A los 77 años falleció Miguel Schapire, fundador de Le Club y famoso RR.PP. El empresario se encontraba en Punta del Este y se habría golpeado al caerse.
Los inicios de Schapire se vinculan al mundo de las letras, ya que su padre tenía un sello editorial que había promocionado la obra de Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway, Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, entre otros. Sin embargo, ese capítulo se cerró durante el gobierno de Lanusse por la persecución a la que se vio sometida la familia.
Ya en los 80 Schapire se volcó al mundo de la noche y comenzó a codearse con figuras del mundo del espectáculo, del deporte y familias tradicionales en Le Club, ubicado en Quintana y Parera.
“Durante el tiempo de Lanusse nos quemaron la editorial y la librería que teníamos en la calle Uruguay, y me di cuenta de que la cosa no daba para más, que los intelectuales no tenían lugar. Ahí se me ocurrió que, si por la noche una coca se podía vender a cinco dólares y un vaso de whisky, a 25, el negocio era estar en la noche”, recordaba Schapire en una entrevista brindada a Hola.
Le Club también tuvo su sede en Punta del Este. Allí, además de boliche, funcionaba un parador muy exclusivo por el que pasaron desde Rod Stewart a Joan Manuel Serrat. Luego cerrarían los locales de ambos países.
Actualmente, desde hace veinte años Le Club Punta del Este funciona al borde del mar, en La Barra y abre cinco meses al año. Se trata de un hotel boutique con catorce habitaciones. “Es artesanal, hiper boutique. Estamos con las luces bien prendidas en lo intelectual”, aseguraba Shcapire en una nota hecha por Revista La Nación.
Shcapire tuvo tres hijos, Alejo (46), Tobías (44) y Mateo (36), con su primera esposa, Norma Levi y dos hijas Moorea (24) y Mar (17) con Paola Biscaro.
Le Club nació en plena dictadura
El surgimiento de Le Club porteño se dio durante la última dictadura militar y su fundador siempre recordó la hipocresía de entonces: por un lado le enviaban patrulleros y, por otro, integrantes de las Fuerzas Armadas frecuentaban el boliche.
«Era la época de (José Alfredo) Martínez de Hoz y tenía que sobrevivir, por eso el producto Le Club fue diferente y nuestra noche, única. Me propuse participar de una realidad dinámica, frívola y con un matiz intelectual. Uno de los eventos más rimbombantes que hicimos, por ejemplo, fue La Fiesta del Dólar, con Marta Minujín. La agenda era activa, participativa, y con un dejo de creatividad muy fuerte. Eso sí: teníamos muchas dificultades con la policía y con el Ejército. No te puedo explicar lo duro que fue tener la boîte abierta durante la Guerra de las Malvinas. Me mandaban patrulleros para que cerrara, pero era una hipocresía: el alto comando se juntaba a comer y seguía llevando una vida libre”, recordaba Miguel en diálogo con Hola.
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