Por las características de mi trabajo, suelo toparme con artistas que ya nadie recuerda. Obras compradas hace décadas, cuando la Argentina contaba con una clase media con mayores aspiraciones intelectuales, no solo de buen cine y música sino también de artistas vivos que estaban produciendo al mismo tiempo y hablaban de sus temas. Es un fenómeno que ocurre en todos lados, pasan las modas, cambian las ideas y cambia el público también. Cada generación elige a sus representantes, sus valores plasmados en imágenes que inevitablemente no significan lo mismo para la siguiente, salvo por unos pocos que se salvan de ser devorados por el tiempo.

Tres artistas argentinas olvidadas renacen en la Bienal de Venecia 2024.Tres artistas argentinas olvidadas renacen en la Bienal de Venecia 2024.

Están también los artistas los rescatados, a veces, por generaciones posteriores, como es el caso de estas tres artistas en la Bienal de Venecia. De los artistas pasados –y el detalle no es menor–, las mujeres suelen ser las más olvidadas, sacadas de los libros por la historiografía, apenas mencionadas como apéndices de grupos de artistas varones.

Juana Elena Diz

Hay una foto de Juana Elena Diz tomada por Sameer Makarius en los años 50 o 60 que le pone cara a una incógnita, ella mira a la cámara como dudando. Diz fue la única mujer integrante del Grupo Espartaco a partir de 1959 hasta 1968. Pareja del pintor Juan Manuel Sánchez, se exiliaron en las Islas Baleares por el 75 ó 76, luego volverán. A partir de mediados de la década del 80, ya no se sabrá nada de ella. Desapareció de la escena artística y no hay datos precisos ni siquiera de su muerte; eso es lo máximo que se puede rastrear en la web y preguntando a gente entendida.

Juana Elena Diz fue, además de pintora y grabadora, muralista y ceramista. Practicó un arte comprometido, pero a diferencia de sus colegas de Espartaco, se centró en la mujer. Mujeres indígenas, trabajadoras, monumentales, hieráticas. Hay obra gráfica de ella en el mercado, así como de tantos otros olvidados, artistas que a través de la gráfica intentaron llegar a todos, a que la gente común pudiera acceder a tener una obra de arte en su casa.

La pintura seleccionada por Pedrosa pertenece al período del grupo Espartaco; es una mujer de piel oscura que está lavando ropa blanca. La superficie es rugosa, como si Diz hubiera mezclado el óleo con arena o le hubiera puesto muchas capas de pintura espesa siguiendo el ejemplo de los muralistas mexicanos. Si no supiéramos que es de ella, bien podría ser una obra de Sánchez o de algún artista latinoamericano trabajando con los mismos códigos, pero es de una mujer que, volviendo a la foto de Makarius, parece frágil pero engaña. Me alegro tanto de que haya salido a la luz por lo menos esta obra, «La lavandera», de brazos fuertes y mirada resignada.

Tres artistas argentinas olvidadas renacen en la Bienal de Venecia 2024.Tres artistas argentinas olvidadas renacen en la Bienal de Venecia 2024.

Esther Pilone

Ella nació en Cúneo, Italia, en 1920 y llegó a la Argentina en 1939, posiblemente escapando de la guerra. El curador de la Bienal de Venecia 2024, Adriano Pedrosa, la seleccionó para incluirla en el sector de la diáspora italiana, y la exhibe junto a Clorindo Testa, a quien todos conocemos, a Libero Badii, Elda Cerrato y Lidy Prati. Se formó en nuestro país, y tuvo una carrera exitosa mostrando obra en galerías de avanzada como Lirolay y Van Riel en la década del 60. Encontré referencias de su participación en exhibiciones hasta 1998, y en la Fundación Espigas hay catálogos de sus exposiciones.

Sin embargo, es una desconocida para el mercado actual y el público. Imposible encontrar una referencia de precio, es como si se la hubiera tragado la tierra. Hay una obra de Pilone en los acervos del Museo Legislativo llamada «Ardiente geometría», posterior a la obra elegida para la Bienal, parte del acervo del Museo Moderno. Es un óleo de 1970 donde la artista pivotea entre dos corrientes, el informalismo y la geometría. «Luz amarilla» se llama ésta, por el sol presente a la derecha y la superficie del mismo color. A la izquierda una forma que encierra una mancha gestual.

Tres artistas argentinas olvidadas renacen en la Bienal de Venecia 2024.Tres artistas argentinas olvidadas renacen en la Bienal de Venecia 2024.

Bibi Zogbé

De Bibi Zogbé sabemos bastante, porque hay alguien se ocupó de mantener su legado; un sobrino nieto de la artista creó una fundación que lleva su nombre en San Juan. Nació en el Líbano en 1890 como Labibe Zogbé, y a los 16 años viajó a la Argentina para casarse con otro libanés. Su biografía apunta que su único hijo murió los 6 años; y ella se instala en Buenos Aires, donde se perfecciona en pintura con maestros.

Zogbé viajó luego a Europa, a África, y el Líbano la condecoró en 1947 con la medalla al “Mérito libanés del Cedro”. En los remates a veces aparece algún cuadro de flores, que es por lo que se la conoce. Los museos también tienen sus cuadros de flores, como se generaliza a este género destinado habitualmente a las mujeres, en el tradicional intento de acorralarlas en la esfera doméstica.

El Museo Nacional de Bellas Artes tiene dos pinturas suyas; el Quinquela Martín en la Boca unos girasoles de 1938, el Museo Provincial de Bellas Artes de Corrientes, uno de flores y el Museo Franklin Rawson de San Juan, además, hace unos años le dedicó una exhibición homenaje con un catálogo que está en línea.

Confieso que pensé que se dedicaba a pintar flores como aficionada, o pasé por alto el detalle de su nombre, su origen, subestimando una carrera larga y comprometida con el arte. La obra seleccionada por Pedrosa no es de “flores” sino un retrato, y está exhibida en la Bienal en una sala del “Núcleo Histórico”, como los llama el curador. Es una mujer de perfil con flores en la mano y en el fondo, un perfil que resuena a las pinturas de la antigüedad de Medio Oriente, la de las mujeres coptas con ojos que representan el alma. El texto que acompaña la obra habla de cómo representa a la mujer, como símbolo pero sin restarle humanidad, sin caer en exotismos sino rindiéndole un justo homenaje.

Delfina Helguera es la Directora del Museo Larreta en Buenos Aires.