Puede que su interpretación del —en cierto modo— hilarante yuppie homicida Patrick Bateman en ‘American Psycho’ sea uno de los trabajos más icónicos de la carrera de un Christian Bale que ya nos ha sorprendido frente a las cámaras en infinidad de ocasiones. No obstante, el genio proyectado en pantalla no fue directamente proporcional al salario que recibió el británico en la película de Mary Harron.

Un trabajo impagable

La experiencia de Bale en la producción no fue, precisamente, un camino de rosas. Según contó en una entrevista con GQ, tuvo que luchar duramente para hacerse con el papel, siendo Harron la única que apoyó su candidatura; no obstante, la tenacidad —o la insistencia— terminaron colocando el hacha y la motosierra en sus manos.

«Nadie quería que lo hiciese excepto el director. Así que dijeron que sólo podría hacerlo si me pagaban esa cantidad. Me estaba preparando para ello cuando había otras personas interpretando el papel. Seguía preparando para ello. Y, ya sabes, siguió adelante. Perdí la cabeza, pero lo recuperé».

Pero este duelo entre actores, directores y productores desconfiados suele estar a la orden del día. Lo que sí resulta más sorprendente es el hecho de que el intérprete recibió un montante muy por debajo de lo que cabría esperar y que provocó incluso mofas por parte del equipo de maquillaje; algo especialmente duro de digerir dada la delicada situación de Bale y su familia en aquél momento.

«Sinceramente, lo primero fue que me llevó mucho tiempo intentar hacerlo, y me pagaron el mínimo absoluto que tenían permitido legalmente. Y yo tenía una casa que compartía con mi padre y mi hermana que estaba siendo embargada. Así que lo primero fue, ‘Hostias, necesito conseguir un poco de dinero’, porque terminé American Psycho, pero recuerdo una vez que estaba sentado en el tráiler de maquillaje y los maquilladores se reían de mí porque me pagaban menos que a cualquiera de ellos. Así que esa fue mi motivación después de esto, tan sólo ‘Tengo que conseguir suficiente para que no nos embarguen la casa'».

Además, en tono jocoso, desveló quién fue uno de los pesos pesados con los que tuvo que luchar para convertirse en Bateman —que no Batman, eso llegó después—: nada menos que Leonardo DiCaprio.

«No soy sólo yo. mira, hasta el día de hoy, si alguien consigue un papel es porque [Leo] lo rechazó antes. No importa lo que te digan los demás. No importa lo bien que te lleves con los directores. Toda la gente con la que he trabajado varias veces le han ofrecido cada uno de esos papeles antes, ¿vale? Una de esas personas me lo dijo, así que, gracias, Leo, porque literalmente puede elegir todo lo que hace. Bien por él, es fenomenal».

Afortunadamente, los astros se alinearon y se pudo materializar uno de los grandes thrillers y una de las mejores adaptaciones literarias de finales del siglo pasado.