorprendernos cuando se trata de encarnar un personaje. Sus acciones frente a un desafío pueden ser totalmente diferentes, desde una concentración casi extrema hasta el uso de marihuana para soltar mejor esa actuación.

La actriz Jennifer Lawrence ha contado en su última rueda de prensa en Los Ángeles que tuvo que drogarse para rodar una de sus escenas en Don’t Look Up, película que co-protagoniza con Leonardo DiCaprio.

En el filme, dirigido por Adam McKay y que llega a Netflix el próximo 24 de diciembre, Lawrence y DiCaprio interpretan a dos astrónomos que viajan por Estados Unidos para advertir a la población de que un meteorito se precipita hacia la Tierra.

En una escena de la película, el personaje de Lawrence, después de ver el meteorito y enterarse de su peligro, se fuma un porro para relajarse.

Según ha publicado el portal Yahoo! Movies, esta interpretación es real, ya que la actriz pensó que sería mucho más genuino y original rodar también bajo los efectos de las drogas. En ese momento, Lawrence aparece junto a Meryl Streep y hace un monólogo de varios minutos.

Uno pensaría que es una locura, pero el director ha explicado que la actriz le pidió permiso para fumar marihuana en esa escena y McKay le respondió que sí, claramente.

La actriz ganadora del Óscar por “El lado buena de las cosas”, junto a Bradley Cooper, aclaró que cuando se drogó en el rodaje “no estaba embarazada en ese momento” para evitar posibles confusiones, puesto que hace apenas dos meses anunció que espera su primer hijo con Cooke Maroney, con el que se casó en 2019 y aún se encuentra en la dulce espera.

Lawrence se ha mostrado súper cómoda con su maternidad, algo que ha admitido era un deseo profundo desde su juventud. La actriz ha contado que su deseo nació luego de que durante su adolescencia, a los 15 años, trabajó como niñera de una bebé.

Desde entonces su deseo por maternar se ha mantenido intacto. Aunque también ha admitido que quiere una maternidad tranquila y fuera del ojo del público.

“Si estuviera en una cena y alguien estuviera como, ‘Oh, Dios mío, estás esperando un bebé’, yo no diría, ‘Dios, no puedo hablar de eso. ¡Aléjate de mí, psicópata! Pero cada instinto de mi cuerpo quiere proteger su privacidad por el resto de sus vidas, tanto como pueda. No quiero que nadie se sienta bienvenido en su existencia. Y siento que eso comienza por no incluirlos en esta parte de mi trabajo”, declaró en una entrevista con Vanity Fair.