En las vitrinas de un sótano porteño hay pasadizo a la Italia del siglo VII a.C. Allí se exhiben hallazgos arqueológicos, cerámicas que hablan de un modo de vida, de culturas y costumbres que, aunque enterradas, emergen para mostrarnos, como una vieja película histórica, momentos de una vida que podemos imaginar rica en sus expresiones culturales.

Cada rincón italiano sigue descubriendo tesoros desconocidos. De eso se trata Narrar la belleza (Il racconto della bellezza), el programa italiano que trajo a Buenos Aires la muestra que nos trae secretos de Apulia, en la segunda mitad del siglo VII a.C., ese tiempo y ese lugar -la península italiana- convivían los colonos griegos que habían fundado decenios antes Taranto; los Mesapios, en el sur de la región; los Peucetos, en el centro y los Daunos en la parte más septentrional.

Hoy es Canosa di Puglia. Hay piezas en perfecto estado de conservación en la exposición de objetos arqueológicos y de arte en el Instituto Italiano de Cultura (IIC) de Buenos Aires de la Embajada de Italia en Buenos Aires bajo el nombre de Formas y Colores de la Italia prerromana. Canosa di Puglia.

“Es una exposición sobre la cultura italiana prerromana pública, una región muy importante en el siglo cuarto y tercero, en la que podemos ver objetos y obras de arte de las élites de los pueblos del norte de Apulia”, explica Massimo Osanna, Director General de los Museos del Ministerio de Cultura de Italia y curador de la exposición, presente en la inauguración.

“Vamos a ver una cultura muy refinada en contacto estrecho con el mundo griego, porque la inspiración viene de allí, hay una reinterpretación de obras griegas en un sentido local. Es muy interesante ver cómo las culturas entran en contacto, las ideas viajan y se mezclan, tanto la cultura antigua como la cultura de hoy son fluidas, es decir: una cultura que se surge del contacto entre mundos diferentes”, profundiza la máxima autoridad de los museos italianos.

“Tenemos patrimonio cultural, narrarlo, contarlo, mostrarlo es un orgullo para nosotros”, dice el embajador italiano en Buenos Aires, Fabrizio Lucentini. Italia posee millones de piezas arqueológicas distribuidas en más de cientos de museos. Algunas de ellas llegaron aquí, luego de ser exhibidas y antes de partir a San Pablo y Ciudad de México en 2024.

La exposición sorprende en cada uno de sus objetos. Así podemos conocer rasgos peculiares de la cultura de los Daunos, a través de armaduras, cerámicas, joyas y ornamentos. En esa región, entre el siglo IV y el II a.C., los la realeza, personalidades en la cumbre de la élite local, eran sepultados en hipogeos (tumbas de cámaras familiares, excavadas en la piedra local toba), con lujosos ajuares funerarios que ponían en evidencia, su estatus económico y cultural.

Las tumbas

El curador se toma tu trabajo con pasión. Se conmueve como si los viera por primera vez. Señala una serie de objetos usados por las mujeres. Destaca un jarrón con forma de cabeza femenina del “Hipogeo Varrese” (un complejo de tumbas excavadas en la roca) “son vasos con forma humana de mujeres, representan el momento biológico de la llegada de la madurez sexual y la entrada a la vida social a través del matrimonio, son representadas en ese momento como ninfas o divinidades, es una etapa ritual y servían para protegerlas en esa esa transición”.

En la vitrina siguiente hay dos esculturas con aire triste, están llorando, eran utilizadas en ceremonias fúnebres. Era en ese momento cuando las mujeres se dedicaban al cuidado del cuerpo del difunto y participan de manera activa y escenográfica en el cortejo fúnebre, con “gestos de dolor y desesperación”. “Tienen un gesto muy actual”, interpreta Osanna.

Las estatuas que lloran utilizadas en ceremonias funerarias. Foto: Martín Bonetto. Las estatuas que lloran utilizadas en ceremonias funerarias. Foto: Martín Bonetto.

