Cualquiera podría dar por hecho que, para una gran empresa, algo tan importante como tu próximo bombazo videojueguil es algo que está atado y bien atado en todas las partes del globo. Parece algo de lo más lógico tanto ahora como hace 20 años, ¿no? Pues no, y para muestra un botón: Resident Evil.

Como muchos ya sabéis la saga de los zombis de Capcom se lanzó en Japón como Biohazard, nombre que aún mantiene la franquicia por aquellos lares aún a día de hoy, pero lo que tal vez no tengáis tan claro es el origen de su nombre en occidente: un concurso.

El origen de Resident Evil es una película de 1989

Empecemos por el principio, porque en realidad todo lo que podamos decir del mítico juego de 1996 se remonta casi 10 años atrás. En 1989, Capcom lanzaba un juego de terror basado en la película nipona Sweet Home, donde un grupo de cineastas se colaba en una casa que luego resultaba estar encantada.

El juego, que se lanzó para NES de la mano del director del mítico Ghosts ‘n Goblins, Tokuro Fujiwara,  resultó ser lo suficientemente influyente para que, varios años después, el propio Fujiwara invitase al estudio a realizar un remake para SNES.

De ahí, de volver a una casa plagada de peligros sobrenaturales, nace precisamente la idea de Resident Evil, que pasó por varias manos e ideas hasta convertirse en el juego 3D con fondos prerrenderizados de Shinji Mikami que todos conocemos hoy en día.

Por lo que ocurría en su sótano, a aquél juego decidieron llamarlo Biohazard (peligro biológico), y con esa idea ya completamente cerrada siguieron trabajando hasta que llegó el momento de avisar a sus compañeros norteamericanos de lo que tenían entre manos. Todos contentos salvo por un pequeño problema, no podían utilizar el nombre Biohazard en Estados Unidos.

Biohazard

Lo de llamarlo Biohazard nos viene regular

Cuando a finales de 1994 se empezaron a orquestar los planes para llevar el juego y su promoción a occidente, en la filial estadounidense de Capcom alguien fue lo bastante avispado como para avisar a sus compañeros nipones de que el nombre Biohazard no se podría registrar en suelo americano.

No era sólo que registrar palabras “comunes” es casi imposible según las leyes del país, es que además había una banda de música que se llamaba así, y que un juego para MS DOS recién lanzado llevaba también ese nombre. Vamos, que la cosa estaba complicada.

Para solucionar la papeleta lo mejor que se les ocurrió es organizar un concurso dentro del departamento de marketing. Todos dirían un nombre y el más votado sería el ganador. Y como el juego original venía de la película Sweet Home, y el remake reconvertido en franquicia propia estaba también basado en una casa, alguien tuvo la idea de llamarlo Resident Evil. Una voltereta con cierta lógica que, aunque para entregas posteriores no quedaría igual de fina, se eligió como nombre definitivo para el juego en occidente.

No debió funcionarles nada mal la idea del concurso porque, de cara al lanzamiento aprovecharon también para organizar un concurso en el que el ganador terminaría haciendo un cameo en la película de Resident Evil (que luego se retrasaría un buen puñado de años),  y para Resident Evil 2 hicieron lo propio con la intención de darle nombre a los míticos Lickers, decisión que también salió de un sorteo entre distintos participantes.

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