Seguro que muchos estáis leyendo el titular pensando «Cómo que qué fue de, si la tercera temporada de ‘La reina del sur’ se acaba de estrenar». Y tenéis toda la razón. Pero la historia de Kate del Castillo es digna de contar, porque pocas personas dedicadas a lo audiovisual pueden decir que han tenido una relación casi de amigos con un narcotraficante como el «Chapo» Guzmán, que (con permiso de Pablo Escobar) es el más conocido de la historia. Esta historia nos llevará a telenovelas, entrevistas, juicios, tequila y Sean Penn: casi nada.
Una actriz como un castillo
Kate del Castillo Negrete nació el 23 de octubre de 1972 (para que te salgan las cuentas: hace 50 años exactos) en México DF, y desde pequeña ya estuvo metida en la farándula por asuntos de familia. No en vano su padre es Eric del Castillo, que ha protagonizado más de trescientas películas y telenovelas (‘Tres veces Ana’, ‘Abismo de pasión’, ‘Amigas y rivales’): ambas hermanas, Kate y Verónica, acabaron dedicándose al show business, una como actriz y otra como presentadora. Nepo babies a la mexicana, vaya.
A los 6 años, Kate debutó en una película protagonizada por su padre, ‘Los de abajo’, una obra sobre la revolución mexicana, pero no fue hasta los 90 cuando empezó a encadenar películas de mayor o menor calidad (‘Violencia en altamar’, ‘Amor que mata’) con telenovelas que marcaron una época, como ‘Muchachitas’ o ‘Alguna vez tendremos alas’. Su fama fue tan en aumento a lo largo de los años que en 2007 dio el salto a Hollywood como secundaria en ‘Ciudad del silencio’, junto a Jennifer López y Antonio Banderas. No pasaría a la historia.
De hecho, su verdadero golpe para ser conocida internacionalmente vino en 2009, con cinco episodios fabulosos en ‘Weeds’ que no la apartaron de seguir compaginando telenovelas (‘Vidas cruzadas’), películas (‘Colosio’) y papeles episódicos (‘Grimm’, ‘CSI: Miami’). Y, por esta época, Telemundo le ofrece protagonizar la segunda serie más cara producida por la cadena, una primera temporada de 63 episodios basada en una novela de Arturo Pérez-Reverte que pocos imaginaban que seguiría viva una década después: ‘La reina del sur’. Y entonces, la trama se complica.
Muy bien, chapó
El 1 de diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto sube al poder como presidente de México, y Kate del Castillo lo criticó duramente: el retorno al poder del PRI (Partido Revolucionario Institucional), un partido de centro-derecha que gobernó el país desde 1929 hasta el 2000, fue un golpe duro para las ideas políticas de la actriz. Como parte de estas críticas hacia el gobierno, posteó una carta abierta en Twitter en la que afirmaba confiar más en El Chapo Guzmán que en el Gobierno, preguntándole «¿No sería maravilloso que usted empezase a traficar con amor?». El narco nunca traficó con amor, pero sí empezó una extraña amistad con Del Castillo.
En aquel entonces, en plena guerra del estado contra su cártel, el Chapo insistió en enviarle flores (aunque, según se cuenta, nunca llegaron a su destino). Ambos quedaron como amigos hasta un par de años después: en 2014, el narco fue atrapado en Sinaloa y los diferentes estudios de cine, con los dientes largos, quisieron hacer una película sobre su vida. Y el mayor interesado era… el propio Chapo. ¿Y a quién conocía dentro del mundo del cine que fuera de confianza? Efectivamente: Kate del Castillo.
