La artista platense exhibe su reciente instalación, Gejigeji, una obra para atravesar, tocar y descubrir los simbolismos de la cultura japonesa escondidos en ella.

La artista Mariela Vita acaba de ser seleccionada como finalista del Premio Fortabat 2023. La noticia se suma a sus proyectos actuales y futuros. En septiembre una obra inmersiva de su autoría recibirá al público en el Espacio Andreani de arteba. Mientras tanto, la galería Del Infinito exhibe su reciente instalación, Gejigeji, una obra para atravesar, tocar y descubrir los simbolismos de la cultura japonesa escondidos en ella.

Vita nació en La Plata en 1978, donde actualmente vive y trabaja. Estudió Artes Plásticas y Diseño en la universidad de esa ciudad. Durante su carrera los guiños a la cultura oriental han sido una constante, así como su fijación por el material, el color y los diálogos que consigue entablar entre estos.

Cuando arribó a Del Infinito para estudiar el espacio de la galería la artista tenía previsto un viaje a Japón. Allí se quedaría tres meses como parte de una residencia artística. Durante ese tiempo se dedicó a pensar el proyecto que instalaría en el espacio del barrio de Recoleta. Cada elemento fue concebido para ser exhibido allí. Sus obras son pensadas para un sitio específico, no hay dos montajes iguales.

Gejigeji, curada por Carla Barbero, continúa las indagaciones de Vita alrededor del imaginario gráfico y urbano de la cultura visual japonesa. La instalación está compuesta por esculturas, objetos y pintura que hay que ir descubriendo cuando el visitante consigue romper el hechizo del primer impacto. Con formas simples y colores planos la artista crea una realidad que parece flotar y no anclarse en un tiempo ni un lugar específico.

Kawaii es una palabra en japonés para describir ternura. El adjetivo trascendió la gramática para convertirse en un estilo de vida. Esta presente en el anime, en el diseño gráfico, en los gestos y las actitudes de los japoneses. También en la instalación de Vita que nació cuando se encontraba en cuerpo y alma en esas tierras.

La instalación de Mariela Vita remite a elementos de la cultura japonesa.


La instalación de Mariela Vita remite a elementos de la cultura japonesa.

Entre todos los elementos que remiten a Japón, asoma la ternura. Las monedas de I-Ching que cuelgan del techo son de madera maciza que fue pulida, tallada y luego pintadas con dorado por la misma artista. Artesanía y material son elementos que caracterizan su trabajo. La versión Vita de estas monedas incluye flores de sakura, dibujos que aluden a las lluvias que caracetrizan los veranos japoneses, caritas con gestos tiernos, corazones y un ciempiés con formas sintetizadas y geométricas.

En una de las paredes de la galería la escultura de otro ciempiés repta hacia el techo. Sus colores van de un verde fluorescente hasta el blanco. Se trata de un gejigeji, una especie autóctona de Japón cuya existencia es sumamente compleja. Gracias al aporte de la curadora, Vita realiza un paralelismo de lo que es la vida de ese animal y la dinámica de los videojuegos donde hay que atravesar obstáculos, llegar al siguiente nivel, ganar vidas y acumular experiencias.

La instalación continúa con más elementos. La figura de media manzana cuelga en un costado; es una construcción de madera que la artista recubrió con un lienzo y pintó el interior de la fruta como si se tratara de un cuadro. Lo remató con una rama tomada de un árbol en el lugar del cabo. En un único elemento Vita concentra varias disciplinas artísticas.

Las obras que se exhiben en el patio fueron pensadas aparte de la instalación principal.


Las obras que se exhiben en el patio fueron pensadas aparte de la instalación principal.

La rigidez de la manzana hecha con madera contrasta con la naranja gigante que cuelga en otro costado. Realizada con lona su volúmen esta dado por el aire que contiene en su interior. Sin estructura interna el objeto consigue mantenerse en pie por su propio peso.

La instalación se completa con una piscina que fue rellenada de mínimas esferas de telgopor que se escurren entre las manos de quien se atreve a agarrar un puñal. Hay una pequeña escalera dentro de ella y por fuera cuadrados azules que simulan delimitar un suelo de azulejos.

Todos los elementos se conectan entre sí, hacen sistema, mientas el visitante atraviesa la instalación, la recorre y se detiene en los pequeños guiños que le llaman la atención.

El bonus track hay que buscarlo en el patio de la galería, un espacio que funciona como fuente de luz en el medio de la misma. Vita realizó esculturas de hierro especialmente pensadas para este lugar a las que intervino con un baño químico que las oxidó y les incorporó textura, mientras que algunas de sus puntas fueron cromados con un baño de níquel.

Ficha

​Gejigeji. Mariela Vita

Dónde: Galería Del Infinito. Av. Pte. Manuel Quintana 325, PB. 

Cuándo: Lunes a viernes de 10 a 18 horas. Hasta el 16 de agosto.

Entrada: gratuita.

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