Puan es la calle porteña en donde está la sede central de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, por lo que para los más entendidos es algo así como un ecosistema del ambiente universitario que María Alché y Benjamín Naishtat retratan con precisión y humor en la comedia homónima que hoy tuvo su estreno en el Festival de Cine de San Sebastián, en donde forma parte de la Competencia Oficial.
El filme está protagonizado por Marcelo Subiotto, que da vida a Marcelo, un profesor universitario al que la muerte del titular de la cátedra en la que se desempeña -y además mentor suyo- lo ubica ante la posibilidad de ocupar ese cargo. Sin embargo, de manera inesperada aparece en escena Rafael (Leonardo Sbaraglia), su némesis: seductor, carismático y con títulos europeos, con quien disputará el puesto.
Alché, que dirigió Familia sumergida, y Naishtat (director de Rojo, Historia del miedo, El movimiento) hablaron con la agencia Télam del filme, que en la Argentina estrena el 5 de octubre y que tiene en su elenco a Julieta Zylberberg, Alejandra Flechner, Cristina Banegas, Andrea Frigerio y la participación especial de Lali Espósito.
-¿Qué significa para ustedes que la película que pensaron, una comedia, forme parte de la Competencia Oficial del Festival de San Sebastián?
Benjamín Naishtat: Es un honor y un orgullo llevar al cine argentino a un festival tan prestigioso. Con los esfuerzos de todos logramos hacer una película argentina que se va a ver ahí, que va a tener su eco y que ya sabemos que se va a distribuir en España, en Francia y en varios países.
María Alché: Nosotros vemos un futuro posible solo a través de la educación pública y gratuita que alcance a todos.
-¿Por qué se decidieron a hacer una película sobre el mundo universitario?
Naishtat: La película nació con una premisa inusual, que era la de escribir un protagónico para Marcelo Subiotto, que era una especie de deseo compartido entre María y yo de que si hacíamos una película juntos tenía que ser Subiotto.
Ella ya había trabajado con Marcelo en Familia sumergida, los dos lo admiramos mucho porque creemos que tiene un talento fuera de serie y que quizá no está todo lo representado en el cine argentino como se merece.
Y María me hizo conocer la facultad que funciona en Puan, porque ella estudiaba ahí en una época y a mí me fascinó tanto como a ella, un universo rico lleno de contrapuntos, de texturas, de marcas de la historia y del presente, con cosas muy argentinas que están ahí, nos parecía un universo muy propicio para pensar una película alrededor de ese mundo.
Asesoramiento con los profesores
Alché: Nos asesoramos con profesores por las clases que debían dar los actores, también nos ayudaron a entender algunas cosas protocolares, como por ejemplo cómo es un concurso, cuáles son los pasos, incluso discutieron con nosotros cosas del guion.
-¿Cómo surgió la idea de retratar a la «intelligentsia» porteña vincula al ámbito universitario, con un profesor si se quiere prototípico y otro con el «prestigio europeo»?
Alché: Apareció primero la idea de estos personajes un poco inspirados por cosas que habíamos visto y escuchado. Después, surgió la preocupación para que no se vuelva un clisé, había que encontrarle la profundidad y el volumen a cada uno de ellos en sus miserias, contradicciones y actos loables.
-Los departamentos minúsculos y el caos de la ciudad tienen un protagonismo decisivo en el relato.
Naishtat: Sí, lo pensamos así, con profesores que tratan de vivir cerca en esos departamentitos, amontonados, con sus libros; también mostrar la casa de un profesor más eminente, que tiene siempre como el aura de un hogar mítico, en donde se hacen reuniones. Todo esto para una forma de existencia muy porteña dentro de la universidad pública.
-¿Coinciden en la lectura de que «Puan» es una comedia sobre la incomodidad, en tanto tiene un protagonista que lidia con el ego, las ambiciones, el prestigio y el paso del tiempo?
Alché: A mí me parece que sí, es válida en el sentido de que siempre pensamos a este personaje como incómodo con un montón de cuestiones de su vida cotidiana y también con un montón de contradicciones y cosas sin resolver. Un poco es el punto de partida, que es la muerte de un maestro y de ahí la orfandad, es decir, al no estar más esa figura del maestro, se ponen más de manifiesto los problemas a una edad de la vida del personaje en donde el tiempo parece estar más acelerado . Y entonces nota lo que no probó, lo que no se animó a hacer. El interrogante que surge es dónde está lo vital, una pregunta necesaria dentro de muchas otras cosas que están presentes en la película.
-La historia que cuentan tiene una inesperada vigencia al tocar temas como la defensa de la calidad de lo público frente a los discursos del presente sobre recortes, y hasta cierres. ¿Les sorprende la actualidad de la película?
Naishtat: Bueno, imaginate que no sabíamos que íbamos a estrenar en un momento tan particular como este. Dicho eso, creo que evidentemente estaba en el aire una sensación de que lugares como Puan tienen un componente milagroso en cuanto a que los docentes dan clases de altísimo nivel, con situaciones que tienden a ser cada vez más difíciles en el plano de la educación pública, en una Argentina que está siempre presa del endeudamiento y se enfrenta a la incapacidad de financiar más y mejor a la educación.
Claramente todo se resignifica en un presente en el que estamos en riesgo de que un partido fascista tome el poder con una plataforma de cerrar el Estado, destruir todo los que costó generaciones construir.
(Fuente: Télam)