Taylor Schilling se hizo famosa por su rol en Orange is the New Black. Pero si bien ama aquel papel que marcó la historia de las series, sonríe y mucho cuando habla de Erica Boyer, su personaje en Pam & Tommy. La serie recrea la vida, obra y destrucción del video de celebridades capturadas en su intimidad más famoso de la historia: aquel que clausuró de alguna forma los años 90 y que estuvo protagonizado por Pamela Anderson y Tommy Lee, acaso LA pareja de aquella década que recién nacía. El personaje de Schilling nunca se cruza con Pamela, la Pamela de Lily James, y aún así, su voz es crucial en este raconto de robos, exhibicionismo involuntario y Hollywood. 

—Qué sentís que Erica Boyer representa en una historia que ficcionaliza el amor de Pamela Anderson y Tommy Lee?

—Estaba extremadamente conmovida por el personaje de Erica. Desde el minuto cero. Y al momento de terminar de leer todos los guiones, entendí su propósito en la historia. En esta famosa historia que dice mucho más de nosotros de lo que nosotros creíamos: un video privado robado y hecho público justito antes de la Internet define tanto. Erica es el personaje que establece el punto más importante de la historia: el consenso. Al ser una mujer que trabaja en la industria del porno, con ideas sobre que implica hacer las cosas bien en ese mundo, como una intérprete durante los años 80 y 90 acá en El Valle, en Los Ángeles, ella sabía de lo que hablaba. Era respetada por sus pares, por todos. Entonces, el ver su enojo frente al video, frente a lo que descubre, es algo que justifica toda la serie. No se trata de ser exhibicionista. La asunción básica es como Pamela Anderson andaba en malla y se hizo famosa por ello nosotros somos sus dueños. Ella lo hizo y entonces no importa si es un error. Erica piensa que el video es una violación de la privacidad, no hay consenso. Es un crimen a sus ojos. Nadie podría haberlo pensando así en aquel entonces si no hubiera sido un trabajador de la industria del sexo, no al menos sin sonar moralista. Erica es una imagen espejada de lo que sufre Pamela aquí. 

—Hay una escena donde tu personaje y una amiga ven el video, la famosa escena donde Pamela y Tommy tienen sexo. Y ellas ven otras cosas que los hombres. 

—La escena anterior y esta que mencionas fueron vitales para entender el personaje y para que yo quisiera interpretarlo. Es un rol pequeño pero muy poderoso. Erica Boyer, por ejemplo, debe haber pensado así: ella terminó siendo uno de los primeros nombres femeninos que dirigió dentro de la industria del porno. Ella tenía esa mirada. Y la serie lo muestra. Deja entreveer que una visión clara y fuerte del sexo es importante. Ella hasta tenía su visión artística. Hay algo que ella menciona de ese video tan privado y es verdad, ese video privado robado: son dos seres humanos extremadamente felices y muy enamorados. Quizá, imposible saberlo, la razón por la que lo guardaron tiene más que ver con eso, con ese instante, con todo lo que implica: el viaje, el sexo, su amor. Erica ve eso. No era pornografía: no era un actuación. Era algo romántico, dos personas muy enamoradas. 

—¿Crees que hoy sí podemos entender qué fue lo que sucedió realmente? 

—Siempre se pudo entender. Pero sí, Pamela perdió muchas oportunidades por el video. Hoy no sé si sería tan así. Creo que una de las cosas que la serie te permite pensar, generar, es el descubrimiento impresionante de lo poco que sabemos de otros, de cómo la noticia tiene una vida detrás. Suena bobo, pero ¡nadie entendió como Pam y Tommy sufrieron esta filtración! Les hizo mucho daño. No hicieron dinero. Muchos sueños de Pamela se detuvieron por culpa de esto. No hay que juzgar: es muy centrado que te hagan sentir que fuiste, sin querer o no, parte de algo que destruyó de formas que desconoces a gente que ves todos los días. 

—¿Cuál crees que es el elemento en la serie que da cuenta de la decadencia de los años 90, que pareciera ser uno de los temas?

