Disney es actualmente la gran dominadora de Hollywood. La compra de Pixar, Marvel y Star Wars fue determinante para conseguir esa posición, pero en su momento también puedo ser la dueña de la franquicia de ‘El señor de los anillos’ y se negó a ello en la que probablemente fue la peor decisión comercial de toda su historia.

Tenemos que remontarnos a mediados de los 90, época en la que Peter Jackson estaba preparando una adaptación de ‘El señor de los anillos’ para Miramax, compañía que Walt Disney había adquirido poco antes y que gozaba de una libertad de movimiento bastante amplia pese a ello. La idea inicial era dividirlo en dos películas, pero los problemas no tardaron en llegar.

Racaneando

La cuestión es que en Miramax andaban algo justos de dinero por aquel entonces y no se podían permitir una inversión multimillonaria. Su solución fue pedir apoyo económico a Disney para poder sacarla adelante, pero el estudio se negó a aportar financiación adicional. Lo cierto es que la compañía había dado la orden tiempo antes de reducir costes, por lo que Michael Eisner, CEO de Disney por aquel entonces se negó. Eso sí, el propio Eisnet afirmaría tiempo después que solamente rechazó la propuesta porque Weinstein ni siquiera le dio la opción de valorar por su cuenta la viabilidad del proyecto.

El proyecto siguió todavía un tiempo en manos de Miramax, que a fin de cuentas seguía siendo propiedad de Disney, pero fue entonces cuando todo se complicó al no poder encontrar ningún otro socio para solucionar los problemas económicos. Presiones para reducirlo todo a una sola película y amenazas de sustituir a Peter Jackson por Quentin Tarantino llevaron a que la cosa se paralizase.

Fue imposible llegar a un tipo de acuerdo y una filtración interesada del guion fue lo que acabó de convencer a New Line para hacerse con el proyecto, pagando una pequeña compensación a Miramax de 10 millones de dólares por los gastos realizados hasta entonces y una pequeña parte de los beneficios tanto de la trilogía como de una posible adaptación de ‘El Hobbit’ que se haría años después.

Eso sí, los Weinstein se aseguraron de que la mitad de ese porcentaje de los beneficios iría exclusivamente para ellos. Además, para cuando se estrenó ‘El Hobbit: Un Viaje inesperado’, Disney ya había vendido Miramax, por lo que se quedó sin ver ni un dólar por ahí…