Parque Patricios profundo y huracanense, a casi una decena de cuadras de la estación de subte y de la sede del gobierno de la Ciudad. Dentro de un galpón del Polo Obrero donde antaño, en una Argentina pujante, bien pudo haber funcionado una fábrica, están Hernán “Cabra” de Vega, Germán “Pecho” Anzoátegui y Pablo Marchetti en una de sus oficinas: la plana mayor de Las Manos de Filippi.
La locación no es casual. La militancia del grupo, su apoyo al Polo y al Movimiento Piquetero, es explícita desde siempre: basta citar la canción Los métodos piqueteros, recordar Señor Cobranza o verlos tocar en cualquier movilización o acampe en reclamo de mejoras para las condiciones de vida de los que menos tienen.
Pero, aparte de sus treinta años de existencia que serán festejados el próximo 3 de diciembre en el Estadio Malvinas Argentinas con un festival y numerosos invitados que aún no se pueden develar (“El Filippalooza”, bromea Pecho), el otro motivo que amerita la charla con el grupo es su faceta docente.
Las Mano de Filippi: Pablo Marchetti, Hernán “Cabra” de Vega y Germán “Pecho” Anzoátegui. Foto: Andres D’Elia
Capacitar a jóvenes
Sí, leyeron bien: Las Manos están a cargo de organizar las batucadas que acompañan a las movilizaciones y acampes, junto con las distintas organizaciones regionales del Polo. Y, de ese modo, capacitan a jóvenes para que aprendan a tocar un instrumento.
El comienzo de esta movida marca su acercamiento, de un costado lateral, a la enseñanza. “Dentro del Polo hay cursos de formación de género y de medio ambiente”, comenta Pecho. “Y todo comenzó porque nosotros empezamos a hacer canciones para que sirvan como herramientas a los profes que dan esos cursos”.
Y agrega: “Un día las vamos a grabar: son temas como si fueran de Paka Paka, pero con una visión y una caracterización más marxista, por decirlo de algún modo. O sea: somos como unos Testigos de Jehová, pero marxistas”. (risas).
“Tuvimos que estudiar y meternos en esos temas a fondo -dice- para poder hacer esas canciones con esas temáticas. Así arrancó esta cosa pedagógica. Pensá que hay médicos, científicos, en esa movida. Entonces, lo nuestro era como un cameo ahí, hasta que nos hicimos cargo de esas músicas”.
“La idea fue darle una mano a la formación a las batucadas en todas las sedes regionales del Polo. Somos músicos que le damos una mano a grupos que ya están auto organizados. Y eso va de la mano de la posibilidad de abrir otras regionales, y en un futuro poder hacer un encuentro de todas las batucadas”, dice Cabra.
“Viendo que otras organizaciones tenían batucadas, los pibes querían tocar. Cuando empezamos a armar las primeras, ellos estaban a full”, completa.
“En todos los barrios ya había batucadas: quizás lo que faltaba era sumarles una organización musical. A la percusión le sumamos trompeta, trombón y guitarra. Entonces todo empezó a ser onda clases de música, con armonía y todo lo demás”, señala Pecho.
“Mostrar una batucada que suena”
Las Mano de Filippi: Pablo Marchetti, Hernán “Cabra” de Vega y Germán “Pecho” Anzoátegui. Foto: Andres D’Elia
-La imagen mental es que pueden llegar a funcionar como los camiones que transportan a los tríos del Carnaval de Bahía.
-Marchetti: Son encuentros donde lo que más funciona es el intercambio de ideas y de conocimiento entre unos y otros.
-Cabra: Y como todo lo que logra esta organización es a través de las movilizaciones, la gente que está organizada en el Polo Obrero y en la Unidad Piquetera le dan mucha importancia a la acción de marchar y acampar. Porque saben que es la única posibilidad que tienen de conseguir algo. Entonces estas batucadas funcionan como una forma de lograr que esas marchas tengan más visibilidad.
Así como ves la gente que lleva la bandera de su barrio con pasión, esto le da más carácter a la movilización, que es la herramienta número uno del movimiento piquetero. Mostrar una batucada que suena te da cierto target. A veces vemos otras que se suenan todos y nos arengamos: ‘Nosotros tenemos que sonar así de bien’.
-Decían que las batucadas cuentan con percusiones, trombón, trompeta y guitarra. Cada uno de esos grupos, más allá de las formaciones instrumentales, ¿con cuántos miembros cuenta?
-Pecho: Eso depende de cada barrio. Activos, todo el tiempo, hay como 500 personas.