—Creo que la idea general, desde lo que yo vi, era dejar en claro siempre, desde los pelos hasta el diseño, que estábamos en los años 90. La atmósfera general es muy impresionante, y es la que permite que esta historia se de como se dió: pensa que la Internet todavía no era lo que es hoy. Ahí aparece el real cambio de paradigma de la información. Aquí hay una periodista peleando para cubrir la nota del video, porque cree que ahí hay algo. Y le dicen que no, una y otra vez. Hoy es imposible imaginar eso. La gente empieza en la serie a entender que se puede negociar y que no en Internet. El nacimiento de la Internet es crucial y creo tienen que ver con esa decadencia de la que hablamos. 

—Es fácil juzgar aquello que sucedió, pero cada vez que hay una filtración de imágenes de celebridades ¿dónde esta el cambio? 

—Tiene sentido, claro. Pero nuestra forma de ver esto, como colectivo, ha cambiado. Culturalmente hay otro eje, otra forma de ver. Creo que hay otros principios que realmente se han hecho escuchar y si bien se puede ver igual, uno entiende que es lo que está haciendo y que no. No es que se pone en duda. Creo que eso sí es un cambio radical respecto de aquel momento. Pero hay un punto en lo que preguntas y eso es lo más atemorizante: sí los sistemas que permiten esto siguen funcionando, y están ahí, irreductibles y dominantes. El sistema que generó el video no solo es el mismo, si no que es todavía más poderoso e invencible. Eso es difícil: ¿cómo generas un cambio si la estructura de poder sigue siendo la misma que antes? 

—¿Había un aspecto que te interesaba de mostrar lo que había pasado con Pamela Anderson y Tommy Lee?

—Mucha gente se va a acercar por el factor de querer ver que pasa ahí. La serie sabe eso. y comienza como una comedia, como una cosa que sabe hablarte, te hace reír de todos ellos. Pero después aparece el consenso, aparece el efecto, y todo sabemos que pasó. Entonces estos personajes, con base real y muy cercanos a la mayoría de nosotros, ganan cuerpo, entendes que implicó para ellos. Entendes que no importa como vea un hombre a Tommy sino que hay también algo ahí. Y lo importante que es entender la narrativa de cada persona, sin importar lo que leas. Las historias sirven para mostrar cosas simples pero difíciles de ver en el día a día como esas. Lo mucho que te conmueve Pamela aquí es muy impresionante.

La redención de anderson

—¿Qué crees que Erica piensa de este escándalo hoy?

—Creo que Erica se siente todavía enojada. Ella respeta mucho los derechos de la mujer. Y el derecho de que la historia de tu vida la contas vos. Eso es lo más frustrante de todo lo que sucedió: a Pamela la obligaron a contar una vida que no era la que quería contar. 

—Pamela es claramente es personaje al cual se busca redimir ¿crees que es así?

—Yo creo que la serie es un homenaje a Pamela y su valentía, a su forma de tener que encarar en otro mundo algo muy devastador y humillante. Ella lidia con eso puertas adentro, no es que abrían los medios para hablar de eso. Así que sí, si tengo que pensar la serie como algo, ese algo es una carta de amor a Pamela Anderson. 

—La serie tiene una producción fuera de norma y lo cierto es que se nota en todo, hasta los peinados y los maquillajes. ¿Cómo se vivió eso desde dentro? 

—Fue un universo espectacular: pelucas y peinados a un nivel que nunca había visto. Un show que juega con los años 80 y los años 90 necesita de los mejores, y la verdad es que en todos mis años de series nunca trabajan así en mí. Era fundamental para nosotros, al sentir nuestro pelo así, se prestaba todo más fácilmente para el juego.  

—¿Cómo fue verlos a Sebastian Stan y Lily James en el set y en personaje? 

—Pensé que era una foto de referencia. ¿Recuerdas la primera imagen? ¿Aquella que recrea el instante en que Pamela le muerde el arito del pezón a Tommy? La vi y pensé que era de referencia en el set. Y eran ellos. Lo usaban para no equivocarse en la próxima toma.

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