Club Paraguay cumplió sus 10 años como casa de artistas musicales el pasado mayo, pero este fin de semana se concretó su primer festival a modo de celebración. El viernes 11 se vivió la primera fecha, con mucho trap, hip hop y onda urbana de la mano de artistas como Taichu, Saramalacara y Ronpe 99. Mientras que el sábado 12, Perfil pudo asistir al cierre de evento que tuvo a Hipnótica, An Espil y muchos más.
La segunda fecha del Festival Paraguay abrió sus puertas con la presentación de Mixo Logia, el dúo local de Tomi y Patri que pusieron a tono a quienes llegaron temprano con sus bases funk, sonidos electrónicos y ritmos pop- rock.
Enseguida subieron al escenario los miembros de Un Verano, el proyecto que reúne artistas con trayectoria en diferentes espacios y que se juntaron para formar esta banda que presenta sus canciones con letras basadas en hechos personales y referidos a problemas de la sociedad actual. En lo que fue la primera vez de la banda en la provincia se vieron con un público animado y que se dejó llevar al ritmo de sus canciones.
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Nauel fue el próximo en entrar al escenario de Club Paraguay con su estilo melódico y relajado, provocando en las personas ese baile tambaleo ante una música sentimental y profunda.
Más avanzada la tarde, y con cierto tiempo de demora entre artistas, el clima se comenzó a calentar con la presentación de Jorge A Marte, la banda pop-rock cordobesa liderada por la voz de Agustín Herrera. El grupo entregó una selección de canciones que llegaron con todo al público y que hizo que más de uno de los que todavía estaban sentados se acercaran al escenario.
Letizia Vocos fue la próxima en saludar desde el escenario, la joven es uno de los talentos en rápido crecimiento de la provincia y que cada vez resuena más entre quienes buscan una oferta musical fresca. Desde el micrófono y con su guitarra y teclado, además de la banda que la acompañó, entonó sus canciones que surgen «desde un lugar más intimo», según explicó.
Los chicos de Só continuaron en el orden de la fiesta y, como sólo ellos saben hacerlo, trajeron con ellos toda su buena energía y versatilidad musical para una presentación llena de instrumentos y ritmos. El funk, jazz, R&B y soul no se ven mejor combinados que en esta banda cordobesa que lanzó este año su primer álbum «La fundación». Un grupo que lleva al escenario una variedad de instrumentos de viento, percusión y cuerdas que componen una orquesta en vivo donde cada uno tiene su momento de protagonismo.
Ya de noche, BB Asul llegó a Córdoba con un estilo único que mezcla el pop con el trap y más géneros que la llevan a una búsqueda de hacer «música triste para chicas lindas», como describe en su perfil de Spotify. Un breve momento de relax para los asistentes que ya se preparaban para las últimas presentaciones de la noche.
Llegado el momento de uno de los nombres que más se esperaban, An Espil subió al escenario del Festival Paraguay con un carisma único que generó una conexión directa tanto con quienes fueron a verla como con quienes la descubrieron esa noche. Una presentación íntima que tuvo a ella en la voz y al gran Cirilo Fernández en las teclas, un dúo que jugó en vivo y brindó un espectáculo que se disfrutó hasta el último momento.
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Y ya como broche de oro de la noche, la dupla de Nahuel Barbero y Hernán Ortiz llegó con Hipnótica a cerrar un día que tuvo una gran variedad y calidad de artistas. Un show cargado de emoción y pop, como puede esperarse de una banda de este calibre, que también llevó como invitado a otro talento local como Santi Celli. Con muchas de sus canciones más reconocidas y con adelantos del álbum que lanzan esta semana, Hipnótica cerró el Festival Paraguay con toda la energía que la gente siempre espera en todos los lugares que se presentan.
El Festival Paraguay fue toda una experiencia musical en la que la variedad de artistas que llevó el Club invitó a personas de todas las edades a pasar una tarde y noche especial. Con un público en donde uno podía encontrar a los mismos artistas que salían a escuchar a otras bandas, las personas cargaban con una energía contagiosa que se reflejaba en la actitud de bailar y saltar acorde a quien estaba en el escenario.