-Marchetti: Cuando abrimos la convocatoria nos superó por completo. Aparecieron una cantidad enorme de chicos y chicas, y dijimos ¡Guau!
-Cabra: El grupo que ensaya en el Parque Patricios comenzó con cinco personas, y ahora son 42.
-Pecho: Muchas veces el problema son los instrumentos, porque hay más gente que instrumentos. Entonces, por ejemplo ocurre que hay cien personas y veinticinco instrumentos, y ese grupo se organiza en cuatro turnos. Y siempre tratamos de, inclusive en las plazas, no molestar a los vecinos. En La Matanza estamos en la Reserva Ecológica de Laferrere. Y eso creció tanto que mucha gente no quiere viajar desde San Justo hasta Isidro Casanova, y crece por si solo: nosotros no hicimos nada.
Simplemente colaboramos a que más o menos se orden con la experiencia que nos dan treinta años de carrera. Entonces, La Matanza tiene un sector que es San Justo y La Tablada, otro con Laferrere e Isidro Casanova, y otro por la mitad. Y así se da la cosa: de un grupo pasaron a ser tres, de cinco personas pasaron a ser 42. Se expande porque está bueno.
“Esto no es joda”
Las Mano de Filippi. Foto: Andres D’Elia
-¿Y ustedes cómo son como profesores?
-Marchetti: Es algo alucinante. Pasa que lo que das, al final, termina siendo poco en función a lo que recibís. Es un montón de data. Ves cómo viven, y la situación en la que están, y es muy difícil no empatizar. Cuando no se cubren las primeras necesidades, se torna muy jodido.
-Cabra: Uno puede aportar su experiencia para ver si la puede utilizar en esas vidas, por ejemplo, orientándolos. La música y el arte es algo que ayuda bastante, si bien no te va a sacar el hambre. Por eso es necesario llevar a cabo esto en estos lugares, donde la gente está tan mal, porque la cultura se transformó en un negocio que cada vez le llega a menos gente.
Hay personas que están afuera de poder ir al cine, a ver una obra de teatro o a ver una banda. Entonces ocurre que si no se genera, como los chicos que generan su rap y su música, nadie se lo va a dar.
-Marchetti: También queremos transmitirle a la gente que la organización es el único medio como para generar cosas y cambios. Eso se lo decimos a los alumnos ya que primero lo aprendimos nosotros. La lucha se da en la calle, y los logros los tenés que salir a buscar.
-Pecho: Nosotros somos auditados por el Ministerio de Desarrollo. Esto no es joda. El Gobierno le sacó el Plan Potenciar a todos los que tenían el Plan Progresar. O sea, si vos cobrabas 8 mil pesos te los siguen pagando, pero no te pagan más el Potenciar, que son 40 mil pesos si estás re-categorizado. Por eso, para estos alumnos, esto es una contraprestación. Si le sacan el Potenciar, no pueden venir a las clases, y se desmorona todo esto que hicimos.
-Cabra: Antes del juicio a Cristina todos hablaban de cómo se financiaban las agrupaciones. De ese aporte del dos por ciento que tanto se habló, se compran instrumentos, se alquilan los carritos para llevar la comida que el gobierno nos deja, se pagan los fletes para esa distribución. Todos esos gastos salen de esa organización, que es gigante, está en todo el país, y se autofinancia con ese aporte solidario de los compañeros.
Para cerrar todo esto, el 3 de diciembre vamos a festejar nuestros treinta años en el Malvinas Argentinas y queremos armar una gran batucada de todas las regionales para que sean parte del show.
-Pecho: Como lo hizo en su momento La Chilinga. Fijate una cosa: la época en la que apareció La Chilinga era parecida a esta época. El país estaba prendido fuego como ahora, y el tema de salir a tocar percusión era una descarga linda.
-Cabra: También vamos a incorporar rap y batallas. En el último acampe participó El Doctor, y eso hizo que se llenara de pibitos con ganas de rapear. El rap impulsa a muchos pibes a leer, ya que de esa forma incorporan palabras para poder retrucar en las batallas. Tienen más herramientas para rimar. Rapear es una habilidad, como tocar bien la guitarra.
Las Manos hoy
-Salgamos de las clases, ¿cómo va a ser el festejo de los treinta años de Las Manos?
Las Manos de Fillippi va a festejar sus 30 años de carrera en diciembre. Aquì en vivo en 2003. Foto archivo Clarìn.
