Un “jugo detox naranja” lleva, entre otros ingredientes, pimienta rosa. Otro, bautizado “jugo detox verde”, tiene jengibre. Así se lee en la carta de la cafetería de la planta baja, que comparte espacio con una librería nueva, en una esquina del barrio porteño de Villa Ortúzar. En el primer piso, el periodista noruego Thomas Reinertsen Berg, autor del ensayo El origen de las especias (Godot) y uno de los invitados especiales a la Feria de Editores (FED), se apresta a habar de pimienta, jengibre y nuez moscada, pero también de rutas comerciales, afrodisíacos, medicamentos, imperios ya disueltos, guerras, caravanas en dromedarios, leyendas y balsas de bambú.
Reinertsen, que brindará una charla sobre el libro este sábado en la FED desde las 19:30, es el editor de la revista Babylon, dedicada a estudios sobre Oriente Medio. Y ya publicó Verdensteater, una historia mundial de los mapas, con el que ganó el Premio Brage en 2017, que fue traducido a catorce idiomas (todavía no al castellano).
Hablar y leer sobre especias impregna el ambiente de nombres geográficos poco frecuentes como Molucas, Sri Lanka y Zanzíbar, con otros archiconocidos como Venecia, Amsterdam y Manhattan. El escritor noruego dice que la red tentacular que se generó hace cientos de años para trasladar la pimienta o la canela desde Asia hasta Europa y luego hasta América es una suerte de borrador de globalización. Esta, hoy, en la esquina de Ortúzar, brota en los jugos con especias que sirven en la planta baja y en los stencils que se ven en la plaza ubicada en diagonal, con imágenes de Frida Kahlo y Lionel Messi.
El título original del libro, Til verdens ende, traducido literalmente del noruego sería “Hasta el fin del mundo”, nombre que remite a una novela del escritor nacido en Oslo Knut Faldbakken y a un tema de la banda de rock Seigmen, de la misma nacionalidad. Sin embargo, el nombre en castellano gana en otras resonancias al hacer un guiño a la célebre obra de Charles Darwin.
“Desafortunadamente en noruego no se puede hacer ese juego de palabras, porque ‘especias’ es muy distinto de ‘especies’, pero estoy muy conforme con el título en castellano, y me gusta cómo quedó la traducción”, dice a Clarín Cultura entre sonrisas Reinertsen Berg. La obra, vale destacar, fue traducida del noruego por Christian Kupchik, uno de los mayores conocedores de literatura nórdica en la Argentina, fallecido el año pasado.
–A Noruega no se la asocia con las especias. ¿Cómo llega a interesarse en ellas?
–En realidad nunca quise escribir sobre un libro sobre especias. Quería escribir uno sobre mapas, y haciéndolo me enteré de la lucha que hubo entre Portugal y España por el control de las islas de las especias, porque cada país intentaba probar que esas islas les pertenecían.
–¿Qué explicaciones biológicas pueden encontrarse para entender la fascinación por las especies en culturas tan diferentes?
–Me sorprendió aprender que el olfato tiene muchas más posibilidades de percibir especias que la boca. Como ellas huelen muy bien pero no saben tan así, a veces se muelen para no usar tanta cantidad. En la Antigüedad se creía que las enfermedades se transmitían por el aire, y que por eso las especias y su olor resguardaban de los males y eso les daba un halo positivo.
–Pimienta, jengibre, nuez moscada, clavos de olor, canela y cardamomo son la seis especias que condimentan el recorrido del libro. ¿Cuáles quedaron afuera pero deberían ser incluidas en un segundo tomo?
–El chile, por ejemplo. También la vainilla, y la pimienta de Jamaica, y muchas otras, especialmente de América, que tienen una historia muy interesante. El chile igual tiene una pequeñísima parte en este libro.
–¿Qué países, si tuviésemos que colorear un planisferio, son los destacados en la producción y comercio de especias en la época de los viajes de Cristóbal Colón y Vasco de Gama y ahora?
–Tanto en mi libro sobre los mapas como en este, fueron muy importantes países como España, Portugal y Países Bajos, pero este libro es más global. Y en este es central Indonesia y también aprendí la importancia de la India, sobre todo en la Edad Media, casi como centro del mundo, porque Europa desconocía a América. Y la importancia del Océano Indico, en cuanto a todo lo que se comerció y se viajó a través de él.
–“Mientras comas pimienta, no habrá un solo demonio, ya sea mágico, malvado o venenoso, que no puedas detener”, dice un texto del siglo IV, citado en su libro. ¿Qué tiene de particular la pimienta que genere estos y otros comentarios, en distintas culturas?
