El tremendo abanico de situaciones que plantea The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom no tiene ningún sentido. Podemos pasar de construir poco menos que un Transformer para aniquilar una horda de bokoblins a descubrir una zona completamente desconocida utilizando el poder de la Infiltración. Sin embargo, pocos momentos te hacen sentir más especial que el de recoger un fragmento de estrella.
Sí, ese curioso material que vemos caer desde el cielo a lo lejos y que podemos atrapar tras recorrer un buen trecho de terreno. Aunque parezca mentira, es posible hacernos con él en el aire, mientras caemos en picado, pero las probabilidades de que suceda parecen casi imposibles. Es decir, de todo el cielo que cubre Hyrule, nosotros tenemos que estar situados en el punto exacto de la trayectoria del objeto.
Eso fue precisamente lo que me sucedió durante una de mis últimas partidas en Zelda: Tears of the Kingdom y, si bien es perfectamente posible que le pase a otros jugadores, me creí casi único por vivir lo que consideré un hecho insólito. Lo cierto es que no es así, ya que hay otros muchos jugadores que han vivido lo mismo, pero reaccionado de la misma forma. Aquí tenéis algunos ejemplos.
Como veis, ni yo ni vosotros sois los afortunados en haceros con un fragmento de estrella mientras descendéis por los cielos. Nintendo ha logrado que la suerte no sea casualidad y simular un instante tan especial, tan poco probable a nuestros ojos, que nos provoque una gran emoción vivirlo.
En Twitter también podemos comprobar que hay muchos usuarios que han experimentado la misma situación. ¿Rompe la magia descubrir que no somos especiales? Quizás, pero esa dosis mágica recae en el propio videojuego que demuestra una vez más lo realmente pulido que se ha lanzado para Nintendo Switch.
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