Por las oficinas del abogado y ensayista Marcelo Gioffré, pasan todos los referentes culturales interesados en aportar sus ideas a la campaña de Patricia Bullrich. Recibe a todos, pero el plan en el que trabajan en caso de que la candidata llegue a la Casa Rosada lo define un grupo reducido que él coordina, de manera más bien laxa.
“Estamos con un programa muy fuerte. Estamos armando los equipos y planes para lo que eventualmente sea, secretaría o ministerio”, cuenta a Clarín Cultura Gioffré –mano derecha del filósofo Juan José Sebreli–, desde su estudio de abogados en el Microcentro porteño.
Juntos por el Cambio ha hablado a lo largo de la campaña de reducir la cantidad de ministerios, por lo tanto, no se descuenta que el área pase a integrar otro ministerio o sea degradada a secretaría. De su estatus depende la cantidad de fondos que se destinan, aunque el Presupuesto 2024 ya enviado al Congreso para su tratamiento, pero aún sin aprobación, asigna partidas de rango ministerial.
La mesa chica de Cultura de Bullrich la componen Gioffré, quien además la coordina, la secretaria de Cultura del partido de San Isidro, Eleonora Jaureguiberry, la coordinadora general del Centro Cultura Rojas, Mariana Ron, y el filósofo Julio Montero. Éste último ha trabajado junto a Bullrich desde 2020 para darle un relato propio.
En las últimas semanas se sumaron equipos que responden a Mauricio Macri coordinados por el presidente del Banco Provincia Juan Curutchet y representantes de la Fundación Alem. ¿Y equipos culturales de Horacio Rodríguez Larreta? “No”, respondió de manera escueta Gioffré.
En Juntos por el Cambio trabajan sobre la lógica de que no es necesario destinar más gasto público para el área cultural, sino, que se pueden generar herramientas que colaboren desde otras áreas. Por ejemplo, traccionar ingresos a través del turismo cultural o la asociación con privados para llevar a cabo proyectos.
“Analizamos el modelo inglés, que es que si vos lográs hacer un museo muy potente para el turismo, el gasto que vos tuviste en eso lo recuperás y mucho más, a través del turismo, hoteles, gastronomía”, explica el escritor (se refiere a la iniciativa de la National Gallery londinense, con acceso solo a las colecciones permanentes).
Ya analizaron la actual estructura del ministerio y no descuentan que, por superposición de tareas, algunas secretarías se integren a otras.
Otros organismos donde pusieron la lupa fue el INCAA y la Biblioteca Nacional. Para el primero, consideran que necesita una nueva metodología para definir cómo financiar las películas y “evitar los amiguismos o películas que ven tres personas en el cine Gaumont”. También tienen un nombre en carpeta para su dirección. En tanto, la Biblioteca, según el análisis del bullrichismo, presenta hoy deficiencias de administración y un escaso trabajo en las áreas culturales y de edición.
Una medida sí ya tienen asegurada: en caso de ganar, el Centro Cultural Kirchner será rebautizado (parece desconocer que para ello hace falta una ley del Parlamento).
Las propuestas de gobierno que presentó Bullrich incluyen cuatro ejes sobre los cuales abordarán la cuestión cultural. En primer lugar, prometen que en caso de ganar pondrán esfuerzos en la proyección de la cultura argentina en el mundo. Ponen como ejemplo la necesidad de que los artistas y las galerías participen en más ferias internacionales y, como contraparte, que la Argentina reciba también galerías en las ferias locales. “Hoy no vienen porque la circulación de obras de arte en el país es un espanto, es una ley que hay que cambiar”, analizó Gioffré. (La mencionada proyección consiste en acciones de alto costo).
En segundo lugar, destaca que necesitarán crear un sentido propio, un relato amarillo contra el K. “Para el kirchnerismo el 95% de la cultura es esto. Ellos centran la cultura en esta cuestión; quieren forzar la historia para mostrarla en un sentido que favorece al propio proyecto”, sostuvo.
El abogado, que ocupó durante seis meses un cargo como asesor del ministerio de Cultura en el gobierno de Mauricio Macri, afirmó que es necesario detectar los “traumas” de los argentinos y por qué se llegó a tenerlos. “Hay que detectarlos y reconocerlos; uno es el populismo”, explicó y sugirió “descifrarlo, tratar de exponerlo y ponerlo en diálogo con obras de arte, con documentales, mostrando los discursos de los políticos, las continuidades históricas”.
Y continuó: “El kirchnerismo ha hecho Tecnópolis como bajada de línea constante. Bueno, tal vez podamos usar Tecnópolis como una palanca para mostrar los verdaderos traumas argentinos”.
¿No estarían haciendo lo mismo que el kirchnerismo pero de color amarillo? “Sí, pero lo que hacen ellos es una bajada de línea, esa cosa de la epopeya, la proscripción, la cuestión de Dorrego, Rosas, es una línea histórica que se puede y se debe incorporar en este relato. Pero el verdadero relato argentino es un relato de hechos”.
Gioffré coincide con tantos otros cambiemitas que han hecho autocrítica: el gobierno de Macri careció de relato por recomendación de los funcionarios que intentaron dotar de un manto de a-política a la gestión. “Fue un gran déficit. Lo dejaron vacante por la idea de que nos iban a acusar de algo. Entonces, ante el primer inconveniente, no había un respaldo intelectual para decir ‘hay que seguir luchando porque hay un sentido histórico’”, reflexionó.
El tercer eje que trabajan en el equipo de Bullrich es que la cultura “sea para 45 millones de argentinos”. “Ahí hay una cuestión doble: vos podés llevar a los chicos de un colegio al museo. No está mal, pero muchas veces por el tipo de colegio o por la gente misma, se sienten como completamente ajenos a la cultura”, explica.
En esa línea, piensan proyectos sobre el marco de que nadie puede vivir ajeno a la cultura. “Hasta la foto de Evita o la iconografía de una virgen son cultura,” apunta. «Debe haber una cuestión de respeto a lo que ellos consideran que es cultura y absorberlo dándole una legitimación, y sobre eso montarnos para interesarlos en otro tipo de sectores de la cultura”, indica.
El cuarto punto es la federalización de la cultura, hoy escaso de acuerdo a la mirada del equipo que acompaña a Gioffré. El pensador insistió durante toda la charla con Clarín Cultura en que se pueden llevar adelante proyectos sin plata.
“Yo creo que se puede hacer sin plata. Hay que tener ideas. Por eso vamos a empezar con modestia y construyendo ladrillo sobre ladrillo, pero el objetivo es de acá a 15 años tener un Guggenheim como Bilbao o un Louvre como Abu Dhabi”, finalizó. Pero primero lo primero: Bullrich debe, al menos, quedar como la segunda candidata más votada y forzar una segunda vuelta.