Vivimos en una sociedad —jé– en la que es habitual que se desate la ira de muchas —tal vez demasiadas— personas cada vez que un personaje de ficción es reinterpretado en una nueva obra con otro color de piel. Curiosamente, esta reacción suele darse especialmente cuando el cambio afecta a sujetos blancos, corriéndose un oportuno tupido velo, salvo contadas excepciones y por mucho que se niegue la mayor, en escenarios inversos.
El lanzamiento del avance de ‘Ninja Turtles: Caos mutante’, la nueva película de las Tortugas Ninja producida por Seth Rogen y Evan Goldberg —y que, por cierto, tiene una pinta fantástica— ha vuelto a generar no pocos comentarios sobre la tonalidad de la tez de April O’Neil, a quien se suele asociar con la palidez y con una melena pelirroja.
Caos racial
En ‘Caos mutante’, al igual que en la serie animada ‘Rise of the TMNT’, la buena de April es una persona negra, lo cual ha hecho proliferar exabruptos varios al grito de «woke». Pero, ¿y si os dijese que hay alguna que otra probabilidad de que el caso de la reportera neoyorquina sea, en realidad, un «whitewashing» de manual? Os lo explico.
Si nos remontamos a los cómics originales de las Tortugas Ninja creados por Kevin Eastman y Peter Laird, la «raza» —si podemos emplear el término— de April es harto complicada de discernir, ya que el uso del blanco y negro no ayuda a esclarecer si sus rasgos físicos corresponden a los de una mujer afroamericana o latina. No obstante, la especulación siempre estuvo ahí, y su salto al color, a la animación en la serie del 87 y a la acción real en el filme de 1990 como una persona caucásica, alimentó los rumores sobre el cambio.
Haciendo honor a la verdad, el tema de la identidad racial de April O’Neil siempre ha sido tremendamente caótico. En el libro de Kevin Eastman ‘Teenage Mutant Ninja Turtles Artobiography’, el autor explica que el personaje «fue concebido originalmente como un personaje Asiático en las notas de Pete [Laird], pero se le puso el nombre de una mujer afroamericana que conocí una vez». Laird, por otra parte, tiene su propia teoría al respecto:
«Depende de a qué cocreador de las Tortugas Ninja preguntes. Si me preguntas a mí, siempre he visto a April O’Neil como una mujer blanca. Si le preguntas a Kevin, sospecho que diría, como ha hecho en muchas entrevistas, que era una suerte de mestiza, muy similar a su antigua novia —que después fue su mujer, y después su exmujer— April».
Leer los puntos de vista de ambos artistas permite comprender mejor el caos que marcó la concepción de un personaje cuya representación en el imaginario colectivo parece obedecer más a una decisión de marketing que a lo estrictamente creativo, así que, como siempre es aconsejable, antes de rasgarnos las vestiduras por lo que consideramos una modificación injustificable, conviene escudriñar todos los ángulos del asunto.