La primera guía de la iglesia católica para hacer exorcismos data de 1614, pero hay evidencias de su práctica desde el siglo XIV. Y por mucho que al ver la película del tema que toque sí o sí cada año nos parezca un ritual proveniente de hace muchísimo tiempo, lo cierto es que se hacen decenas de ellos a lo largo del mundo. La mayoría no salen muy bien ni se parecen a lo que nos ha mostrado Hollywood, pero existen. Y por eso, películas como ‘Reza por el diablo’ jamás pasarán de moda. Aunque quizás deberían.

El poder de Cristo te obliga

A diferencia de otras cintas que se centran más en los poseídos o tratan de asustar incidiendo en la capa paranormal, ‘Reza por el diablo’ decide ser una película de terror cristiana. Muy cristiana. Tanto, que cuando la protagonista dice que ha visto a alguien poseído, nadie se lo intenta quitar de la cabeza ni se lo toma a broma: los sacerdotes saben que es cierto, que indudablemente hay un diablo en el cuerpo de alguien y solo el poder de Dios puede expulsarle de un cuerpo. Nadie duda, nadie se queja, solo tiene fe elevada al extremo. Sin importar lo que creas en tu vida personal, a este retrato del clero cristiano le falta convicción y le sobra seguimiento ciego en aras de avanzar la historia a la desesperada.

Pero la película de Daniel Stamm (‘El último exorcismo’) quiere jugar también la baza de encabezar un movimiento feminista dentro de la iglesia, con un resultado bienintencionado pero definitivamente anticuado. ¿Sabéis esas obras que no saben cómo tratar el feminismo, así que ponen a una mujer en un mundo de hombres repitiendo una y otra vez que algún día todas se abrirán camino igual que ella? Pues lo mismo, pero haciendo exorcismos.

Reza Por El Diablo

La parte buena es que, aunque la cinta podría haber ido a por los clásicos básicos (movimiento de cabeza, profanidades, cabezas dando vueltas), decide dar un paso más allá. Entre la rutina del cine exorcista se esconden pequeñas sorpresas visuales muy gratificantes para los fans del género mezcladas entre los sustos menos preparados posibles, que demuestran que algo como ‘Smile’ es mucho más complicado de conseguir de lo que parece. «Solo» dar sustos se ha convertido, en pleno 2022, en un arte que no todos dominan.

Exorcismos por rutina

No se puede decir que ‘Reza por el diablo’ no intente que el espectador entre dentro de su propuesta: el personaje principal esconde un secreto que da sentido a su viaje y a sus habilidades, los actores están inspirados y la historia tiene puntos clave que podrían ser muy interesantes… si estuvieran bien desarrollados. Pero su gran problema es que nada de lo que pasa durante sus 90 minutos nos interesa lo más mínimo.

Prey

Tristemente, Stamm no es capaz de traer nada nuevo al género del exorcismo: los mismos clichés que tanto se han visto en otras películas se repiten aquí de manera constante. Es cierto que no permite mucha innovación, pero pese a unos pocos momentos inspirados, la cinta se pierde en su propia autoincomprensión. Dicho de otra manera: ni el director es capaz de encontrar un motivo por el que esta cinta debería existir, y transmite esa sensación de piloto automático al resto de su equipo.

El mundo de los exorcismos cinematográficos lleva desde ‘El exorcista’ copiando lo que hizo única a la película de William Friedkin, sin conseguirlo. Hay excepciones, claro, algunas tan logradas como ‘El exorcismo de Emily Rose’, ‘El exorcista III’ o la ya nombrada ‘El último exorcismo’, de la que su director hace un poco de fotocopia aquí, un pequeño grandes éxitos de gasolinera sin fuste ni interés.

Si funciona, no lo arregles

Podemos decir lo que sea sobre ‘Reza por el diablo’, pero solo con su taquilla estadounidense ya ha dado beneficios. El terror es uno de los pocos refugios seguros de la taquilla, y a la vista está que no solo cine más que reseñable como ‘Smile’ o bizarradas gore como ‘Terrifier 2’ consiguen el entusiasmo de los adolescentes: también películas en las que apenas se ha puesto esfuerzo consiguen resultados aceptables.

Pero el buen momento en el cine de género no nos debería despistar de lo evidente: si solo puede ofrecernos un constante más de lo mismo, el público adolescente que ahora llena las salas las irá dejando de lado progresivamente, y la culpa será de cintas como esta ‘Reza por el diablo’, que ojalá tuviera algo más en su interior que una cinta genérica con unos cuantos ingenios visuales.

‘Reza por el diablo’ intenta ser religiosa, feminista, terrorífica y además contar con un personaje principal repleto de matices, pero fracasa en casi todos sus frentes. No cabe duda de que el año que viene tendremos otra película más de exorcismos estrenada en cine, que repetirá los mismos errores y mantendrá en estasis el legado de ‘El exorcista’, sin que nadie se atreva a innovar o a arriesgarse más de la cuenta. Mientras la taquilla acompañe, la mediocridad nos liderará.