Llevaba unos años dando vueltas, pero los ojos terminaron de posarse en este estilo cuando Anna Wintour, la mítica directora de Vogue, le dio su bendición. Lo hizo a través de Instagram, cuando subió una foto en la que se la podía ver trabajando en su casa, de impecable sweater rayado, omnipresentes anteojos negros… y jogging. Sí, corrían los tiempos de la pandemia y la cuarentena, era apenas abril de 2020, pero ese posteo alcanzó para legitimar una tendencia incipiente. Desde entonces, el estilo athleisure no ha hecho más que ganar adeptos en todo el mundo.

El look de la calle

¿De qué hablamos exactamente cuando hablamos de athleisure? De la forma de vestirse que nace cuando se junta lo deportivo (athletic) con el ocio (“leisure”, en inglés) o lo más urbano. “Es un estilo que combina, en un mismo look, ítems deportivos con prendas más casuales. En la práctica se puede resumir como la posibilidad de utilizar prendas deportivas en diferentes ambientes cotidianos. Esta tendencia es un hecho y hoy vemos cómo ha impactado en el street style”, apunta Raúl Fagalde, responsable de marketing para Argentina de Puma, marca que ha sabido lanzar productos que acompañan esta movida. Por caso, por estos días están presentando su colección “Forever Classic”, que rinde homenaje a íconos de la marca como las zapatillas Suede (que forman parte de la firma desde hace 40 años) o las Slipstream, un clásico del basquet reiventado que combina archivos de los 80 con un diseño moderno. Y un dato interesante: en 2020 Puma nombró a June Ambrose, estilista de larga data de figuras muy apegadas a lo deportivo como Jay-Z y Missy Elliot, como su directora creativa.

Beyonce

Efectivamente, es en la calle donde mejor se ve la aplicación del athleisure. En el look de las celebrities pero también de los más jóvenes, aquellos que más rápido reinterpretan la tendencia y la aplican a su gusto y estilo de vida. “Es una moda que hoy está bien vista a los ojos de la sociedad y pasó a ser lo más cool que se puede usar. Los jóvenes son los que mejor lo saben llevar y combinan. Van cómodos por la vida sin dejar de ser fashion”, analiza Meri Salinas, productora de moda y asesora de imagen, en cuya cuenta @merisalinas da tips para usar con gracia este y otros estilos.

Algunas figuras internacionales que resaltan por su buen uso de la tendencia son Hailey Bieber, Kim Kardashian, Kylie y Kendall Jenner, Dua Lipa, Rihanna (considerada por muchos la precursora del tema), las hermanas Gigi y Bella Hadid y Kaia Gerber, modelo e hija de Cindy Crawford. En lo local, podría encontrarse inspiración en el estilo de Lali Espósito, Zaira Nara, María del Cerro o la China Suárez.

Moda

Todas estas celebrities suelen utilizar zapatillas de deporte, buzos oversize con capucha, remeras grandes con leggins y tops de entrenamiento, siempre combinados con prendas más urbanas o incluso más nocturnas, como un blazer con brillos. Para llevar este mix con gracia, Salinas recomienda aprender a escucharse. “Se nota cuando la ropa te lleva, comparado con cuando te adueñás de la prenda. No importa cuán extravagante sea el look que querés crear, si sabés llevarlo y te sentís cómodo, vas a estar bien. Si en cambio solo sentís que tenés que llevarlo porque es moda, va a parecer un disfraz”, sostiene.

Bajado a tierra, la especialista sugiere algunos looks que pueden probarse y siguen esta línea: un pantalón sastrero con buzo con capucha y zapatillas; un top con jogging y botas; un pantalón jogger con tacos, un top y una campera deportiva; y un tapado camel con un jogging, un buzo y borcegos. Y en el estilismo, una colita de pelo tirante y alta, tal cual la que usaríamos para ir al gimnasio. “La clave es sacar a lo deportivo de la zona de confort, que sería vestirse por completo en ese look de entrenamiento”, puntualiza.

Demanda y pasarela

Por otra parte, Salinas resalta la ironía de que aquello que hace no tanto era considerado un crimen, como usar un jogging con una chaqueta de brillos o salir a la calle con las “chancletas” estilo Adilettes, hoy es moda pura. ¿Y qué cambió? Las ganas de estar cómodos. Algo que dejó de resignarse desde la pandemia, un momento en el que además se entendió la importancia de cuidar la salud. Y el ejercicio es una gran parte de esto. “El estilo athleisure promueve la integración de la actividad física en la vida cotidiana, animando a las personas a adoptar un ritmo más activo y saludable”, apunta Fagalde.

Y hay un tema no menor que apuntala este crecimiento: los clientes se han vuelto cada vez más conscientes de la cuestión ecológica y del enorme impacto ambiental que posee la moda, la segunda industria más contaminante del mundo. “Se han generado cambios en el comportamiento del consumidor, quien hoy opta por prendas duraderas y multifuncionales, reduciendo así los desechos generados por la moda rápida y fomentando una mentalidad más sostenible y responsable”, agregan desde Puma.

China Suárez

En ese sentido, las marcas de lujo -lo opuesto del “fast fashion”- tampoco han querido quedarse atrás. Así, nacieron colaboraciones y alianzas como la de Gucci con Adidas, quienes han lanzado unas zapatillas que entrecruzan lo más icónico de ambas marcas (el modelo Gazelle, con el estampado clásico de la casa italiana), pero que también suman color y osadía en versiones pensadas para llevarse incluso con vestidos. Algo similar ha hecho Balenciaga, también con Adidas, lanzando unas zapatillas con la línea clásica de las tres tiras, pero en los tamaños extravagantes y llamativos de la firma española.

Nike hizo su propia unión con Jacquemus con una enorme aceptación. Aquí la impronta del diseñador francés rupturista aportó sensualidad a piezas deportivas femeninas como trajes de baño, tops de deporte y botas de montaña, entre otros ítems. Y hacia mayo de este año, la alianza también dio vida a la reinvención de los Air Force, un modelo de zapatillas de basquet nacido en los 80 (muy recordados por ser las primeras con tecnología air).

Este tipo de colaboraciones no solamente le permiten a las marcas de lujo estar a tono con la tendencia, sino además llegar a un público más joven y fresco. Lo que se dice un escenario “win win”.

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