Las piezas seleccionadas provienen en gran parte de los depósitos del Museo Arqueológico Nacional de Canosa di Puglia y de las colecciones Museo Arqueológico Nacional de Taranto, y también de los depósitos de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de las provincias de Foggia y Barletta-Andria-Trani, del Museo Arqueológico de Santa Escolástica (Bari) y de la Superintendencia Nacional de Patrimonio Cultural Subacuático con sede en Taranto.

La exposición formas y colores constituye el primer proyecto de narrar la belleza, un programa para la valorización y promoción del patrimonio cultural italiano y el extranjero a través de exposiciones instaladas en los institutos italianos de su mayoría conservándose en los depósitos de los museos que están eso es muy muy importante si estamos desde los que soporta no importamos aquí como respiran desde Chile y todo abiertos estantes en los depósitos que ni nadie muchas gracias proyectos.

Massimo Osanna, Director General de los Museos del Ministerio de Cultura de Italia y curador de la exposición con el embajador italiano en Buenos Aires, Fabrizio Lucentini.
Foto: Martín Bonetto.Massimo Osanna, Director General de los Museos del Ministerio de Cultura de Italia y curador de la exposición con el embajador italiano en Buenos Aires, Fabrizio Lucentini.
Foto: Martín Bonetto.

Hay objetos que nos cuentan diferentes momentos de esas vidas. Como por ejemplo, una punta de lanza y un cinturón de bronce hallada en el Hipogeo de Vico san Martino. El guerrero fue enterrado acompañado de sus armas, y también por jarrones decorados con motivos geométricos de la cultura Dauna y motivos de figuras rojas de Apulia. También con ánforas, jarras y vasos para beber en el tránsito más allá de la vida y la muerte.

También hay una armadura intacta que acompañó a un combatiente en su tumba. Consta del yelmo, la coraza con la forma anatómica, las espinilleras (para cuidar las piernas de la rodilla para abajo), también puntas de lanza y asadores para cocinar carne.

Lo que acompañaba al guerrero a la tumba.
Foto: Martín Bonetto. Lo que acompañaba al guerrero a la tumba.
Foto: Martín Bonetto.

Todas las cerámicas realizadas en los talleres de Canosa conservan sus pinturas. Tomaron las técnicas griegas y las decoraron y pintaron después de la cocción con témpera fría sobre fondo blanco o rosa, con colores obtenidos a partir de pigmentos naturales. Las figuras encontradas son mujeres, gorgonas, seres híbridos, cuádrigas e hipocampos alados,que pueden interpretarse como «guías de las almas en su paso al más allá».

También participaron de la inauguración la Directora ad interim del IIC, Giuliana Gentile, y de una delegación del Ministerio de Cultura italiano. Estuvieron presentes: Luca Mercuri, curador de la muestra con Massimo Osanna; Elisabetta Scungio, responsable del proyecto Narrar la belleza; Francesco Longobardi, Director delegado de la Dirección Regional de Museos Puglia y proyectista de la exposición; Anita Rocco, arqueóloga y coordinadora científica del proyecto, Eleonora Crimi, responsable de la conservación y restauración, y Claudia Lucchese, Directora delegada del Museo Arqueológico Nacional de Taranto.

Jarrón con motivos geométricos de la cultura Dauna.
Foto: Martín Bonetto Jarrón con motivos geométricos de la cultura Dauna.
Foto: Martín Bonetto

Desde el siglo XIX, la región ha sido tomada -para bien y para mal- como un mapa de la búsqueda del tesoro. De ese modo, por medios no siempre transparentes, museos de todo el mundo adquirieron piezas de unos 27 siglos de antigüedad, también aparecieron en colecciones privadas. Y algunas de las piezas aquí exhibidas han surgido de investigaciones policiales que tenían como objeto el tráfico clandestino de vestigios arqueológicos. Es decir, estas piezas históricas no solo cuentan historias antiguas, también expresan tensiones contemporáneas.

«Formas y Colores de la Italia prerromana. Canosa di Puglia» puede verse en el Istituto Italiano di Cultura, Marcelo T. de Alvear 1119, de lunes a jueves, de 9 a 17, y los viernes de 9 a 14, con entrada gratuita.