Este miércoles 12 de junio, el Centro Ana Frank de la Argentina para América Latina (CAFA) reinaugura su museo con una estética renovada en su fachada y que además incluye la incorporación de mayor tecnología, objetos, contenidos vinculados al Holocausto y a acontecimientos recientes, y una modernización museográfica con motivo de los 15 años de su inauguración y en coincidencia con el 95° aniversario del natalicio de Ana Frank (1929-1945).
Precisamente, en esta jornada también se celebra el Día de los adolescentes y jóvenes por la inclusión social y la convivencia contra toda forma de violencia y discriminación (Ley Nº 26.809).
Entre las principales novedades también se encuentran: la apertura de una tienda para la venta de libros con temáticas sobre Ana Frank y Derechos Humanos, un gigantesco mural de Ana sobre la fachada del museo.
Nuevas actividades
También habrá nuevas actividades, como el primer Congreso Internacional de experiencia entre jóvenes vinculado a la demonización de adolescentes previsto para agosto, y una novedosa diplomatura sobre Discursos del Odio con eje en el debilitamiento de las democracias y fracturas sociales y construcción de la violencia que se dictará de manera online para toda América Latina a partir de noviembre próximo.
“La historia de Ana Frank no cambia, tampoco la historia del Holocausto. Pero me parece que cambia la manera en que impacta sobre las personas. Esto significa que en estos 15 años se volvió imprescindible hacer cambios que generen mayor cercanía con los temas que hoy interpela la historia de Ana Frank y el Holocausto”, explicó a Clarín Cultura Héctor Shalom, director del Museo Ana Frank en Argentina.
“Por un lado, se trata de una modernización museográfica y, por otro, de nuevos ejes y nuevos acentos en el guion museográfico”, expresó el director del Centro Ana Frank.
Tanto la renovación de contenido como la puesta en valor del museo contó con la colaboración de la Casa Ana Frank de Amsterdam y autoridades neerlandesas, quienes vinieron especialmente para la reinauguración del Centro Ana Frank en Buenos Aires.
“Para nosotros es muy importante estar en Buenos Aires: de alguna manera, también somos socios del Centro Ana Frank. También llevamos adelante la misión de Otto, de contar toda la historia de su hija Ana para aprender acerca de la historia, su vida y la de su familia”, señaló Mireille Pondman, directora comercial de la Casa Ana Frank de Ámsterdam.
“Tratamos de llegar a la gente no solo con esta dura historia, con todo el material que aportamos, sino también con el corazón desde un costado más humano frente a semejante horror”, completó.
“Los discursos del odio y discriminación no son solamente un problema en la Argentina sino que ocurre hoy en día en todo el mundo. No es algo fácil, para eso, tenemos que estar unidos los unos con los otros”, manifestó Sabine Gimbrére, directora internacional de la intendencia de Ámsterdam. Su labor fue premiada por cooperar en la difusión del legado de Ana Frank entre Argentina y Países Bajos.
Renovación (casi) total
Al llegar al inmueble de la calle Superí 2647, en el barrio porteño de Coghlan, se puede advertir que la fachada ya no luce como antes: ahora, todo el frente es de color gris topo en lugar del amarillo que caracterizaba su exterior. También sobre el frente gris, y a un costado, se destaca el título “Centro Ana Frank Argentina” (Museo/Teatro) con letras negras.
“Hicimos una estética que unifique el teatro y el museo, y que la renovación implique un cambio de colores y de estética. Después de 15 años, la renovación obliga a contenidos, estética, a cierto valor en determinados conceptos y también a una percepción a una estética museográfica que cambió”, destacó Shalom.
Al ingresar al museo, reluce un gigantesco mural de Ana en la fachada, que domina el renovado espacio. Adentro está la tienda de libros con distintas publicaciones del Diario de Ana Frank especialmente traídas desde Países Bajos, y ejemplares que abordan temas sobre Holocausto y Derechos Humanos. Allí mismo convive la tienda de regalos, con recuerdos inspirados en la experiencia de realizar el recorrido y conocer la historia de Ana.
Quién es Ana Frank
La niña-adolescente judía vivió dos años y medio a escondidas de los nazis junto a su familia y otras cuatro personas en su casa en Ámsterdam (Países Bajos). Fue descubierta y enviada al campo de concentración y exterminio en Auschwitz, y más tarde, al de Bergen-Belsen, donde murió de tifus.
