Es un poco raro hablar de M. Night Shyamalan de artista incomprendido cuando ha conseguido ser un nombre propio que atrae atención y logra que sus películas sean éxitos consistentes. Pero, aun así, muchos lo siguen viendo como objeto de mofa, como alguien sumido en un delirio incomprensible a la hora de plantear y desarrollar sus películas, fallando quizás a la hora de comprender que sus decisiones son deliberadas.
No por ello es necesario comprar dichas decisiones, al fin y al cabo la gran cualidad de una obra debería ser la capacidad de causarnos una reacción, sea en uno u otro sentido. Por eso está bien que no todo el mundo se suba al barco de Shyamalan, pero quien lo haga va a tener que aceptar algunos de sus movimientos histriónicos para poder disfrutar de sus otras decisiones más estimulantes. Como, por ejemplo, en ‘Tiempo‘.
El terror del paso del tiempo
La pesadilla vacacional del director llega a Amazon Prime Video en una interesante coincidencia (?) temporal con el paso de ‘Llaman a la puerta‘ en salas de cine. Es, sin duda, una de sus propuestas más alocadas, pero también una de las mejores desde que iniciase su segunda juventud con ‘La visita‘ y su establecimiento en el fantástico de presupuesto ajustado pero libre gracias a su pericia para escribir y rodar.
Aquí seguimos a un grupo de turistas que llegan a una increíble localización tropical en la que pasar unas vacaciones de ensueño. En el resort les hablan de una exquisita playa no muy lejana donde pueden pasar uno de los días, y allí se dirigen para luego darse cuenta de que están sucediendo cosas de lo más extrañas. De repente descubren cadáveres en el agua y comprueban que están envejeciendo a un ritmo muy acelerado. Y lo peor es que no podrán escapar de ahí.
Shyamalan aquí se desata dentro de una increíble pieza de pura esencia de ‘La dimensión desconocida‘, haciendo un torbellino de emociones que logra una increíble sensación de claustrofobia incluso teniendo lugar al aire libre y mostrando paisajes de lo más abiertos. Las ansiedades por el envejecimiento y el paso del tiempo le sirven para hacer un drama humano realmente intenso, tirando de un histrionismo muy cercano a ‘El incidente‘.
‘Tiempo’: un huracán imposible de frenar
Las conductas resultan tan exageradas que van a ser, junto a diálogos muy explicativos donde parecen que están en una «escape room» más que en una película, los factores que pueden sacar a muchos espectadores. Pero, sin embargo, Shyamalan toca con bastante astucia miedos propios del deterioro de nuestros cuerpos, haciendo increíble terror psicológico y corporal a través de cuerpos fracturados, mentes deteriorándose o tumores reproduciéndose a ritmo muy acelerado. También hay espacio para esos dramas familiares que tanto le obsesionan.
¿Es especialmente sutil en lo que trata de contar? Ni mucho menos. ¿Deja de ser divertido verlo en acción? Ni por asomo. Shyamalan hace uno de los ejercicios de dirección y caligrafía visual más soberbios de los últimos años, creando un espectáculo desde un inteligente diseño de la imagen y creando las sensaciones de inquietud y nerviosismo que sirven completamente a la historia. ‘Tiempo’ es una locomotora al que hay que no es fácil frenar, y por tanto es complicado subirse en marcha. Pero cuando entras, es puro goce sin espacio para momentos muertos.
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