El superhéroe rojo Deadpool enseña su bufanda futbolera a tono, gritando “¡Vamos, Wrexham! ¡Vamos, Dragones Rojos!”. El fan disfrazado sigue a cientos de hinchas de este club de Gales en una escena de la serie documental Bienvenidos al Wrexham, que Star+ lanzó el 18 de enero. Además del mismo tono de rojo, ¿qué tienen en común Deadpool y el Wrexham?

El dueño del equipo desde 2021 es Ryan Reynolds, el famosísimo actor que encarna a este ácido personaje en los filmes de Marvel. ¿Por qué habrá comprado un club de fútbol galés de quinta división?

Clarín entrevistó a Reynolds con otros tres medios de Latinoamérica para saber más sobre esta historia que contará Bienvenidos al Wrexham. Una mezcla de serie documental y de reality futbolístico -emotivo, gracioso y épico- sobre un equipo de Gales que lucha por ascender y por salir de la crisis financiera.

Dos estrellas en la cancha: Reynolds y Rob McElhenney. Colegas en la actuación, socios en el fútbol.


Dos estrellas en la cancha: Reynolds y Rob McElhenney. Colegas en la actuación, socios en el fútbol.

Algo curioso es que gran parte de sus hinchas son también accionistas del Wrexham: esos mismos fieles que se juntan en el pub frente al estadio (uno de los más antiguos del mundo) para compartir sus alegrías y tristezas deportivas.

¿Cómo una estrella de Hollywood como Ryan Reynolds se interesó por el club? El canadiense es co-propietario del Wrexham AFC (Association Football Club) junto con Rob McElhenney, otro actor con buen timing para la comedia (creador de la sitcom I’ts Allways Sunny in Philadelphia).

Él motivó al protagonista de Deadpool para que compraran por 2,5 millones de dólares al Wrexham, uno de los tres grandes equipos de Gales, pero que hace décadas compite en la National League. Muy lejos de los patrocinios millonarios de la Premier League inglesa.

La serie muestra, en clave de docuserie con toques de reality, cómo vive la comunidad del Wrexham.


La serie muestra, en clave de docuserie con toques de reality, cómo vive la comunidad del Wrexham.

Cómo es la serie

Bienvenidos al Wrexham atrapa y conmueve en sus 18 episodios breves, por Star+. Lo hace porque logra ir más allá de la pregunta exótica (cómo dos norteamericanos fanáticos del otro fútbol, el americano, devinieron empresarios futboleros) para reflejar los sueños y esperanzas de toda una comunidad al nordeste de Gales.

“Uno de los momentos más emotivos de mi vida fue cuando oí vibrar al estadio del Wrexham -le cuenta Reynolds a Clarín, vía Zoom-. Este club hace latir el corazón de la comunidad. Y el equipo te hace sentir que está jugando partidos de vida y muerte”.

En esta entrevista, Reynolds y McElhenney sonríen juntos en sus sillas de directores de cine. De fondo virtual tienen al estadio rojo con la inmensa palabra “Wrexham” pintada en blanco sobre las gradas. Reynolds, de 1,88 metro, usa una camisa en flores rojizas y usa anteojos de marco negro.

McElhenney, de 1,77, lleva una chomba blanca que deja ver sus biceps muy trabajados. “Ambos amamos los deportes, pero no sabíamos nada de fútbol -dice aquél-. Como dirigimos todo tipo de negocios sabemos qué cosas desconocemos, así que buscamos a la gente adecuada para que se ocupara”, reconoce McElhenney.

Por eso mismo, aseguran, el vínculo con el equipo se produjo con fluidez. “Pudimos tener una relación amigable con los jugadores porque no tomamos decisiones en lo deportivo -prosigue McElhenney-. Obviamente hay una relación contractual y nos involucramos cuando el manager o el CEO del club nos piden una opinión. Pero nunca nos metemos en cuestiones propias del juego”.

Ryan Reynolds retoma sus memorias en el estadio de Gales. “En cada partido del Wrexham se genera una tensión y una emoción palpables -dice-. Eso demuestra que la felicidad de la comunidad se vincula con los destinos del club. Para nosotros fue un desafío estar allí. No sólo por aparecer en su ciudad como dos tipos de Hollywood diciéndoles: ‘Vamos a ayudarlos a hacer crecer a su club’”.

McElhenney asiente y analiza: “Creo que la mejor audiencia de Bienvenidos al Wrexham es la que no piensa de antemano que pueda interesarse por el deporte en general. Estamos contando una historia de personas y comunidades que aman algo más allá de lo que podrían imaginar. Y que necesitan triunfar porque es una parte de su identidad”.

Reynolds lo mira y completa: “Creo que al ver Bienvenidos al Wrexham la gente va a adentrarse en la pasión, en el amor y en los personajes de esta ciudad. Se trata, sobre todo, de contar una historia en un contexto determinado. Uno ama el deporte también por todo ese trasfondo. Amás al deporte por las personalidades que se ponen en juego en el campo todos los días. Por todo lo que atravesaron para tener el privilegio de estar en la cancha”.

Ryan Reynolds y Rob McElhenney charlaron con clarín sobre la decisión de comprar el club.


Ryan Reynolds y Rob McElhenney charlaron con clarín sobre la decisión de comprar el club.

-Ryan, ¿cuál fue tu momento más fuerte con el equipo y la gente?

Reynolds piensa unos segundos y responde: “El día que el famoso delantero Paul Mullin anotó un gol decisivo en uno de los partidos. Ésa fue la primera vez que vi vibrar al estadio del Wrexham tan violentamente que creí que iba a colapsar. Nunca había sentido un momento de alegría colectiva en toda mi vida. Es algo que voy a atesorar para siempre”.

-¿Qué anécdota interesante recuerdan sobre la compra del equipo?

Reynolds: “Nosotros tuvimos que exponer nuestro plan de negocios ante la comunidad del Wrexham. El club es el tesoro más querido de la ciudad, así que debimos demostrarles que nos íbamos a hacer cargo del club con respeto y reverencia”.

McElhenney: “Necesitábamos el 65 por ciento de los votos de los accionistas -un número muy alto- para adquirir la administración del club. Pero, cuando nos dijeron que finalmente habíamos obtenido el 98,6 por ciento, fue abrumador”.

-La serie le habla al público de Norteamérica que conoce poco de fútbol. ¿Buscan ayudar a que el deporte sea más popular allá?

Rob McElhenney y Ryan Reynolds: de los camarines a los vestuarios, sin escalas.


Rob McElhenney y Ryan Reynolds: de los camarines a los vestuarios, sin escalas.

Reynolds se ríe y dice: “Ahora odio decirle ‘soccer’. Ahora los dos le decimos fútbol. La audiencia y la pasión por el fútbol está creciendo en los Estados Unidos. Claro que no al mismo nivel del fútbol americano, del basquet o del beisbol, pero está aumentando mucho».

«En ese sentido, estaríamos encantados si podemos contribuir con Bienvenidos al Wrexham. Insisto, se trata de contar historias. Ésa es la clave del juego. Si contás una buena historia, el fútbol atrapa a cualquiera”.

McElhenney suma un detalle: “En la serie comparamos la terminología futbolística en inglés, en inglés norteamericano y en galés. Eso es gracioso, pero además sirve para mostrar que cada cual, en su país, tiene su propia versión de las mismas cosas. Lo que queremos reflejar es que todos somos exactamente iguales. Se trata de unir a cualquiera, donde sea, que ame algo más grande que a sí mismo. El tema es el fútbol, pero el mensaje es la unificación de las comunidades”.

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