La actriz podría haberse negado a producir o aparecer en la película, pero en su lugar, oliendo el posible bombazo, se mostró tremendamente interesada. Tanto, que empezó a montar reuniones clandestinas para intentar conseguir actores de talla internacional que pudieran comulgar con sus ideas. ¿Y quién mejor que Sean Penn? El actor de ‘Pena de muerte’ se mostró interesado, sí, pero no tanto en el biopic como en hacerle una entrevista cara a cara. Y Kate del Castillo fue su intermediaria… aunque su versión difiere de la del actor: según él, se reunieron en una cafetería donde le contó sus intenciones de entrevistarle. Según ella, se enteró de sus intenciones cuando ya habían aterrizado: ella estaba convencida de que solo iban a hablar del posible biopic. Ojo a esto, porque es importante para el final de la historia.
El 11 de julio de 2015, el Chapo se había fugado de prisión… y el 25 de septiembre Sean Penn empezaría un viaje que culminaría una semana después, con una reunión en persona, Del Castillo mediante. Imaginad la película: el actor de Hollywood volando en avioneta y evadiendo los controles aéreos, la actriz mexicana seguida por la policía tras haber recibido un chivatazo anónimo que decía que “solo necesitarán seguirla o intervenir sus teléfonos” para verificar que la reunión tendría lugar ese mismo día. ¿Y entonces, qué?
Un final de película
La entrevista de Sean Penn para Rolling Stone fue un hito del periodismo de la última década, en la que de manera inevitable habla de Kate del Castillo, pieza clave en esta historia («Nos uniríamos a Kate, que era nuestro pasaporte para ganarnos la confianza de El Chapo»; «Abre la puerta de Kate y la saluda como si fuera una hija que regresa de la universidad»…). Si tenéis curiosidad, os recomiendo vivamente leer esta pequeña obra maestra del cuarto poder.
¿Qué pasó con Kate del Castillo después de reunirse con un prófugo de la justicia? Penn estaba haciendo un trabajo periodístico, así que la ley le trataría de forma distinta, pero la actriz estaba cayendo, a priori, en multitud de delitos. Y no solo eso: la humillación hacia el gobierno del PRI era inigualable, siendo capaz de encontrar al fugitivo más requerido por la justicia mexicana a espaldas de la autoridad. Se sabe que El Chapo le dio los derechos para hacer la película sobre su vida (y así se reflejaba en los chats que guardaba en el móvil), y es el motivo en el que ella ha insistido una y otra vez para excusar su aventura. «Oro puro para mi carrera», como lo definiría más adelante.
Y de ahí las discrepancias con Sean Penn, que culminaron en un festival de dimes y diretes de los que no se sacó nada en claro, pero de los que podría haber dependido la libertad de Kate del Castillo… O la persecución del actor por parte del cártel de Sinaloa Al final no rodó una película sobre su vida, pero sí grabó un documental para Netflix (‘Cuando conocí al Chapo’) que Penn creyó que le ponía directamente en peligro. No era baladí: el documental le apuntaba directamente como una de las causas por las que el narco fue atrapado por la justicia.
Finalmente, no se pudo encontrar nada que probara que entre la actriz y el narco hubiera algún tipo de conexión que llevara a financiaciones ilegales de ningún tipo: ni el Chapo invirtió en el tequila de Kate, ni ella recibió dinero por los derechos sobre su vida. Más allá de algunos mensajes que apuntaban a una profunda amistad («Te cuidaré más que a mis ojos»), el caso ni siquiera llegó a ser visto por un juez. El Chapo fue atrapado poco después de la famosa entrevista (y aún sigue en la cárcel), Sean Penn continúa con su vida y Kate del Castillo se ha convertido en una de las actrices más famosas de Latinoamérica gracias a ‘La reina del sur’, que después de su éxito en 2011 volvió, ocho años después, con una segunda temporada, seguida de la que Netflix estrenó hace unos meses.
Su amistad con El Chapo no dañó su carrera: ha aparecido en películas como ‘Bad Boys for life’ y series como ‘Jane the Virgin’, pero su mayor éxito tiene sello español. Eso sí, si sois fans, disfrutad la tercera temporada, porque según la propia Kate no parece que vaya a haber una cuarta: “No sé, yo creo que hay que saber decirle que ya, bye, bye». A alguien con la vida que ha tenido ella, no le vamos a decir que no.