Si abrías una revista de cine a mediados de los 90, lo más probable es que le dedicaran uno (o varios) reportajes a Demi Moore. La actriz tuvo una carrera fulgurante que se aprovechó de formar parte de una de las power couple más icónicas de la historia moderna: la que hacía con Bruce Willis. Pero desde el cambio de siglo, apenas la hemos visto. ¿Por qué? ¿En qué está metida ahora? ¿Qué fue de Demi Moore?
Give me moore
El 11 de noviembre de 1962 (haciendo las cuentas, 61 años) nacía Demi Gene Moore en Roswell, el lugar que, 16 años antes, se convirtió en el centro de todas las miradas de aficionados a los OVNIs. Su padre, un aviador del ejército, dejó a su madre, que entonces solo tenía 18 años, poco después de quedarse embarazada. Poco después, se casó con un comercial llamado Dan Guynes, que Moore considera su verdadero padre. Durante años, la relación entre madre e hija fue un accidente de tren a tiempo real: la madre se burló de su hija en diferentes revistas y su relación se deterioró hasta el punto de parodiarla en revistas porno. De hecho, solo se perdonaron cuando ella estaba a punto de morir.
La infancia de Moore no fue fácil por culpa de su madre, que la abocó a vivir con su abuela entre divorcios, alcoholismo y un continuo ir y venir de la cárcel. No es de extrañar que el día que cumpliera 16 años cogiera las maletas, se marchara del instituto y se pusiera a trabajar como recepcionista en 20th Century Fox. Tres años después, y tras empaparse de los tejamenejes de Hollywood, decidió apuntarse a clases de interpretación, en parte por seguir los pasos de su vecina. Esta no era otra que Nastassja Kinski (‘Paris, Texas’, ‘Tess’), que tenía su misma edad y ya había ganado varios premios en Alemania.
En 1981, justo después de que se publicaran fotos suyas desnuda en la revista ‘Oui’ debutó en el cine con un pequeñísimo papel en ‘Decisión’, película que tiempo después cambiaría su póster para ponerla en primer plano como reclamo en sus reediciones de formato doméstico. Poco a poco se fue haciendo un hueco entre el cine de terror de serie B (‘Parásito’), la comedia bobalicona (‘Click, click’) y la telenovela (la mítica ‘Hospital General’, que lleva emitiéndose en Estados Unidos durante más de 15.000 episodios desde hace 60 años). Era cuestión de tiempo antes de que su fama estallara. Y vaya que si lo hizo.
Puro corazón, todo amoore
‘Lío en río’ fue su primer papel (más o menos) protagonista que consiguió el éxito, antes de encontrar su sitio con ‘St. Elmo, punto de encuentro’, una de las películas centrales del Brat Pack. Rob Lowe, Emilio Estévez, Andie MacDowell… Todos estaban allí, disfrutando de su juventud y protagonizando un tipo de historias diferentes para una generación diferente. A partir de su participación allí, sus papeles se multiplicaron.
Demi Moore se convirtió, por fin, en una estrella a los 24 años. Quizá no en cuanto a la taquilla, pero sí en cuanto a ser reconocida por el público. ‘¿Qué pasó anoche?’, ‘Un verano loco’ o ‘Nunca fuimos ángeles’ solo fueron el entrante de su verdadero boom con el que asaltó los cines (y, posteriormente, los hogares) de medio mundo: ‘Ghost’. La pareja que hizo con Patrick Swayze fue tan enérgica que recaudó 505 millones de euros con solo 23 de presupuesto, convirtiéndose en la película más taquillera de 1990 (y, en su momento, la tercera de la historia). Imaginad: Demi Moore pasó de ser conocida a ser famosa. No solo eso: en aquel momento fue la actriz mejor pagada de la historia.
