“Diez escritores iberoamericanos imaginan escenarios de ciencia ficción para hablar sobre un presente cambiante y un futuro incierto”, dice en la contratapa de Otras formas de ser humano (Compañía naviera ilimitada), una antología de relatos surgida del Premio Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) de Cuentos de Ciencia y Tecnología, en los que autores de Brasil, Bolivia, Argentina, España, Chile y Perú, entre otras procedencias, con distintas edades y trayectorias, exploran a través de la escritura realidades existentes o inventadas a partir de los avances tecnológicos que se suceden cada vez con mayor velocidad. ¿Hay límites para la Inteligencia Artificial? En la imaginación, aparentemente no.

En una ficticia Buenos Aires, un chico holográfico ocupa el lugar del Obelisco y conmociona a los habitantes de la ciudad, que no se privan de sacarse selfies con él ni de abrirle una cuenta de Instagram. ¿Habrá también lugar para las emociones?

Un ingeniero informático cuya verdadera de pasión desde niño fue la literatura, decide en pleno siglo XXI “revivir” a Dostoievski en su computadora y convertirlo en un esclavo que escriba para él. Todo va bien hasta que una noche, hablando con la “máquina Fiódor” acerca de la libertad del hombre la historia comienza a darse vuelta.

“–No es una máquina del tiempo. Recuperamos emociones, no podemos recuperar lo ocurrido”, se dice desde un lugar al que inicialmente llega una persona con un pedido específico: “–Quiero volver al momento exacto en que él se enamoró de mí”. Había visto el aviso publicado: “¿No soportas el presente? ¿Quieres recuperar tiempos mejores? Trances a precios razonables. Método científico”.

Nuevas carreras y profesiones con la inteligencia artificial. Foto: PexelsNuevas carreras y profesiones con la inteligencia artificial. Foto: Pexels

Una chica joven trabaja durante el día como desarrolladora en una financiera internacional. Por las noches se ocupa de su emprendimiento personal: Proyecto Dreams, una máquina que genera una imagen artística a partir del escaneo de la actividad onírica de los durmientes. Al mirar sus propios cuadros resultantes, los clientes luego emprenden viajes lisérgicos. Hasta que llega un hombre que sueña reiteradamente con una mujer con lobos y, también en este caso, los vínculos entre humanos llevan a que todo cambie.

Al alcance de todos

“La tecnología está al alcance de todo el mundo y todos estamos viendo cómo nos afecta”, dijo Pedro Mancini, ilustrador de los relatos y la tapa del libro en una entrevista realizada por la OEI.

“Está bueno desde el arte, o la ficción, o la ciencia ficción, señalar algunas cuestiones que por ahí no prestamos atención, que no están tan buenas, cómo afectan al mundo del trabajo, la tecnología, la manera de vivir el cotidiano, la comunicación. Sería algo interesante también imaginar un futuro bastante lejano, con esa velocidad con la que está avanzando la tecnología. Pensar en mil años adelante (…) Me gusta este tipo de ciencia ficción que está con qué está pasando, con el uso de la inteligencia artificial, la comunicación, las redes sociales. Imaginar las redes sociales en doscientos años. Me parece que está interesante para pensar, imaginar. Entra un componente imaginativo infinito ahí”.

Mancini, de amplia trayectoria en el rubro, ilustró los relatos con impactantes dibujos en blanco y negro que los acompañan al final de cada texto.

En una primera instancia del concurso, 530 cuentos enviados desde 17 países de la región fueron leídos por un comité integrado por los escritores, académicos y críticos Flor Canosa, Valentino Cappelloni, Ana Carolina Macena Francini, Dainerys Machado Vento, Ellen Maria Martins de Vasconcellos, Ana Negri, Jan Queretz, Marcela Ribadeneira, Almudena Sánchez y Leonardo Valente.

La selección final estuvo a cargo de dos jurados compuestos por Martín Felipe Castagnet, Liliana Colanzi, Fernanda Trias, Joca Reiners Terron, Veronica Stigger y João Tordo, autores y autoras que leyeron los originales llegados en portugués o español.

Nuevos desarrollos y profesiones con la inteligencia artificial. Foto: PexelsNuevos desarrollos y profesiones con la inteligencia artificial. Foto: Pexels

La antología está compuesta por los cuentos: «Hablar bien», de Valeria Canelas (Bolivia); «Mujer con lobos», de Juan Maisonnave (Argentina); «Sabía que vendrías a buscarme», de Jorge Malpartida Tabuchi (Perú); «Los espejismos», de Guilherme Pavarin (Brasil); «El chico holográfico», de T. P. Mira-Echeverría (Argentina); «Momoland», de Daniel Neyra (Chile); «Antropoceno», de Edis Henrique Peres (Brasil); «La máquina Fiódor»; de Gerardo Vázquez (España), «Thelma 2.0», de Emilia Vidal (Argentina) y «Éramos hombres buenos», de Daniel Rodas (Brasil).

“Como señaló el jurado en su dictamen, la asociación de la ciencia y la tecnología como tema y la literatura como lenguaje ha dado lugar a todo tipo de especulaciones y narraciones a lo largo del tiempo”, dice en el prólogo.

Y continúa: “En el caso de los relatos de los participantes de esta convocatoria, incluidos los diez ganadores, sobrevuela una postura crítica, se intuye una sospecha, cierto pesimismo imperante que considera que las cosas solo pueden empeorar”.

En el último párrafo se agrega, para cerrar: “Estos cuentos intentan imaginar un mundo futuro, posible o imposible, pero en todos ellos está viva la idea de narrar el presente, a través de las formas en que la tecnología opera sobre nosotros, transformando nuestras subjetividades, nuestras relaciones, construyendo o borrando sentidos, creando otras formas de ser humano”.

Otras formas de ser humano (Compañía naviera ilimitada)