–La pimienta es la especia principal en todo el mundo. La pimienta es poderosa y su sabor es muy fuerte. Si tenés un plato con granos de pimienta y los masticás, es terrible. Ya Plinio se preguntaba cómo puede ser que alguien la coma. Siendo una especia tan fuerte es simple asignarle mucha importancia. Se creía que poda evitar que ingresaran demonios al cuerpo y evitar enfermedades, justamente por lo fuerte que es.
–Plinio se quejaba de que los romanos de las clases acomodadas gastaban mucho dinero en importar especias y muchos siglos después, en el libro aparece cómo en Francia la Iglesia y el Tercer Estado también deploraban el gasto de la nobleza en los mismos productos…
–Si… Crisóstomo tenía una opinión muy negativa sobre las especias como ofrendas, porque era absurdo pensar que Dios tenía fosas nasales y que estuviese interesado en los alimentos. Martin Lutero también tenía una opinión negativa sobre el intercambio de plata y seda por especias. Siempre hubo conexión entre las especias y la idea de decadencia. Por supuesto, otros padres de la Iglesia hablaban de lo peligroso de las especias en cuanto al olor, porque esos perfumes podían ser una tentación y caer en el pecado.
–¿Esa visión negativa de muchos pensadores cristianos se conecta también con la relación entre las especias y el erotismo, dado que en muchas culturas se utilizaban como afrodisíacos?
–Si, definitivamente. El erotismo era un pecado.
Las especias no son verdaderos medicamentos, aunque la canela sí puede tener un pequeño efecto en el sistema inmunológico y el jengibre puede ser bueno para la gripe.
–La canela aparece en el texto bíblico Proverbios; de Julia, hija del emperador Augusto, se decía que aumentaba su deseo sexual con pimienta mezclada con ciruela y tomillo, y, aparecen alusiones al cardamomo en el Kamasutra. ¿Por qué esta relación entre el erotismo y estas sustancias?
–No tengo una respuesta muy completa, pero creo que hay una conexión entre el buen aroma y el deseo y la atracción sexual. Eso no se genera con malos olores. No encontré una respuesta pero las especias eran tan poco frecuentes que contribuían a crear un momento especial y como eran más fáciles de obtener para los ricos, eso le daba un cierto halo de exclusividad.
–Señala que hubo un crecimiento del consumo de especias durante la pandemia, pero que ese aumento ya venía de antes. ¿A qué se debe?
–Tiene que ver con la creencia popular sobre las especias, de que son buenas para combatir enfermedades, especialmente el jengibre y la canela. Intenté encontrar pruebas científicas, pero lamentablemente no hay. Las especias no son verdaderos medicamentos, aunque la canela sí puede tener un pequeño efecto en el sistema inmunológico y el jengibre puede ser bueno para la gripe. Pero no son remedios.
–En el libro explica cómo en las últimas décadas nuevos países se sumaron como fuertes productores de espacias, como Guatemala con el cardamomo, o Granada, con la nuez moscada. ¿Qué otras naciones se incorporaron a ese circuito?
–Zanzíbar (pertenece a Tanzania, aunque goza de cierta autonomía), por ejemplo, es una “isla de las especias” por la cantidad de cultivos de ellas. Vietnam es un gran productor de pimienta, que ha superado a India, aunque dicen que no es tan buena como la de esta. Igualmente todavía India e Indonesia son los principales productores de cardamomo, canela, clavo de olor y nuez moscada y de otras especias.
–¿Cree que la tendencia a la cultura “foodie” en muchas grandes ciudades también retroalimenta el interés por las especias?
–Sí, eso creo, esa nueva cultura internacional contribuye a eso. Por ejemplo, el comercio del café hace que muchos se preocupen porque los productores sean bien remunerados y eso está llegando a las especias. La globalización no retrocede; seguimos siendo curiosos.
Thomas Reinertsen Berg básico
- Nació en Noruega en 1971. Es periodista y escritor de no ficción.
- En 2003 creó Babylon, una revista nórdica sobre estudios de Oriente Medio, donde continúa como editor.
- Ganó el Premio Brage en 2017 con Verdensteater, su primer libro publicado, una historia mundial de los mapas, que fue traducido a catorce idiomas.
- El origen de las especias fue publicado en noruego en 2021, con el título Til verdens ende, por Forlaget Press.
Thomas Reinertsen Berg se presentará en la Feria de Editores (FED) este sábado a las 19:30, en la charla “Especias: una tentación que hizo historia” junto a Natalia Kiako. Complejo Art Media (avenida Corrientes 6271) con entrada libre y gratuita.