
Gustavo Martínez murió a los 62 años tras caer desde el piso 21 de un edificio del barrio de Belgrano. Los allegados al personal trainer expresaron su dolor en los últimos días ante la triste noticia, y al mismo tiempo se desató una interna con la familia Fort. Hasta el momento la única que había hablado en nombre de Marta y Felipe había sido Natalia Román, la jefa de prensa de los hijos de Ricardo. Sin embargo, el sábado se llevó a cabo el último adiós en el cementerio de la Chacarita y de manera sorpresiva tomó la palabra Marisa López, la niñera que vivió junto a los adolescentes desde que eran bebés.
En un especial de Secretos verdaderos (América) mostraron imágenes del momento en que los hijos del empresario apodado El Comandante se acercaron al lugar para despedirse de quien fue su tutor legal los últimos nueve años. Allí quedó retratada la tristeza de Marta, fundida en un abrazo con sus seres queridos sin poder contener las lágrimas. Luego fueron abordados por algunos periodistas que los esperaban en la puerta, pero prefirieron no brindar declaraciones.
“Estamos conteniendo a los chicos, es un momento muy difícil, así que les pido por favor que entiendan”, expresó César Carozza, el abogado y actual responsable legal de los mellizos. Justo antes de entrar al auto quien habló por primera vez frente a los medios de comunicación fue Marisa, y sus palabras fueron contundentes cuando le preguntaron cómo se sentía: “Yo voy a estar bien por los chicos”.
“Sí, la verdad que es muy duro para todos, fue una muerte violenta, y el tema y el problema, ¿sabés cuál es? El castigo a los chicos”. Y luego de un breve silencio expresó: “Están todos equivocados”. La mujer de bajo perfil siempre se había mantenido fuera de las cámaras, salvo para contadas fotos donde los niños le pidieron que los acompañara en postales familiares.