Detrás de los muros de piedra del antiguo hospital San Carlos hoy convertido en el Museo Reina Sofía de Madrid se aloja la muestra Llámalo de otra manera. Something Else Press Inc. (1963-1974) montada en asociación con Bienalsur, “el evento de arte más extenso del mundo”.
En una sala del edificio Sabatini, se pueden ver papeles, fotos, publicaciones vanguardistas editadas por el poeta, compositor, cineasta experimental, teórico del arte y editor, Dick Higgins en, en los EEUU de los años 60 y 70.
Volví dando tumbos a casa, donde me esperaba Alison Knowles, y le anuncié que acabábamos de fundar una editorial […]
-¿De verdad? —dijo ella— ¿Y cómo se llama?
-No había pensado en ningún nombre, y le solté algo así […] como “Shirtsleeves Press” [Editorial mangas de camisa].
-No me convence —respondió—. Llámalo de otra manera [Something Else].
Dick Higgins dixit.
Higgins fue un integrante clave del movimiento Fluxus Art desde sus comienzos en los 60, también fue músico, poeta experimental, traductor y catedrático de arte. Se dedicó a investigar como académico la historia y el desarrollo de la poesía visual y sonora.
Happenings, Fluxus, Intermedia, Something Else Press, Mail Art son algunas de los conceptos trabajados durante su vida extraordinaria. Nació en Cambridge, Gran Bretaña, en 1938 y murió Quebec, Canadá, en 1998.
La exposición se centra en los libros, proyectos y actividades que desarrolló la editorial creada por Dick Higgins. Allí se aborda el concepto de “intermedia”, esa incipiente noción teórica entonces, que Higgins readaptó para definir las formas que se rebelaban contra todas las categorías y encajaban en ese formato al que, casi azarosamente llamó “something else”.
El Museo Reina Sofía ofrece esta puesta hasta el 22 de enero de 2024. «La exposición quiere contribuir a devolver a la Something Else Press la posición privilegiada que merece en la historia del arte de posguerra y a demostrar la influencia que ejerció el concepto de Intermedia promovido por Dick Higgins en las prácticas y en el discurso del arte avanzado», destacaron desde el museo al momento de su inauguración.
La exposición forma parte de la gran serie de muestras que Bienalsur está desarrollando en España. El jueves 30 se inauguróEntre nosotros y los otros: Juntos Aparte y que se suma a Archivos activos, en el histórico Archivo General de Indias de Sevilla.
Arte y vanguardia en los 60
La editorial nació en 1963 y su producción en los once años que se mantuvo activa incluye libros, newsletters, panfletos, catálogos, boletines, objetos promocionales, material efímero, música, videos, ediciones de artista y ediciones especiales. Muchos de ellos presentes en esta expo.
“¿Cuáles son los límites de una actividad individual? La dedicación a escala personal puede ser plural. Puedes dedicarte al mismo tiempo a preparar ensaladas y pescado, a la acción política y a la ingeniería fotográfica, al arte y al no-arte. Uno hace, esperamos, lo que parece necesario, por lo menos, lo que no parece superfluo; no te dedicas simplemente a lo que te has propuesto”.
Este es un fragmento del manifiesto de este manifiesto que encarnó y levantó las principales banderas de los movimientos de liberación internacionales de los 60. El texto forma parte del material expuesto.
La exposición está dividida en tres secciones principales y reúne más de 600 obras y objetos expuestos en vitrinas y paredes. Comienza con una muestra representativa de material de la producción editorial; libros, tapas, textos, publicidades.
La segunda sección está dedicada al programa de eventos y exposiciones de la Something Else Gallery, una rama surgida de la casa editorial que permaneció activa entre 1966 y 1972. La tercera y última sección se centra en una selección de las publicaciones que lanzó la editorial.
Inteligencia artificial vanguardista
Hay una perla en la muestra. ¿Acaso la primera poesía creada por una inteligencia artificial avant la lettre? Hay expuesto un texto en verso de Alison Knowles. Ella es una artista estadounidense reconocida principalmente por ser una de las principales creadoras del colectivo Fluxus.
Graduada del Instituto de Bellas Artes Pratt de Brooklyn. Su obra se destaca por la elaboración de performance a partir del uso de sonido, instalaciones, actuaciones, publicaciones, entre otras. Es la creadora del poema A House of Dust en un taller de programación informática dictado por el compositor James Tenney en 1967.
Alison lo comenzó con una computadora. Comienza con la frase “una casa de” seguida por cuatro listas de categorías -material, lugar o situación, una fuente de luz y un grupo de habitantes-. La computadora disponía una secuencia aleatoria de la información recibida.
Ella se lo dio a Tenney quien lo tradujo al software Fortran IV y lo ejecutó en la computadora del Polytechnic Institute de Brooklyn. Tiempo después, beca de Guggenheim mediante, lo transformó en una escultura, y el compositor Max Neuhaus lo volvió una composición musical.
La editorial se fundó en pleno “giro lingüístico”, un momento crucial en las artes de la década de 1960 en el que los artistas empezaron a utilizar el lenguaje y los textos como material de sus propuestas estéticas.
Estos proyectos –desde la producción de Fluxus, en la primera mitad de la década, hasta el arte conceptual de la segunda– adoptaron en muchos casos el formato editorial: libros, periódicos o revistas que se oponían explícitamente a las obras de arte minoritarias y habían sido concebidos para su difusión a gran escala.
Todos estos elementos fueron cuidadosamente diseñados para transmitir conceptos, ideas y experimentos creativos de compositores, bailarines, escritores y artistas de diversas generaciones y procedencias, destacando figuras fundamentales de la época como el propio Higgins, Gertrude Stein, John Cage, Robert Filliou, George Brecht y Tomas Schmit.
El objetivo de Something Else Press fue desde el principio aprovechar y asimilar los incipientes experimentos creativos de compositores, bailarines, escritores y artistas de todo tipo (muchos de ellos pertenecientes al círculo de Higgins) y brindar a su efímera obra el respaldo necesario para proyectarlos hacia el futuro.
“Si el libro en sí es un objeto –un hecho que Higgins concretó con contundencia cuando afirmaba que cuatrocientas páginas equivalen a un grosor de una pulgada–, entonces la cubierta, el papel y la encuadernación, al igual que el lienzo y la imprimación de un cuadro, constituyen su soporte. ¿Podrían el papel de primera calidad, los diseños sorprendentes y los nuevos métodos de distribución aportar a los gestos y a las declaraciones creativas la substancia suficiente para hacerlos inteligibles?”, explica, pregunta e inquieta el texto curatorial.
Entonces, algunas vanguardias trataban de evitar el objeto, todo era concepto. Al comprometerse con los libros-objeto, Higgins daba una vuelta de tuerca para cuestionar el estatus de objeto, que incluía “la cosificación del acto creativo y la imposición del arte como objeto de consumo, pero que no se limitaba únicamente a ello”, sostiene el texto de la presentación de la muestra.
“Cuando tocas un hecho es un hecho. No podemos comprender ninguna idea con claridad hasta que no se ha derramado un poco de sopa sobre ella. Así que cuando nos piden pan, no les demos piedras, nin pan correoso. Puede que se noa haya acabado, eso sí. Pero, ¿por qué no darles un trocito de pollo? Busquemos un arte clueco que nos llene la tripa”. Así concluye el manifiesto, acaso una historia inconclusa, algo que, en realidad, no importaba.