Y eso que ella, originalmente, creía que la historia de ‘Ghost’ era una receta perfecta para el desastre. Su éxito hizo, claro, que sus excentricidades pasaran a una prensa rosa que en aquellos momentos estaba sedienta de cualquier chisme posible. Y es que Moore era una diva (que en los tabloides llamaron «Gimme Moore») que incluso llegó a pedir un avión privado para ir de su casa en Idaho a Nueva York… y después pidió cambiarlo para que su equipaje no tuviera que ir apretado. Era joven, tenía dinero, era famosa, podía hacer lo que quisiera. O eso creía.
Do not gimme moore
A partir de ‘Ghost’, una vez terminados sus compromisos anteriores, eligió sus proyectos con mucha más calma. ‘Algunos hombres buenos’, ‘Una proposición indecente’, ‘Acoso’… Cada película suya suponía un éxito en una subida imparable… hasta que fue demasiado tarde. Los fracasos tremendos de ‘La letra escarlata’ y ‘Coacción a un jurado’ daban pistas de que la Demi-manía se había terminado. Sin embargo, el aviso llegó tarde para Andrew Bergman, que la fichó para una película que iba a romper todos los moldes y al final ha quedado para la infamia: ‘Striptease’.
Demi Moore ganó 12,5 millones por su papel (más de una quinta parte del presupuesto total). Era una de las películas más esperadas del año, pero tuvo el problema de estrenarse después de ‘Showgirls’ protagonziada por una actriz en bajada libre. Aunque no perdió dinero, fue vapuleada por la crítica. La carrera de Demi ya estaba condenada. Pero aún quedaba un golpe más, y fue absolutamente definitivo. Ridley Scott no supo ver las tendencias del momento, dio 11 millones a la actriz e hizo ‘La teniente O’Neil’.
La película, que fue recordada hace poco por el chiste-insulto de Chris Rock a Jada Pinkett-Smith en los Óscar, ni siquiera recaudó lo que costó y se llevó hondadas de malas notas. De hecho, ella dejó de ser intocable: este fue el segundo año seguido que se llevó el Razzie a peor actriz, en este eterno círculo de golpear al caballo que ya está muerto. Desde entonces, Hollywood le cerró sus puertas casi por completo. Ella se autoconvenció de que era porque había cumplido los cuarenta años, el -antaño- final de trayecto en la Meca del cine. Y hay algo de cierto, pero es innegable es que la estrella se apagó a base de fracasos.
Si Demi dependiera…
Tuvo un papel más o menos aplaudido en ‘Los ángeles de Charlie: Al límite’ mientras su cara no paraba de aparecer en una cada vez más sanguinaria prensa rosa: pasó por el cirujano estético y se gastó -según dicen- 400.000 dólares en un cambio total. Al mismo tiempo, se divorció de Bruce Willis, se enamoró de Ashton Kutcher y se convirtió, sin querer, en una broma andante de Hollywood. En su desesperación por conseguir papeles, llegó incluso a aceptar uno en ‘LOL’, una mediocridad protagonizada por Miley Cyrus que fue un batacazo en todos los sentidos.
Desde ‘La teniente O’Neil’ todas sus películas han pasado sin pena ni gloria: ‘La lectora’, ‘Como reinas’, ‘Ejecutivos agresivos’ o ‘Inmune’ (más conocida como «aquella película sobre el Covid que salió en pleno 2020»). Tras un pequeño papel en la serie ‘Empire’ que acabó demasiado pronto, el público dio por hecho que su retorno era imposible. Pero nada es imposible en el mundo del cine. El año pasado, tras afirmar que a los sesenta años se sentía preparada mejor que nunca, interpretó a la mujer de Nicolas Cage en ‘El insoportable peso de un talento descomunal’, que aunque no pasará a la historia, sí levantó bastantes titulares.
Ahora sabemos que aparecerá en la nueva temporada de ‘American Horror Story’, completando su retorno a primera fila. Bueno, más o menos. Soltera, dispuesta a todo, dejando su pasado polémico detrás y mirando al futuro, Demi Moore sabe que Hollywood sabe perdonar incluso dos décadas después. Y no va a dejar de intentarlo. Porque, en el fondo, sabe que el mundo del cine va por rachas, como en una montaña rusa en la que subió muy rápido pero bajó de forma vertiginosa.
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