Pero en su diario íntimo dejó constancia de los horrores cometidos por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), siendo el Diario de Ana Frank uno de los testimonios más crueles y verídicos perpetrados durante el Holocausto.
En 1947, dos años después del fin de la guerra, su padre Otto Frank, quien logró sobrevivir al horror de los nazis, publicó el diario de su hija bajo el nombre La casa de atrás (Het Achterhuis, en neerlandés). El diario de su hija se hizo mundialmente conocido: su historia atravesó distintas generaciones hasta el presente.
Nueva museografía
La renovación de objetos originales es otra de las grandes transformaciones que contará las nuevas salas del Museo, en la planta baja.
Allí se exhibirá una billetera con francos alemanes de distinta época y notas de bancos de diferentes denominaciones (1922 y 1923), cupones de racionamiento para alimentos utilizados en los Países Bajos (entre el 9 de julio y el 5 de agosto de 1944), un álbum privado de los Juegos Olímpicos de Berlín (1936), piezas que emulan a soldados nazis y de las juventudes hitlerianas y una radio, entre otros objetos. Además, el Museo del Holocausto en Buenos Aires y sobrevivientes de la Shoá (Holocausto) aportaron objetos.
También se incorporan al diseño museográfico cuatro pantallas con pequeños relatos en video sobre cuatro ejes temáticos: la historia del antisemitismo, los discursos de odio de Adolf Hitler y Joseph Goebbels (ministro a cargo de la propaganda nazi), imágenes de lo ocurrido en los guetos y el grupo de tareas en los campos de concentración y exterminio.
Los sistemas de resistencias como el levantamiento del gueto de Varsovia y en otros guetos forman parte de los nuevos contenidos que tiene el museo. “Para nosotros, es importante saber qué pasó con los sobrevivientes. El mundo no abrió las puertas: los judíos llegaron a diversos países en forma clandestina. A la Argentina, llegaron alrededor de 5.000 sobrevivientes en forma ilegal, con nombres cambiados. Es importante explicar qué pasó con los sobrevivientes”, dijo Shalom.
“Qué pasó con los nazis también es un tema. Por qué hubo juicios que si bien tienen valor como hito en la justicia penal internacional, como los juicios de Nuremberg, en realidad no dejaron de ser simbólicos: un puñado de nazis fue juzgado y la inmensa mayoría de los nazis quedaron dispersos por todo el mundo. Argentina fue uno de los lugares donde llegaron los niveles más jerárquicos del nazismo. Estos temas también los explicamos en el museo, agregó el director del Centro Aña Frank.
El cuarto y último eje serán las voces de Otto Frank y Miep Gies, la mujer que ayudó a Otto Frank y a su familia ocultase. Además conservó algunas pertenencias de Ana y entregó el diario para darlo a conocer en todo el mundo.
“Todo el final tiene una visión orientada a la esperanza, a lo pro positivo que genera el mensaje de Ana Frank”, remarcó Shalom, director del Centro-Museo Ana Frank en Argentina.
Subiendo las escaleras, en el primer piso, está el escondite: don dos habitaciones que emulan el lugar donde Ana Frank vivía oculta de los nazis en sui casa, en Ámsterdam. Este lugar es el “corazón” del Centro Ana Frank en Buenos Aires.
Precisamente, el dormitorio tendrá algunos cambios de objetos pero la gran novedad serán los audios con relatos de Ana Frank con sus frases más relevantes, versionadas en la voz de una adolescente en español.
En el mismo piso también se encuentra otra sala vinculada a la dictadura militar y a los desaparecidos, cuyo contenido fue renovado hace cinco meses, haciendo foco en los valores de la democracia y en sus desafíos respecto al proceso de dictadura cívico-militar y a momentos extremos donde el país sufrió la pérdida de derechos.
“Esto focaliza otro de nuestros ejes importantes: el valor y fortalecimiento de la democracia en un momento donde la democracia está siendo descalificada y cada vez genera menos adhesión y creencia. Para nosotros, todas las cosas no logradas por la democracia deben resolverse con más democracia”, puntualizó Shalom.
El Centro Museo Ana Frank se podrá recorrer el próximo sábado 29 de 14 a 19, en Superí 2647, Coghlan. Además, habrá charlas y testimonios de sobrevivientes de la Shoá y la de última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983). La entrada consiste en la entrega de un alimento no perecedero para donarlos a comedores populares.