La impresión general ha terminado encasillando a Tim Burton en la fantasía alocada pero muy emocional y conmovedora hasta en su oscuridad o en sus momentos siniestros. Menos se discute su habilidad para crear producciones muy humorísticas, en ocasiones cargadas de mala baba y sátira muy directa además de desinhibida. Un arte donde no se ha prodigado tanto, pero está igual o más certero.

Aunque no es tanto que no se haya dejado caer por películas más abiertamente desternillantes como el hecho de que no se le han dado tantas oportunidades para hacerlas. Y eso es porque cada una ha ido generando sus resultados más pobres en taquilla. Su muy personal ‘Ed Wood‘ se topó con un muro, aunque tuvo el calor de la crítica. A ‘Mars Attacks‘ no le tocó ninguna, sólo tuvo cariño posterior como obra de culto.

Invasores del espacio

Un caso casi de historia que se repite. La película, disponible en HBO Max, se basa en una serie de cromos coleccionables que causaron rechazo por parte de asociaciones de padres por su contenido violento y grotesco. Estas series tenían tanto alienígenas invasores como dinosaurios, ambos con potencial para ser llevados al cine por Burton en un momento donde era sinónimo de éxito.

Aunque antes de él ya estuvo Alex Cox intentando sacar su propia versión en los ochenta. Las previsiones de presupuesto lo hacían totalmente inviable, especialmente para Orion Pictures y para un artista de relativo poco éxito como él, así que Warner se hizo con los derechos a petición de Burton en los noventa. Eso sí, con la intención de reducir el presupuesto a los 60 millones de dólares (terminaría superando los 70).

Dado que ‘Parque jurásico‘ ya se había estrenado y querían evitarse comparaciones, se descartó en ese momento hacer ‘Dinosaurs Attack’ que era una de las posibilidades para el proyecto. La ironía es que el retraso en el proyecto provocaría que ‘Mars Attacks’ fuese comparada con otra película de invasiones extraterrestres como ‘Independence Day‘, un fenómeno de tal impacto que menoscaba las posibilidades de una propuesta más paródica y desenfadada.

Porque Burton tenía claro lo que hacía. Tras su sentida carta de amor a la ciencia ficción de los cincuenta y a los soñadores incomprendidos como Ed Wood, ‘Mars Attacks’ iba a ser su propia versión de esta clase de películas. Los comportamientos humanos exagerados (aquí con una intención más dañina para señalar absurdeces en nuestro comportamiento), los efectos prácticos o los diseños se acercan bastante a ese enfoque clásico del género.

Hay también varios aspectos que la hicieron tan poco viable comercialmente como una obra especial. El primero es su humor desatado, probablemente el más desternillante que ha hecho Burton en su carrera. En otro orden está el aspecto coral de la función, con muchas estrellas pero ninguna tomando especial protagonismo, ni siquiera Jack Nicholson con su doble rol, siendo uno de ellos el presidente.

‘Mars Attacks’: ciencia ficción macarra y absurda

Luego está la decisión de no hacer comprensible los diálogos ni las intenciones de los invasores, uno de los aspectos que más hacía temblar a los ejecutivos del estudio pero fue línea roja para el director. Hacerlos enigmáticos añade aleatoriedad a la amenaza, haciendo que no haya más explicación que el capricho de una raza superior dispuesta a desatar el caos. Nihilismo para explicar el sufrimiento humano.

Todo ello en una colección increíble de destrucción y estupidez, con el mismo espíritu punk que buscaba Cox pero con mayor enfoque hacia las masas. Estas lo rechazaron, claro, pero no por ello deja de ser una de sus películas más especiales y más hilarantes, un torbellino tan encantador como gamberro que sigue causando alegrías a día de hoy. Es una pena que Burton ya no pueda acceder a esta clase de macarrismo, pero igual algo queda en ‘Miércoles‘.