Durante todo este martes, una persona repetirá sus rutinas. Todo será como siempre hasta que a las 19, en el auditorio del Malba, su nombre suene como 27º Premio Clarín Novela y su vida, como la de otros tantos autores y autoras, cambiará para siempre. Antes de eso, también se sabrá quién es el homenajeado con el Premio Ñ a la Trayectoria.

El ganador o la ganadora del máximo galardón literario del país –que como en otras ediciones cuenta con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires–, se hará merecedor de un premio que incluye, por un lado, cinco millones de pesos, y por el otro, la publicación de su manuscrito por el sello Clarín-Alfaguara.

En esta edición, como en otras, un premio agregado es la posibilidad de que la obra sea leída por un Jurado de Honor excepcional, compuesto este año por Mariana Enríquez, nuestra diva del terror contemporáneo –Un lugar soleado para gente sombría, Nuestra parte de noche–, Samantha Schweblin, sofisticada cultora del relato fantástico, –Siete casas vacías, Distancia de rescate, Kentukis–, y Alberto Fuguet, talentoso cineasta y escritor chileno, que acaba de presentar su última novela, Ciertos chicos, en la que refleja la contracultura juvenil gay en tiempos de Pinochet.

Reunión del Jurado de Honor del Premio Clarín Novela en el edificio de la calle Tacuatí el viernes pasado. Foto: Ariel Grinberg.Reunión del Jurado de Honor del Premio Clarín Novela en el edificio de la calle Tacuatí el viernes pasado. Foto: Ariel Grinberg.

Ellos fueron quienes evaluaron los méritos y deméritos de las siete novelas finalistas antes de decidir cuál reúne la mayor calidad literaria, originalidad temática y destreza narrativa.

Para que eso fuera posible, los 655 originales recibidos hasta fines de julio, fueron sometidos a un minucioso procedimiento de lecturas cruzadas, análisis y debate, tanto de los tres integrantes del jurado de preselección –Cristina Fajre, Patricia Somoza y Alejandra Rodríguez Ballester– como de los doce lectores profesionales que intervinieron en esta etapa fundamental. Todos ellos aportaron su conocimiento literario, su experiencia crítica y editorial.

Temas, tramas e intereses

Aunque no puede conocerse el nombre de los autores –ocultos bajo rigurosos seudónimo– el jurado de preselección adelantó algunos rasgos de las novelas finalistas. Al parecer, este año, varios de los títulos que llegaron a esta instancia son relatos extensos, de largo aliento, que piden abandonarse a ellos con todo el tiempo del mundo. Representan la utopía del lector apasionado: encontrar una historia interminable donde perderse, un relato que suplante al mundo real con su fantasía y sus peripecias.

Una de las novelas elegidas narra nada menos que la historia del siglo XX a partir de un personaje carismático y de sus dos hijos, traídos y llevados por las persecuciones del nazismo y la pasión de la revolución. Otro relato aborda ciertos momentos cruentos de la historia humana desde una perspectiva fantástica, ecológica y poética, en un despliegue de invención verdaderamente osado y original.

En dos casos las ficciones orientan la mirada hacia la niñez, aunque no sea ese su tema principal. Una de estas novelas narra la extrema indefensión de las infancias en zonas de conflicto y desigualdad social en América Latina, en una saga que sigue el derrotero de supervivencia de dos personajes enfrentados a la crueldad y a la corrupción. El otro relato tiene que ver con las migraciones, el arte, la interculturalidad y las huellas que una educación pautada en una cultura ancestral pueden imprimir a la vida adulta contemporánea.

Reunión del Jurado de Honor del Premio Clarín Novela en el edificio de la calle Tacuatí el viernes pasado. Foto: Ariel Grinberg.Reunión del Jurado de Honor del Premio Clarín Novela en el edificio de la calle Tacuatí el viernes pasado. Foto: Ariel Grinberg.

No falta la novela que se acerca al género policial pero con aliento fantástico, una pesquisa apasionante detrás de un libro enigmático y una astróloga más misteriosa aún. También hay desenfado, en un relato muy latinoamericano centrado en el cuerpo y la ambición literaria de su protagonista. Y en un caso puntual, muy explícitamente, se recupera la mejor tradición latinoamericana para narrar la violencia y la muerte de la historia reciente, en clave fantástica.

La variedad de registros y estilos que caracterizan a las siete novelas que superaron esta compleja selección constituyeron todo un desafío para el Jurado de Honor que deliberó el viernes pasado y llegó a un acuerdo por unanimidad.

En la crónica de ese debate, el editor Matías Serra Bradford, testigo privilegiado del intercambio, señaló que a Enriquez la sorprendió la diversidad del origen de los envíos y la ambición -palabra de doble fondo y filo- de los relatos. Ampliando esta cuestión, a Schweblin le llamó la atención que las narraciones mismas «salten de geografías, que se muevan entre territorios». A Fuguet lo asombró que hubiera «mucho pasado. Parece que han leído a los autores del Boom, que evidentemente siguen hoy más presentes de lo que me esperaba».

Este martes, una persona repetirá sus rutinas hasta que su nombre suene en el auditorio del Malba. En ese momento, mientras reciba aplausos y camine hacia el escenario, estará sumándose a una nómina de escritores.

Tal vez sea a la de quienes se dieron a conocer y forjaron una trayectoria a partir del Premio Clarín, entre quienes se cuentan Claudia Piñeiro –ganadora con Las viudas de los jueves– o Agustina BazterricaCadáver exquisito–, ambas traducidas a múltiples lenguas y leídas por millones de lectores.

Reunión del Jurado de Honor del Premio Clarín Novela en el edificio de la calle Tacuatí el viernes pasado. Foto: Ariel Grinberg.Reunión del Jurado de Honor del Premio Clarín Novela en el edificio de la calle Tacuatí el viernes pasado. Foto: Ariel Grinberg.

O tal vez se agrupe con aquellos que ya contaban con experiencia literaria probada, como Federico Jeanmaire –premiado por Más liviano que el aire–, Gustavo NielsenLa otra playa– el cubano Marcial Gala –Premio Ñ por Llámenme Casandra, traducida a numerosos idiomas– y Luciano Lamberti –ganador en 2023 con Para hechizar a un cazador–.

Solo resta esperar a las 19, cuando en una ceremonia poblada por personalidades de la cultura, las letras y las artes, a que un nombre suene.

Finalistas del Premio Clarín Novela 2024

  • La enfermedad de la espera, por Flores Lázaro
  • Lo que Leda Suamson nos dejó, por Palimpsesto
  • Por acá pasó la muerte, por Juan Preciado.
  • Querido muerto mío, por Ana Basis
  • Los restos de la piel, por Pucacuro
  • Rojo claro sobre rojo oscuro, por La señorita Maiko
  • Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores, por María Batman