-Cabra: Salió un libro que cuenta nuestra historia: se llama Tienen el poder y lo van a perder, lo escribió el periodista Diego Skliar y lo publicó Gourmet Musical, que es una editorial buenísima. Nos entrevistó a todos, y le dimos nuestro archivo. Y mes a mes vamos tocando por el interior: hicimos Mendoza, Rosario, Uruguay, y la idea es seguir así hasta fin de año y cerrar en el Malvinas.
-Pecho: Vamos a meter un alto festival, con bandas que aún no vamos a anunciar por pedido de ellas. Pero de a poco las iremos diciendo desde la gráfica. Cada grupo que venga hará su show. Vamos a arrancar bien tempranito, con todos los acústicos y las bandas paralelas de Las Manos.
Las Mano de Filippi en 2007. Foto: Mario Quinteros
-Hay un punto de contacto entre Las Mano y el Indio Solari, que es compartir músicos como Gaspar Benegas y Miguel Angel Tallarita. ¿Ustedes tienen alguna relación con él?
-Marchetti: No. En realidad, la primera persona relacionada con el Indio que laburó también con nosotros fue Edu Herrera, que grabó Momo sampler con los Redonditos. Él nos conectó con Gaspar, y Gaspar nos conectó con otra gente en común.
-Y con amigos internacionales como Manu Chao, Residente o Zack de la Rocha, ¿están en contacto?
-Pecho: Con René (Residente) hablé el otro día. Con Zack de la Rocha no, más allá de que compartimos un montón de cosas. ¡El chabón no usa celular! Este mes viene, y ni hablar que lo vamos a ir a ver. René me dijo que siempre se acuerda de nosotros porque le mostramos Zanón, fuimos al Bauen, y flasheó con todo eso. Y a Manu lo vimos en Barcelona.
-Cabra: Manu es una persona a la que se la puede llamar sin dudar en caso que necesitemos algo. En el año 2000 yo tocaba en la Rambla de Barcelona y a veinte metros él ensayaba con su banda. Imaginate, ¡nadie me dejaba un mango! (risas)
“Estamos mejor que nunca”
-Como grupo, ¿cómo los afecta el tema de la desaparición del disco físico, la poca plata que paga Spotify y que el negocio pase por los shows?
-Cabra: El disco tampoco era un gran negocio, ya que si eras independiente tenías que invertir para la fabricación y la distribución. Y si entrabas a una compañía, el porcentaje que te llevabas era muy chiquito.
-Pecho: La verdad es que con Spotify todos los meses cobramos y nos bancamos El Bunker, la sala de ensayos. En un punto estamos mejor que nunca. Son muchas reproducciones y poca plata, pero para lo que la usamos nos rinde.
-Cabra: Lo más positivo, más que la facturación, es el hecho que vos sacas un tema hoy y enseguida lo pueden escuchar tus amigos en España, por ejemplo. Antes había que viajar dos veces a cada provincia para que la gente se aprenda los temas. Ya no se escuchan discos: todos escuchan todo más rápido. Dudo que los pibes tengan paciencia para escuchar un vinilo entero.
-Marchetti: Antes necesitabas tener una súper computadora que valía millones para grabar, o ir a un estudio. La cosa era más científica. Hoy es más fácil: el pibe se baja el programa de Internet, al toque ya le mete cosas, y enseguida graba. Después, quizás, lo termine en un estudio. Y se cocina entre ellos.
Cambió mucho el modo de manejarse entre los músicos: antes era todo más de callado y nadie largaba nada. Ahora los pibes se comunican de otra manera, se pasan las cosas, comparten la información.
-Cabra: Los pibes tienen más conciencia de grupo que nosotros. En nuestra época todo estaba lleno de códigos, estaba el tema si te vendías o no, y todo eso. Los pibes son más libres, hacen dos temas y ya están facturando de Spotify. Y los que hace más que están tienen todo en regla para cobrar. Hay otra conciencia: nosotros recién nos cruzamos con la plata tras veinte años de carrera.
-También hay otro desprejuicio desde lo musical, hay más mezclas de géneros y no hay géneros que estén mal vistos.
-Cabra: ¡Nosotros pensábamos si el DJ tocaba o no! Los pibitos hacen lo que se les canta. Y todo lo disfrutan. Hubo toda una generación que hizo música para agradar a los padres. Nosotros nunca tuvimos esa onda. Hoy no hay nada más lindo que escuchar a un viejo que dice “Esto no es música” mientras suena un trap. Para que quede claro: supimos hacer una canción que se llamaba Muerte a todos los padres… ¡y después fuimos padres! (risas).
MFB