En versión fría o caliente, el te de jengibre es una de las infusiones más saludables que existen. Podemos realizarlo con pocos ingredientes e ir introduciéndolo de a poco en nuestra dieta diaria, ya sea como bebida o incluso en otras recetas.
BENEFICIOS DEL TE DE JENGIBRE
- Se recomienda el consumo regular de jengibre en personas que sufran problemas digestivos como gastritis, diarrea y estreñimiento, entre otros.
- Evita las náuseas durante el primer trimestre de embarazo y además es muy beneficioso para el desarrollo del feto.
- El jengibre es un antiinflamatorio natural, minimiza los efectos de enfermedades como la artritis o la artrosis, entre otras.
- Esta raíz es una gran aliada a la hora de perder peso, no hace milagros, debe complementarse con una alimentación saludable y la práctica de ejercicio físico.
- Se ha comprobado que mejora de forma notable la circulación, de forma que la sangre se puede adaptar mucho mejor a la actividad que la persona está realizando a cada momento.
- El jengibre ayuda a cuidar la mente. Contiene cineol, una sustancia que reduce los niveles de ansiedad y regular los estados de estrés. Un té de jengibre como el de esta receta es perfecto para mantener cuerpo en mente en perfectas condiciones.
CÓMO PREPARAR UN TE DE JENGIBRE
- 1 bulbo y medio de jengibre tamaño mediano
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 2 bolsitas de té verde
- 1 litro de agua
- 3 cucharadas de edulcorante natural Stevia
Para empezar, si queremos preparar una bebida fría, con un poco de hielo, una raíz de jengibre o bulbo mediano, lo lograremos. Empezaremos pelando el jengibre y cortándolo en trocitos. Lo pinchamos con un tenedor para que aporte todo su sabor. Preparamos el agua y añadimos el jengibre.
En ese momento, ponemos las bolsitas de té. Un té verde es una buena opción, pero podemos ponerle cualquier tipo que tengamos en casa, el protagonista de esta bebida seguirá siendo el jengibre.
Para darle el punto más saludable y conseguir el acabado ideal de una bebida cargada de alegría, vamos a incorporar dos cucharadas de zumo de limón.
La vitamina C del zumo de limón será el encargado de darle el punto de sabor que con el jengibre combina a la perfección. Continuamos con el dulzor de todo té, podemos ponerle azúcar, aunque siempre quedará más saludable con un poco de miel o un edulcorante natural como la Stevia.
Colamos el té y lo servimos en caliente o lo guardamos en la heladera con unas rodajas de limón y el jengibre. Añadimos hielo para servir un té helado.