Esther Cross y Betina González pasaron por el Espacio Ñ para presentar su libro La aventura sobrenatural (Seix Barral) en la Feria del Libro, y compartieron una charla con Matías Serra Bradford, editor de literatura de la Revista Ñ, sobre “ciencia, espiritismo y magia”, temas que las autoras abordan en su reciente obra.
La aventura sobrenatural cuenta esa historia a través de las biografías de sus protagonistas Vernon Lee, Oscar Wilde, William B. Yeats, Aleister Crowley, Althea Gyles, Rachilde, Lizzie Siddal, Alice James, R. L Stevenson, Sigmund Freud, entre otros.
Cada uno de ellos ha experimentado episodios reales con el “más allá” que no aparecen en primer plano en sus biografías canónicas: Wilde se hacía leer las manos, Yeats y Crowley fueron ocultistas serios con posiciones muy distintas frente a la magia, Freud tuvo un duelo con un grafólogo, y Vernon Lee y Rachilde fueron escritoras brillantes de lo sobrenatural.
Estas vidas se entretejen con titulares de diarios y manías victorianas, y van contando un relato mayor: el espíritu de ese tiempo, una forma de pensar la vida y la muerte.
A través de una serie de investigaciones, Cross y González recuperan la última gran aventura de pensar la vida en otros planos, no solo como algo posible, sino también como algo íntimo y trascendental, y, por eso, secreto.
Según Serra Bradford, este libro “es un gran panorama de escritores y escritores excéntricos, iluminados, que están muy cerca del espiritismo, de la magia y de muchas otras prácticas”.
“Me da la impresión que la cruza de La mujer que escribió Frankenstein (Esther Cross) y La obligación de ser geniales (Betina González) son dos libros que de alguna manera empezaba a prometer este otro: la aventura de lo sobrenatural. ¿Cuál fue la primera semilla y cómo esa semilla fue creciendo?”, preguntó Serra Bradford.
“Me parece muy puntual que hayas nombrado estos dos libros. Fue la época en que las dos estábamos rondando de distintas maneras para uno de estos libros y así nos conocimos. Empezamos a hablar y en esas conversaciones descubrimos estas afinidades, estos intereses que curiosamente empezaron tibiamente con el mago Houdini, que Betina sabía mucho”, dijo Cross.
“Empezamos así, por la negativa, con esta obsesión de desenmascarar. Nos interesaba mucho lo que queríamos desenmascarar y lo que había del otro lado que quedaba sin desenmascarar”, añadió.
“Lo hicimos en marzo de 2020, cuando empezaba el confinamiento. Cuando nos dimos cuenta de que estábamos encerradas dijimos: es ahora o nunca”, recordó González.
«Este libro está escrito por dos personas. Trata sobre la magia, el espiritismo y otras disciplinas. En un momento se produce esta especie de pase de magia: ustedes dos desaparecen. El libro tiene una prosa neutra, muy sobria. ¿Qué pueden decir al respecto?», quiso saber Serra Bradford.
“Eso fue naturalmente”, afirmó Cross, y continuó: “No hubo un momento en que alguna de las dos dijera que había que adaptar este texto que vos escribiste porque no pega con el otro”.
“A nivel estilístico de la prosa creo que nunca hemos cambiado nada. Las dos somos muy libres y escribíamos las partes que nos gustaba. Pero lo que sí generó mucho trabajo fue el montaje: qué poner primero, qué va después, qué orden seguir. Lo decidimos por un orden temático donde aparecen temas como los dobles o la telepatía o los pactos con el diablo. Ahí encontramos un tejido algo más interesante de lo que hubiera sido hacer algo cronológico”, completó la autora de La mujer que escribió Frankenstein.
“En el libro transmite una cosa muy interesante: el contraste muy grande de qué significa ser escritor hoy o qué se pretende lo que signifique eso, y lo que era 100 años atrás”, planteó Serra Bradford también escritor, traductor y crítico literario.
“Son escritores muy distintos. Notamos que los escritores jóvenes no se rebelan contra el pasado sino contra los mayores, los contemporáneos que sostienen estructuras rígidas. Todos estos escritores cuyas vidas tocamos tienen internet y parece que para ellos, la literatura ha sido una forma de conocimiento, una forma de lectura de la realidad y no solamente el hecho de contar por contar en sí”, explicó Cross.
“La literatura no era un trabajo o un oficio, era una forma de vida. La vida era la obra y viceversa. Se ve mucho en autores como William Yeats: las investigaciones esperitistas, la magia, todas prácticas secretas es la obra también”, argumentó González, “Es una obra que tardó mucho en traducirse pero cuando lees sus autobiografías vas viendo la autenticidad con la que trabajaba. En nuestra época, una de las cosas es que se recuperan estos escritores: la literatura ha sido una interpelación con el misterio. Eso está en el planeta, que nos pasa con eso, con los seres humanos, qué nos pasa con eso. Ahora parecería que la literatura se ha corrido totalmente del lugar”, completó González.
Cross Básico
- Es escritora y traductora. Publicó dos libros de entrevistas: uno Adolfo Bioy Casares y otro con Jorge Luis Borges en colaboración con Félix Della Paolera.
- Publicó las novelas Crónicas de alados y aprendices (1992), La inundación (1993), El banquete de la araña (1999), Radiana (2007), La señorita Porcel (2009) y La mujer que escribió Frankenstein (2013) y también los libros de cuentos La divina proporción y otros cuentos (1994), Kavanagh (2004) y Tres hermanos (2016).
- Ganó los premios Fortabat (1992) y Siglo XXI (2008), entre otros, y las becas Fulbright (1998) y Civitella Ranieri (2004).
González Básico
- Es magister en escritora creativa de la Universidad de El Paso (Texas) y doctora en literatura latinoamericana en la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania).
- Premio Clarín 2006 por su novela Arte menor.
- Ganadora del Premio del Fondo Nacional de las Artes (2006) y del Premio Tusquets (2012).
- Entre sus obras figuran las novelas Las poseídas (2013), América alucinada (2016), Olimpia (2021), el libro de cuentos El amor es una catástrofe natural (2018) y el ensayo La obligación de ser genial (2021).
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